La Cuenta regresiva para la totalización del próximo domingo comenzó, los números ya están proyectados; Chávez gana con una ventaja de entre el 10 y el 16%; me sumo a la apreciación de Oscar Schemel: el grueso de las columnas no se movieron mucho, es decir, ni yo convencí a los opositores ni ellos a mi; la proporción chavista se mantiene y la proporción opositora también.
Los nuevos votantes están casi ganados en la misma proporción aunque en mayor porcentaje hacia la revolución, eso pudiera ser un buen síntoma, aunque la fragilidad de ese grupo especifico estriba en que desconocen el pasado por lo que se les dificulta apreciar el presente con la misma óptica de los que vivimos la época triste y funesta de la cuarta republica.
Los jóvenes ven más la ineficiencia y la burocratización de los servicios porque no tienen el punto de comparación que tenemos los no tan jóvenes; ese mensaje está clarísimo, si no dejamos atrás la queja y la comparación sin avance no hacemos nada.
Debemos mantener el recuerdo pero justamente avanzando a paso firme por encima de nuestras propias aspiraciones ya que la sociedad nueva es futurista y afortunadamente ha sido tal el éxito en la formación de esta nueva generación que si la revolución no avanza al paso de estos, entonces estos pasaran por encima de ella.
El porcentaje con que el comandante de la patria ganará es significativo, pero su mensaje no es otro que, el que las fallas visibles no nos han dejado avanzar al paso que necesitamos; la polarización de la discusión estéril fue una pérdida de tiempo y sigue siéndolo, llega un momento en que no se puede hablar sino actuar para que el mensaje llegue a quien tiene que llegar; Para efectos de la intención de voto está clarísimo que los insultos y las descalificaciones no hicieron mella en esta, sino en la separación de amistades, que finalmente votaran por la opción que siempre han visto como válida.
El país, a partir del lunes de la próxima semana, sigue su marcha y el comandante Chávez tiene que buscar la fórmula de la inclusión, eso pasa por una revisión total sobre el funcionamiento de los organismos del estado y los funcionarios públicos; eso pasa por la revisión obligatoria de la mística y la vocación socialista de los que desde puestos de vanguardia representan la imagen de la revolución.
El país a partir de la próxima semana sigue ganando, pero si no logramos convencer a una buena parte de la población es porque no se les ha llegado a sus más genuinas aspiraciones; a parte de la confusión y manipulación de la que son víctimas muchos compatriotas totalmente alienados hacia una modelo que para nada los beneficia pero que reconocen como propio a pesar de eso.
Ese margen de ganancia, de entre un 10 y 16% de ventaja, es una hazaña política innegable para cualquiera que tenga tanto tiempo en el poder, eso nadie por muy mezquino que sea, debería dejar de reconocer.
Pero ese margen de ganancia nos indica que no todo está bien que hay casi un 40% de la población que no está satisfecha; ambos bandos deben analizarse, y mas allá deberíamos hacerlo a título personal cada quien: "¿Por qué no estoy contento?" "¿Por qué estoy contento?"...pero con honestidad sin más pasión que la de su propio bienestar como grupo social, es decir, como país.
El proyecto socialista debe revisarse en su estructuración y forma para que pueda tener éxito, el lunes seguiremos como empezamos con un 40% en contra de los cuales más de la mitad esta radicalmente en contra.
El proyecto socialista con ese margen de desaprobación tiene que reformularse o su supervivencia en el tiempo está comprometida.
Por lo pronto la permanencia de Chávez está garantizada pero eso no basta.
oscarajimenezr@gmail.com