Como diría Augusto Mijares...

Sabiéndose cercano al último de sus días, así se dirigió el Comandante Chávez a su Patria Querida, aquel terrible sábado 8 de diciembre de 2012, con la convicción y entereza mas absolutas, nos pidió que eligiéramos Presidente a Nicolás Maduro.

De aquella ultima alocución, una imagen aun retumba en la mente de muchos, la del Comandante entonando el himno de los Bravos de Apure, con una fuerza que brotaba del alma y del corazón, pero en la ultima estrofa un leve quiebre de voz y unos ojos profundamente tristes, revelan el dolor de aquel gigante, que seguramente en una de las horas mas duras de toda su existencia, nos encomendó continuar, aquello por lo cual entrego la vida: nuestra Patria libre, soberana, socialista, humanitaria, independiente....Bolivariana.

Han pasado 10 meses que parecen un siglo, de tristes y amargas vivencias pero que han venido cargados de una inmensa responsabilidad compartida, entre nuestro Presidente Nicolás Maduro Moros y los venezolanos comprometidos con la Patria, con el Pueblo. Ninguno estaba preparado para una Venezuela sin Chávez y aun así, hemos tenido que afrontar el momento mas terrible de la historia reciente, no solo por la perdida de nuestro Gigante, sino por los constantes ataques que hemos recibido en todo este tiempo, sin duda una guerra directa y frontal encaminada a desatar un estallido social que propicie una intervención extranjera y la instauración de un gobierno de extrema derecha.

Quienes dirigen el ataque no son los miembros de la MUD, o los empresarios privados, no, ellos son solo los ejecutores, los traidores que pretenden entregar la Patria a países y grupos económicos extranjeros, muy poderosos, ambiciosos y aun más peligrosos, dado a sus actuales crisis financieras, son ellos quienes desesperadamente apelan, al terrorismo económico y mediático para desestabilizar nuestro país

La realidad que como Jefe de Estado enfrenta cada día el Presidente Maduro, es casi la misma que enfrentó el Comandante Chávez pero intensificada, ninguno de nuestros agresores ni sus cómplices internos, hubiesen imaginado jamás, que la revolución se mantendría más de un mes después de la muerte del Comandante.

Nada de lo que sucede en el País es casual y el problema no es si Maduro es Venezolano o Colombiano, ni si hay papel higiénico o champú, eso es solo el medio para crear el caos necesario para retomar el control perdido hace 14 años, sobre una Nación tan estratégicamente ubicada y dotada, que libraría a Estados Unidos y a su séquito de países capitalistas, de la banca rota que se les aproxima cada díamás.

Quien no este consciente de la dura batalla que esta librando el Presidente Maduro y su tren de gobierno, para mantener la estabilidad económica, política y social del País y al contrario, apunte a la tan descontextualizada autocrítica, ha ignorado por completo el clamor del Comandante cuando expresó: "No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo para acabar con la patria....Ante estas circunstancias de nuevas dificultades, del tamaño que fueren, la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la patria hasta en las vísceras —como diría Augusto Mijares—, es unidad, lucha, batalla y victoria."

Hay un tiempo para todo, este es el tiempo de cumplirle al Comandante su última voluntad, que es igual a cumplirle a la Patria, a nuestros hijos, a la libertad y dignidad que hoy reina en Venezuela y en la Patria Grande, ciertamente ya cumplimos una parte, elegimos Presidente a Nicolás Maduro, ahora debemos apoyarlo y mantenernos unidos en esta lucha, que bien vaticino el Comandante, con esa capacidad que siempre tuvo y que aún nos asombra, para entender el destino de su Pueblo.


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Karla Paola Merchán Rodríguez


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