¿Qué es la conciencia de clase?

El papel moderno de la clase trabajadora es dirigir la lucha contra este sistema. La clase trabajadora debido a su rol en la producción es la futura sepulturera del sistema capitalista. Las condiciones de vida y trabajo hace que sea la clase trabajadora y no ninguna otra clase o capa oprimida de la sociedad, la llamada a desempeñar la lucha contra el sistema.

Las clases medias o pequeña burguesía debido a su posición en la sociedad y su trabajo aislado, no distingue y enfrenta a la burguesía como enemiga de clase directa. La clase trabajadora comprende que la fuente de sus males está en su patrón, que es el que les congela el salario, el que no les paga las horas extras, el que les explota y el que les despide.

La manera de defenderse pasa por la unión entre todos los compañeros de trabajo, de la solidaridad de clase, y no individualista. Esto es debido al carácter colectivo del proceso de trabajo. Todo proceso productivo necesita, para funcionar, la implicación de todos los trabajadores de la empresa. Cada uno de ellos es un eslabón necesario en el proceso productivo. La lucha de los trabajadores de cualquier empresa pone de manifiesto una ley muy importante de la dialéctica: el todo es mayor que la suma de las partes. La fuerza combinada de los trabajadores en una empresa luchando por los mismos intereses es mayor que la presión de cada uno por separado.

La ideología propia de la clase trabajadora es el socialismo. En los momentos críticos de una lucha, que puede ser la toma de una empresa, es cuando se pone de manifiesto quién manda a quién. La idea de expropiar al patrón y el sentimiento de que la empresa debe ser de propiedad común entre los trabajadores nace, en un momento determinado, como un desarrollo natural de su conciencia. La idea de la propiedad común nace de la condición de la clase trabajadora. El funcionamiento de una empresa requiere su unidad productiva y no se puede repartir entre los trabajadores, sino que debe mantenerse unida trabajando para el bien de todos.

En los momentos de crisis capitalista cuando hay una huelga general se empieza a desarrollar el sentimiento generalizado de "quién manda quien“ en la sociedad, y aparece naturalmente la identidad de intereses de clase entre todos los sectores de la clase trabajadora. Este sentimiento se desarrolla aún más en una situación revolucionaria. Ejemplo: Grecia, Egipto.

La expropiación de toda la clase capitalista, y su control y dirección en común por toda la clase trabajadora, representa una generalización sacada de la experiencia de los trabajadores en lucha con cada empresa particular. Las propias condiciones de vida que crea el capitalismo, establecen las bases para la futura sociedad socialista.

En la actualidad las familias trabajadoras viven en común (ciudades, barrios, edificios y urbanizaciones), con un sistema único de servicios de electrificación, de aguas limpias y servidas, de telefonía fija y celular, de transporte público, y de adquisición de medios de consumo en abastos, supermercados, hipermercados, mercados municipales, farmacias. Estas condiciones de vida refuerzan aún la mentalidad colectiva y socialista en la conciencia de las familias trabajadoras.

El capitalismo es un sistema mundial con procesos de trabajos interconectados, y un mercado mundial común a lo largo y ancho del planeta, que une a los países y los continentes. Esta situación de interdependencia o globalización entra en contradicción con los estados nacionales, y la propiedad privada de los medios de producción, ya que son contrarios al proceso globalizador. Según la lógica del capitalismo, se han convertido en obstáculos que estorban el desarrollo de sus propias fuerzas productivas. Estos obstáculos y contradicciones son los causantes de las crisis económicas, de las guerras y de los odios nacionales entre los diferentes pueblos.

La clase trabajadora tiene las mismas condiciones de explotación en todas partes del mundo, es una clase mundial.

Para combatir esta situación y contradicciones inherentes al sistema capitalista, los trabajadores hemos desarrollado el internacionalismo proletario, mediante la construcción en diferentes momentos de la historia de organizaciones internacionales revolucionarias de trabajadores, así como en la solidaridad con la lucha contra la explotación capitalista en innumerables países.

Como se comprende, el internacionalismo proletario no es una consigna de agitación sino la base para unificar la lucha de la clase trabajadora mundial, para luchar por la transformación socialista de la sociedad en todo el planeta. Por todo lo anterior es que el socialismo no se sostiene en un solo país y, por ello es que los estrategas del capital tratan de dividir a los trabajadores por nóminas, por nacionalidades, razas, color de la piel y religiones, entre otras.

Las grandes empresas multinacionales y los modernos medios de transporte y de comunicación unifican las fuerzas productivas y relacionan a los seres humanos de una manera nunca vista antes en la historia y pueden permitir, planificar de manera armónica y democrática los recursos productivos en interés de toda la humanidad, y no de un puñado de privilegiados como ha ocurrido hasta ahora.

La revolución socialista en un país tiende a ser un ejemplo para los trabajadores y trabajadoras de otros países. Por esa razón es que el imperialismo trata de apagar la llama de la revolución bolivariana que se ha declarado socialista.

No solo hacen faltan las ideas socialistas para transformar la conciencia de la mayoría de la clase trabajadora, hace falta experiencia diaria, una situación revolucionaria que rompa la rutina del trabajo y la sociedad, y un partido socialista revolucionario con fuerte influencia entre el pueblo que ayude y guie las luchas populares y de los trabajadores hacia la construcción del socialismo.

Los revolucionarios además de luchar contra la injusticia en este mundo, debemos sacar a la luz los intereses inconscientes de la lucha de la clase trabajadora contra la explotación capitalista. De esta manera los trabajadores adquirimos la conciencia de clase y la comprensión de los objetivos históricos que se derivaban de esta lucha, los cuales son la transformación total de las relaciones de producción capitalistas y su sustitución por unas nuevas relaciones de producción en el marco de una sociedad socialista.

Sólo con la desaparición de la “gran” propiedad privada capitalista, la planificación en común de las fuerzas productivas creadas por el ser humano y, la participación democrática de los trabajadores y el pueblo oprimido, la humanidad podrá avanzar hacia su auténtica liberación.



lucidiowx@gmail.com

garcialwx@pdvsa.com

(*) asesor del sindicato unitario de trabajadores de PDVSA Intevep

Corriente de trabajadores y trabajadoras marxistas de PDVSA.


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Lucidio García (*)


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