“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”

                                                                            Nicolás Maquiavelo… 

Los principales enemigos de la  revolución bolivariana, o sea la verdadera contrarrevolución. La más peligrosa, porque tienen la suficiente capacidad de maniobra, para entorpecer los cambios necesarios; están enquistados en la burocracia  partido-gobierno: Son los mismos que hablan de cambios pero que nunca cambian nada, son los mismos gatopardos que se oponen a cualquier cambio socialista y democrático de fondo, son sectarios, excluyentes. Al que critique ahí mismo es acusado de guarimbero, apátrida, contrarrevolucionario, y agente de la CIA etc.  A todo el  que proponga  rectificación  para salir del atascamiento en que nos esta sumiendo el burocratismo estatista centralizado.

La parálisis, la inercia, el burocratismo, con el control férreo del llamado sistema de medios de comunicación público. Limitan el derecho constitucional del pueblo venezolano a estar informado, y el derecho de los periodistas venezolanos a informar, debido la mentalidad estalinista-burocrática de esta elite en el poder. Esta burocracia tiene carácter sistémico terminal, estas mentalidades no se cambian con discursos, menos con buenas intenciones, ya que sus actuaciones  no son causas, sino consecuencias del conjunto de conceptos y normas de un capitalismo de estado, donde esta montada la burocrática revolución bolivariana.

Este modelo o esquema, es lo que hay que cambiar urgentemente, para poder cambiarles la mentalidad a estos burócratas. La conciencia social de esta gente, es la consecuencia, de un obsoleto modelo de producción.   El inmovilismo que produce esta burocracia parasitaria es resultado de la forma anquilosada en que están diseñando la producción, y  el vetusto modelo socio-económico y político de Venezuela.

 El método estalinista soviético, que imponen actualmente, con los mismos patrones y desviaciones, continúan confundiendo al socialismo con la creación de un estado tutelado por una llamada “dictadura del proletariado”,  y administrada por el PSUV, concentrando la propiedad de los medios de producción, y las decisiones de toda índole, dividiendo a la sociedad en dos tipos de nueva clase: la de la nueva burocracia explotadora , y la de los trabajadores, ahora explotados por un rancio, y anquilosado  capitalismo de estado.

Se critica con mucha vehemencia esta desviación del ‘marxismo’, al establecer, un esquema de capitalismo de estado, totalitario con controles absolutos de la vida económica, política y social del pueblo venezolano.  Este modelo de “socialismo” del Siglo XX, fracasó en todas partes donde lo aplicaron, ya que los pueblos de esos países lo rechazaron.

 El estalinismo en este mundo moderno y globalizado, intenta usar disfraces democráticos y sofisticados, sus métodos de represión y control, les dejan ver las costuras; ya que no cambian en nada  sus esencias totalitarias.

La aplicación de métodos populistas y paternalistas, solo consiguieron la derrota  de todos los intentos socialistas del Siglo XX. Estos métodos le prestan el mejor de los servicios a los intereses más espurios de la MUD, y a su propaganda anticomunista.

Los métodos autoritarios, extremistas y violentos, agudizan  y aceleran una errónea  lucha de clases, que la mal identifican con el socialismo, y que es ampliamente divulgada por la gran propaganda anti-comunista de la oposición venezolana. Esto es lo  que la gente rechaza, no el verdadero socialismo democrático y bolivariano, como lo entendemos muchos a partir del artículo dos de la CRBV, para diferenciarlo de la burocracia estalinista rojita. Ya que este modelo lo entendemos por sus esencias  democráticas, humanistas, libertarias y autogestionarias. Este si seria un socialismo auténtico para el pueblo venezolano, ya que no puede ser desconocido o ocultado y sepultado, por estos burócratas de turno, bajo un perverso  estereotipado dogmatismo.

La apatía de la militancia revolucionaria, antes MVR, y ahora PSUV-GPP, es esencialmente en contra del estalinismo, a las pruebas me remito.

En consecuencia, una de las tareas más importantes de la militancia revolucionaria, es desenmascarar, y derrotar ideológica y políticamente al estalinismo burocrático bolivariano, y rescatar el ideario socialista con su dialéctica revolucionaria, y espiritual de las tinieblas en lo que lo han sumergido, los que intentan construir un socialismo amparado en dogmas, totalitarios y maniqueos, ese modelo muchos no lo quieren para Venezuela.

La historia siempre ha dictaminado, que un error para poder corregirlo, lo primero que hay que hacer es reconocerlo. Es la única forma de torcerle el rumbo a este modelo poltico-economico, y social, que se quiere implantar en Venezuela, apartándose de las circunstancias históricas que siguieron al triunfo de la CRBV en 1999, no reconocer esto es ejecutar  el fracaso de la revolución bolivariana el 7-O del 2012. Hoy en día en el alto gobierno hay fallas de todo tipo, desde: “el parasitismo, el burocratismo, y la corrupción sistémica, así como la equivocada metodología estalinista, aun sin aplicar los perversos extremos, de los aplicados en el siglo XX”.

Se  admiten muchos logros concretos de la revolución bolivariana en muchas áreas  sociales, económicas y políticas, así como su carácter antiimperialista.

Pero el modelo burocrático impide al pueblo venezolano ejercer las libertades de expresión plenas, de las protestas sociales en los medios de comunicación públicos. Por lo cual, muchos participantes y líderes  de las protestas populares son ignorados, perseguidos, excluidos  y acusados de “contrarrevolucionarios”,  por  criticar estas  políticas estalinistas.

La revolución bolivariana y democrática, la ha hecho el pueblo venezolano para  lograr plenamente todos sus derechos constitucionales, y a el solamente le pertenece, no a ningún burócrata, secta, o tendencia en particular, a costa de cualquier participación que hayan tenido algunos de ellos.

No se quiere una elite en el poder  jerarquizada, ni un gobierno  poderoso, derrochador, paternalista, ni tampoco unas fuerzas armadas súper- poderosas, a costilla de un pueblo cada día más pobre y desprotegido. 

El calco y copia del “socialismo real del siglo XX”, no es viable en Venezuela en plena modernidad del siglo XXI, como no lo fue en ningún  de los países donde lo intentaron consolidar,  por estar sustentado sobre la improductividad, el subjetivismo y el voluntarismo.

Desde hace años se le viene haciendo criticas al gobierno bolivariano de los graves errores cometidos a la economía, y a la política,  buscándose la rectificaciones necesarias, donde desagradecidamente siguen imperando las confusiones y los dogmas; que no pueden marchar exitosamente y avanzan siempre hacia el fracaso, pues el inmovilismo se encarga en desplomar todo. La burocracia y la corrupción acabaron con el cooperativismo en todas las ramas de la economía, por el mismo camino van lo consejos comunales que dilapidan los dineros públicos sin un severo control.

Hay que seguir con la crítica demoledora en contra de esta burocracia estalinista. Para ver si despiertan y le dan paso a un verdadero socialismo más participativo y democrático,  aprovecharé los espacios a mi alcance para promover  el debate interno.

No habrá en Venezuela socialismo sino se  democratización, y se socializa el poder político y económico.

El pueblo venezolano militante y no militante esta hablando, no quiere continuar como estamos con: “La inseguridad, el caos eléctrico, la infraestructura vial destruida, el alto costo de la vida, la crisis hospitalaria etc.”. Pero tampoco quiere regresar al pasado. La burocracia rojita  ya no da más con este modelo, y el pueblo llano los quiere cambiar

El sistema de los llamados medios de comunicación públicos presidente Hugo Chávez, están dedicados a ocultar, ignorar, calumniar,  amenazar,  hostigar y  reprimir a las críticas dentro de la revolución bolivariana. Incluyendo  las propuestas y análisis para construir un verdadero socialismo humanista y participativo. Pero muchos seguirán en la batalla de las ideas, hasta el desenlace final.