Sigue siendo una mala y antipopular praxis burocrática en el mundo cobrar impuestos por partida doble y más todavía cuando lo haga un gobierno con apellidos de socialista. No otra cosa significa el cobro de impuestos indirectos (‘¡), como el IVA2 (Impuesto al valor agregado)3 que esquilma por igual a rentistas de altos ingresos gananciosos o deportivos, como a los trabajadores de medianos y bajos ingresos laborales.
Hay una clara duplicación tributaria cuando por un lado pagamos impuesto sobre la renta y en paralelo pagamos IVA, primero sobre toda la renta, y luego sobre su remanente dosificadamente consumido en bienes de consumo. ¿Cómo sacar de su error al infatuado Fiscal de Rentas, al Gobernador, al diputado, al constituyentista, al Magistrado, al propio Administrador de la Hacienda Pública? Ellos no dudarían menos de un segundo en sentirse ofendidos en su majestad gubernamental.
Sin más corolarios, proponemos qu el IVA se reforme en los siguientes términos de cambio:
1._ El IVA podría ser diferente para los usuarios y consumidores de comercios de lujo; de esa manera los infatuados de la clase media sentirían el alivio de no seguir sufriendo el síndrome de malos olores procedentes del consumidor de bajos ingresos4, esos consumidores forasteros que huelen a melón y por eso suele distinguírseles a la legua, según sus obsoletas pero vigentes y aberrantes apreciaciones discriminatorias para con “cachifas” y afines, contra gente de quince y último. Y
2._ Un IVA de bajo peso para el resto de los trabajadores.
De esta manera, una de dos: o los consumidores de la clase media aberrante bajan al sucio mercado de los “obreros”, hoy “ex marginados”, o sólo quienes tengan asco de su propia clase sacrificarían sus menguados ingresos con tal de aparentar lo que no son.
* http://www.sadelas-sadelas.blogspot.com marmac@cantv.net
2 La calificación del IVA como impuesto directo nos luce ambiguo e impreciso, como tantas figuras y categorías de un Estado burgués preñado de imprecisiones y contradicciones por todos lados. Cuando se pecha el ingreso anual de un trabajador, o la ganancia anual de un comerciante, se está pechando todo el valor agregado que esos contribuyentes les corresponda. Luego, cuando se le pecha como consumidor final, a ese contribuyente se le repecha el remanente de dicha renta. De manera que la distinción entre fuente de renta y renta no ha pasado de ser una vulgar tergiversación de conceptos reinante en los sistemas tributarios de vieja data, practicados por los más eficientes piratas de la cosa pública fuertemente avalados por condición de gobernantes y cogobernantes.3 El IVA se aplica a los asalariados, a los cuentahorristas, a bancarios y corredores de bolsa, a los accionistas perceptores de dividendos, a fabricantes y comerciantes, a los contratistas de la cosa pública, al mayorista y menorista, al buhonero y al fontanero a domicilio y hasta a los mendicantes, a los funcionarios públicos de rango menor y alto e infatuado burócrata de altos ingresos, dietas y prebendas, a los curas pueblerinos de bajos diezmos y a los de parroquias residenciales, a obispos y cardenales. El IVA lo paga el soldado raso y el multigalardonado General y Contralmirante, los actores y actrices del estrellato, y el deportista del salón de la fama. Lo pagan alumnos y profesores de bajos y miserables sueldos, los médicos de hospitales públicos y los de los Hospitales suntuarios. Lo pagan los abogados de pobres y los de la alta y mediana burguesía, los arquitectos y albañiles. Todos pagamos IVA cunado como perceptores de renta acudimos al mercado detallista en búsqueda de mercancías de consumo final.
4 He referido en entregas anteriores que una táctica social extracomercial de los comercios de lujo es vender durante el menor tiempo posible los productos de primera necesidad. A tales efectos, los venden al mayoreo al primer buhonero de “sucios y pestilentes trapos” que se les presente, menos las pequeñas dosis reservadas para su exquisita clientela ya estimada cuantitativamente para no dejarlas sin el bien que de todas maneras se la llevarán a su lujosa boca a pesar de que los hediondos y cariados también lo comen.
marmac@cantv.net