La
derecha venezolana en su afán por revertir el fiasco que representa su famélico
candidato, paralelamente ha elaborado un guión perturbador tratando de
trastocar sectores institucionales de nuestra nación, como es el caso de
involucrar al componente castrense a la diatriba electoral por ellos planteada.
Ese “puntual” mensaje dirigido al
componente de las FANB con el cometido de “sensibilizarlas” en su
institucionalidad, es solo una muestra de la manera reiterativa han realizado y
seguirán haciendo su manido trabajo.
Los
asesores de imagen, desestabilizadores y hasta artísticos de Capriles le han
“chuleteado” la manera de cómo debe ser su actuar callejero y mediático,
haciendo énfasis en dirigir sus insidiosos mensajes de manera puntual como en
el caso ya comentado y con todo el desparpajo del mundo forjaron un documento
que amerita una seria investigación. Están utilizando el viejo método de
propaganda del infame Paul Joseph Goebbels y con diferentes manipuladores de
oficio internos como la Cofradía Católica empresarial Venezolana, sus colegas
de FEDECAMARAS y CONSECOMERCIO y por su puesto el destiladero cloacal de los
medios privados, muchos de ellos financiados con dinero proveniente de las
arcas del PSUV (y nuestro aporte solidario mensual) “justificado” por aquello
de que son los que mas leen, oyen y ven los venezolanos, es decir le pagamos el
raiting para que despotriquen sobre la revolución, el Gobierno Bolivariano y
nuestro candidato de la patria, el Camarada Hugo Chávez. En el exterior con la
viajera apátrida de María Corina Machado malponiendo nuestro gentilicio en el
desprestigiado “reino” de España, el narcobandolero de Uribe (santificado por
el cura malandro ganadero Palmar) haciendo público su compendio anti-Chávez, la
gusanera cubana con permanente actividad, la izquierda conservadora
internacional (como el vicepresidente de Uruguay que tiene en la mira a Pepe
Mujíca) y el imperio totalitario del norte. No es poco el trabajo y si muchos
los enemigos de este proceso.
Los
financistas de Capriles quieren aumentar su centimetraje mediático provocador azuzando
lo que ellos consideran que les puede generar perturbación a la psiquis del
venezolano. Diariamente sacan encuestas sobre un eventual empate técnico o subida
en alza de la aceptación de Capriles en los sectores populares, informan sobre el supuesto descontento de nuestras
fuerzas armadas, achacan cada gota de sangre y cada gramo de droga que se
origina en los estados mas poblados (Táchira, Miranda y Zulia) al Gobierno Nacional, es decir, intentan crear
zozobra y angustia mental en nuestra población. Pero, pretender que esta
avalancha de terror no asusta a una parte importante de nuestro pueblo, es caer
en el juego del triunfalismo fácil, olvidándonos del fallido llamado que se
hizo para aprobar el referéndum constitucional del 2007. Por otro lado, nuestro
arsenal mediático para confrontar todo esto, se recrea y entretiene muchas
veces en hacer mofa de la estúpida personalidad de Capriles y no tratan de contrarrestar
todo esto con las verdades logradas que hoy nuestro pueblo disfruta y que se
pueden perder. Es decir, no transmitimos bien, el bienestar nacional. Coño, así
no podemos.
Aunado
a esto, muchos logros de la Revolución e iniciativas tangibles propuestas por
el Camarada Hugo Chávez se quedan en correos o informes institucionales
internos de organismo y empresas del estado, por aquello de que esta
información debe ser “aprobada” por los jefes autorizados, cuando deben ser del
dominio público, del dominio del pueblo porque son propiedad de el. Siempre
parto de un odioso principio, la derecha hace su trabajo que es desestabilizar,
el nuestro debe ser impedir que lo hagan. Cada voto cuenta en esta nueva
batalla de una guerra total. Cada voto camaradas.
Tenemos
una gran ventaja, un gran candidato que esta por encima de nuestras falencias
que hasta el insufrible Uribe manifestó que “…la persona de Chávez ya
trascendió en un movimiento que tiene vida propia y que será imposible de detener”. Pero este todoterreno no puede estar solo ante tamaña odisea,
porque cada uno de nosotros es Chávez y debemos actuar con esa energía en estos
apremios y que este 7 de octubre sirva para terminar de hacer aquella tarea que
quedo inconclusa después del golpe de estado de abril del 2002, decantar tanto
a lo interno del Gobierno Bolivariano, como dentro del PSUV aquellos individuos
y grupúsculos de poder, que empantanan y son un lastre para el proceso que este
pueblo emancipado asumió.
Hasta
aquí, por ahora.
Sin Chávez no hay Revolución, porque Chávez es la
Revolución.