A propósito de la discusión de valores, dejo con ustedes a partir de la traducción que hace Neruda de Thiago de Mello de lo que llamara Los Estatutos del Hombre al que le agrego yo, en un ataque al sexismo, los de la mujer. Este estatuto debemos convertirlo en el manifiesto de aquellos y aquellas que consideran a la vida, VIDA. Se trata, como acabo de señalar, de un hermoso legado que nos dejará de Mello y que no debe faltar incluso ahora más que nunca en la mochila que estamos presto a usar para la nueva batalla de Carabobo. Nos toca hoy, traducir desde la especificidad histórica de nuestros pueblos,…y sobre todo de nuestras prácticas, pues aunque cueste asumirlo hoy, hay muchas chaquetas y poca conciencia (específicamente en el funcionariado), más de competición que de cooperación, más de entreguismo que de entrega, mas de bolivarismo que bolivarianismo y esto juega en contra de una candidatura para Abya Yala como la representa hoy el camarada presidente Hugo Chávez Frías.
Esta pudiera ser una aproximación a una especie de prueba del ácido sobre las interrogantes ¿hasta dónde hemos sido leales? A la patria y la matria como matria y patria de todos los que creemos en la construcción del reino en la tierra…porque la vaina es aquí. Hasta donde hemos sido leales con aquel que ha dado la vida por nosotros y que sencillamente se atrevió a salirle al paso a la oscurana para que hoy, por lo menos empecemos a ver cocuyos en las inmensas sabanas de la vida que nos pertenece, grancolombiana, nuestramericana ella. Me refiero al comandante – presidente Hugo Chávez Frías que encarna la lucha bolivariana con la misma tozudez de Simón contra la sombra del santanderismo que bien la representa el derechista candidato del imperio.
…Y es que la vida no ha dejado de ser, quizás se ha escondido detrás de un arcoíris en blanco y negro, pero ella no ha dejado de ser. Es la vida, VIDA, la que implica SER SIENDO / AMAR AMANDO/ ESTAR ESTANDO / VIVIR VIVIENDO. Es la vida es, la nuestra, la tuya, la de ellos, la que reclama el ejercicio del amor para que no se confunda con la caricia. La vida de Conrado que es vida verdadera aún cuando los barrotes cumplen su oficio de oxido en acordes de injusticia.
De allí que se decrete alma adentro con esta conciencia de potro y pólvora que aquellos días que empezaron a hacerse grises y que nos atrapaban en sus minuteros con angustia de pueblos bajo el despecho de las promesas, tendrán que volverse domingos de alegría sostenida. Porque un 7 de un mes que ya está cerca como domingo se hará concreta la fiesta de todos y de todas y quedaran atrás los días aquellos de aquel abril que quisieron secuestrar las hienas para gozo imperial, para la entrega sin condiciones de la patria a cambio de los denarios de hoy.
Y como decretará el poeta, lo asumimos nosotros: a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra; y que las ventanas deben permanecer el día entero abiertas para que la vida nos habite sin condominios y cuotas de alquiler.
Decrete el alma, entonces, con un manifiesto que los días, todos tendrán horarios de chucherías y los minutos los llevaran los papagayos hasta que la duda quede desempleada, ¡sin duda alguna!. La confianza dirá presente, volví con ustedes y será el último ustedes porque después nos tuteará. Y nos enseñara a caminar hacia adentro por un camino largo de ixoras enanas y trinitarias en flor que nos permitan ver otra vez el niño que guardamos, para entender que los que están afuera con columpio o sin ellos están hechos de luceros. Cuando se olvide eso, entonces la libertad será sólo un rumor y el hombre devorará al hombre. Pero esto, a partir de hoy quedara prohibido. No será fácil la concreción de ese decreto pues será necesario hacer de la duda una herramienta, no contra la alborada, sino contra aquellos que la usan para encandilar temprano.
La duda deberá dudar de ella misma porque entre los hombres y las mujeres que nacieron del costillar de Simón José Antonio ya no tendrá oficio el dudar y la confianza se hará metástasis en todos y todas y el alma dulcita de nuestros pueblos se hará inmune a los imperios. Y el cielo herido agradecerá por siempre la confianza nueva para con la lluvia. Saldrá de nosotros nuevamente la contentura del niño que se nos esclavizo adentro, pero está vez convertida en algodón de azúcar su risa reclamara en rabia de amor más patria, mas independencia.
La mentira se rebelará y utilizará a unos de nosotros para dividir o restar en una especie de aritmética de la desesperanza pero ya será tarde para ello, estos sin ni siquiera volver su vista atrás se convertirán en terrones de azúcar y las hormigas volverán a ser felices incluso, las amarillas “malas”. Entonces la ternura habrá hecho metástasis en nosotros y se comprenderá desde nuestros lobos y corderos internos que la búsqueda de los iguales no es utopía…y aprenderemos a sumar y multiplicar en la expresión mejor de la esperanza. Hasta “cogerle” el gusto al sabor de la aurora.
Vendrá el poeta y establecerá: durante diez siglos, la práctica soñada del profeta Isaías, el lobo y el cordero pastarán juntos y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.
La justicia hará las paces con la igualdad y mil banderas se levantaran en un hermoso baile de sebucanes que en cada movimiento de su rebelión de colores complazca a la fraternidad, ya no tendrá necesidad de los miserables, porque no habrá miserables ni tampoco hombres y mujeres tubulares como decía Mariátegui. Nosotros dejaremos de ser un nombre o una cédula de des-identidad como hoy y desde ya, yo no seré Nelson, seré los míos y ellos serán los míos hasta que los posesivos pierdan el sentido y me llame PATRIA y lloraré sus dolores por ser míos y cantare sus alegrías por ser mil más hasta que los etcéteras queden desempleados. Como sería mucho pedir que desaparecieran las epidemias por completo sólo anhelaríamos una, la de la biofilia (amor por la vida) y que todos la padezcamos hasta nunca cansarnos, es decir sin hasta, para que el amor alcance para todos, para todos y vuelva Bolívar a sonreírnos sin ninguna tos, sin ninguna flema.
El traje ni una franela o boina roja nos harán como el che, serán nuestras manos y nuestros pasos en su fiel ejercicio que nos harán entender que somos lo que somos por lo que somos y no por lo que tenemos, para no amar sin amor. Será el amor hacia uno, (y hacia dos, y hacia tres, y hacia mil) hacia el otro, hacia la tierra, hacia los ríos, el que vencerá a los misiles que convertirán su pólvora en algodón de azúcar hasta perder su función aire – tierra / aire – aire / tierra – tierra / y dar pasos a los misiles corazón – corazón. Sólo se prohibirá prohibir, será la única prohibición. El YO y el TÚ quedará convertido en un NOSOTROS infinito. ELLOS y EL se cansaran de ser pronombres nada más y esto no serán motivo de sospecha.
Decrétese que nada estará obligado ni prohibido. Todo será permitido. Inclusive jugar con los rinocerontes, y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa… que nos avise del regreso de Noel Rodríguez y mil bendiciones pendientes de su viejita Zenaida equilibraran el debe y haber del amor militante… y la muerte tendrá que irse por donde vino. Como un Parágrafo quedara fija en nuestro SER: Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor, hasta que el olvido se vaya secando de tantas tristezas absorbidas.
Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas venideras y asumiremos con Cabral, el Facundo fecundo de siempre, que los billetes se imprimirán con fecha de vencimiento hasta que se joda la ambición y los ambiciosos.
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