Una campaña electoral como la nuestra, la venezolana, es inevitable entrar en los parámetros de la publicidad capitalista. A un lado quedó la propaganda política donde el mensaje ideológico prevalece, para abrirles paso a tecnólogos de la publicidad que venden al candidato como si se tratara de vender jabón, esto en el caso del majunche, nosotros debemos ser la antítesis de la visión publicitaria, para retomar el mensaje reflexivo y consciente. El tema de las encuestas y sondeos de opinión se convierte por estos días en algo de “vital” importancia, cuando en realidad las encuestadoras no hacen otra cosa sino tremendo negocio con sus “fotografías del momento” y así se cubren las espaldas de semejantes pelones como ha ocurrido en el país de manera reiterada. Esta opinión no cambia a pesar de que nos da como ganadores, pero esa “fotografía” de acuerdo a lineamientos imperiales puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Salvo GIS XXI que sería la única que sobreviviría a la arremetida imperialista, y a ésta la acusarían de encuestadora “parcializada”. Así que no nos obnubilemos con las encuestas.
A las entrañas del PSUV, el partido llamado a convertirse en vanguardia de la revolución, el pragmatismo pequeño burgués no deja escapar la oportunidad para colocar “toda la carne el asador” y construir maquinarias electorales que en el fondo detiene el avance de la ideología socialista, esto nos hace daño, pero también puede ser la gran oportunidad para en vez de construir una maquinaria electoral construyamos una vanguardia política popular.
A pesar de estas contradicciones la vanguardia revolucionaria encabezada por Chávez y el pueblo consciente estamos transitando el camino electoral; el inicio del pasado domingo reflejó unas asimetrías terribles en contra del candidato de la burguesía, éste ni siquiera se atrevió a iniciar su campaña en una céntrica ciudad, se fue a los extremos, como rehuyendo el combate, sin embargo, la publicidad de los medios burgueses se encargaron de hacer la bulla correspondiente por medio de un despliegue que raya en el realismo mágico de García Márquez…seguro muchos opositores se imaginaron que estaban descubriendo el agua tibia tratando de contrastar una marcha de centenares de miles de patriotas contra una marchita de supuestos aborígenes que pareciera no ser tales.
No obstante, como en la política y la ideología la simbología es importante, el candidato majunche intentó volver a las raíces, ahora, no sabemos si lo que trata es de trasmitir el mensaje de la recolonización o intenta acercarse, como buen copión que es, a la razón histórica de la lucha de todos estos pueblos irredentos que hoy nos sublevamos con Chávez a la Cabeza queremos la hegemonía política.
¡LOS VOTOS DE CHAVEZ SON VOTOS DE LA PATRIA Y POR LA PATRIA!
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