El mundo moderno ha estado preso de instituciones civiles y religiosas, además de las meramente filosóficas aristotélicas y euclidianas. Es a partir de mediados del siglo antepasado cuando muy dosificada y timoratamente nuestros contemporáneos comienzan a ver y transitar en otro mundo. Las principales adaptaciones a la nueva visión de este han sido monopolizadas por los nuevos imperios burgueses capitalistas con el manejo y controles de la energía atómica, la Informática, afines y derivados industriales creados por asalariados.
El sistema capitalista, pues, ha sido un hueso duro de roer por nuestros pensadores más conspicuos, a pesar de la prolijidad de sus enseñanzas-caso Carlos Marx-Sin embargo, contra el tiempo teórico estimado para la autoextinción de este sistema, los gobiernos “díscolos” del Estado burgodemocrático, podrían ir frenando su desarrollo o acortando su vida mediante pesadas reformas en y desde el campo legislativo.
Así, podría legislarse respecto a una mayor regulación, orientación y distribución del patrimonio accionario de los consocios de la empresa privada, por lo menos a partir de montos notoriamente groseros para ser heredados por una sola persona, como ha venido sucediendo, habida cuenta de que cualesquiera que haya sido la fortuna capitalista acumulada, esta proviene del trabajo conjunto de todos los trabajadores involucrados en la vida de las empresas también involucradas que aparezcan como propiedad privada del potencial “decujus”, del señor Fulano, Mengano o Zutano. Las liquidaciones prestacionales convencionales han sido y siguen siendo descaradamente ventajistas y muy chucutas.
marmac@cantv.net