“La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos.[1] El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada” http://es.wikipedia.org/wiki/Keynesianismo
Ese epígrafe, sobre la política keynesiana, en sí mismo merece una acotación: Se trata, como tantas otras elucubraciones o especulaciones impuestas gracias a la masiva divulgación que la misma mediática burguesa le da por razones obvias, de buscarle reiteradamente una desesperada alterativa, exclusivamente en favor de la clase burguesa, a los temidos y “perjudiciales” análisis y pronósticos de Carlos Marx quien los elaboró tan científicamente que luego de más 160 años se mantienen con la misma y hasta robustecida carga de veracidad[1], la misma teoría dialéctica, materialista y aclasista que nos explica cómo es que hasta ahora la literatura burguesa de la Economía Vulgar no cesa en la búsqueda de soluciones, puesto que cada nueva crisis severa del capitalismo trae consigo nuevas versiones de improvisados teóricos, en una suerte de ensayo y error permanentemente aplicado mientras este sistema siga resollando.
Bien, queremos precisar que en Venezuela, país recolector de petróleo y minerales por excelencia durante la última centuria, no ha logrado superar ni siquiera sus atavismos feudales o preindustriales que trajo consigo la atrasada España, la que en connivencia con la corona portuguesa se adueñó imperialista y arbitrariamente de buena parte de estas tierras americanas[2], y terminaron imponiendo condiciones esclavistas al trabajo de los nativos e importados de África con una superestructura feudal que sólo empezó a ceder poder político luego de la Revolución Francesa, de corte limpiamente burguesa o capitalista.
Venezuela es una sociedad con muy poca experiencia en materia de industrialización, y por eso ha sido víctima indefensa de las colocaciones de capital importado que los países europeos de longevo desarrollo burgués han utilizado como mercado seguro para dar salida mercantil a sus excedentes de producción, particularmente de sus sobrantes de medios de producción que definitivamente ya no tienen mercado en una sociedad donde las mercancías de consumo final también deben ser colocadas en los mercados internacionales, y de allí el fenómeno de la transnacionalización del capital, del sistema.
El capitalismo comercial arrancó con la conquista imperialista de estas tierras que facilitaron en ensanchamiento mercantil necesario para el propio progreso acumulativo de la riqueza burguesa. Con la Revolución Francesa el poder económico terminó consolidándose al asumir el control político parcial en buena parte de los feudales imperios aristocrático que supervivieron a la debacle de la Edad Media, cuando ya el modo feudal y mercantilista no daba para más y el mercado pasó de consumista a productista.
Como sabemos, la economía feudal y su aristocracia explotadora fueron eminentemente consuntivas, mientras la naciente economía burguesa ha sido marcadamente monetarista, o interesada más en los valores de cambio dinerarios que en los de uso, a los cuales ineluctablemente debe echar mano para poder explotar a los proletarios del sistema.
Destacamos que Arturo Úslar Pietri, con su conseja “Sembrar el petróleo”, se hizo portavoz de los objetivos burgueses keynesianos, puesto que para una Economía rentista y recolectora, su principal fuente de capital dinero proviene del propio Estado. Así, el Fisco Nacional desde entonces se puso al servicio de un empresariado tartufo, y sumiso a los intereses extranjeros, y la Renta Petrolera es desde entonces destinada en buena parte al pago de las importaciones industriales, incluido el pago y devolución de la Deuda Pública contraída con el mismo fin industrialista keynesiano, y en franco desmedro del “gasto público” que beneficiaría a toda la sociedad directamente sin depender de la intermediación lucrativa de burgueses carentes de capital propio. Cuando estos pseudoempresarios han entrado en crisis, apelan al complaciente Estado que lesa condona la deuda correspondiente y “borrón y cuenta nueva”.
La siembra del petróleo ha buscado seguir los pasos seguidos por los aventajados EE UU y los países capitalistas europeos, pero lo que hasta ahora ha hecho es reintegrarles a EE UU, Inglaterra, Holanda y otros países buena parte del de los dólares petroleros provenientes de las exportaciones petroleras. Tal siembra ha sido beneficiosa para paliar las crisis burguesas de sobreacumulación de otros con la secuela de pauperización que hemos observado en la población venezolana, cada vez más proletarizada, la misma a la que hoy se le insinúa romper con algunos empresarios y su reemplazo por otros. Digamos que la siembra del petróleo o el keynesianismo a lo venezolano han demostrado ser una media evidentemente clasista.
[1] Desde luego, no han faltado los reformistas, los perfeccionistas, los neomarxistas y tantos otros agentes de la burguesía, unos mejor tarifados que otros, incluidos los falsos izquierdistas y socialistas utópicos que tanto abundan y se reproducen, interesados todos en hallar yerros, imprecisiones, obsolescencias y demás excusas dirigidas en común a negar el necesario e inevitable trueque de este sistema por otro, del paso de esta sociedad de clases a otra que las niegue por inoperantes, por antieconómicas, por negativas y contraproducentes frente a la urgente necesidad que tiene la humanidad de enfrentar las nuevas condiciones ecológicas que el propio sistema burgués ha acumulado hasta ahora, hoy al punto de poner en peligro la estabilidad geofísica y climática del propio planeta.
[2] Cf.: El Tratado de Tordesillas. http://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Tordesillas
[i] http://www.sadelas-sadelas.blogspot.com marmac@cantv.net