El mercadeo es una herramienta muy cuestionada en nuestros días, por cuanto conlleva a las personas a comprar productos que en nada contribuye a mejorar su calidad de vida (ejemplo: la llamada comida chatarra) y a un consumismo desmedido que lleva al hombre a una plano materialista e individualista, donde sobresale aquel que más bienes posee, generando en la mayoría de los casos hambre y miseria en otros individuos. El nuevo enfoque de mercadeo que propongo parte de un hombre más humano y solidario; enfocando su línea de acción hacia un empresario que reconozca que la utilidad que se obtiene de la suma de felicidades que su empresa puede generar dentro de un pueblo al brindarle una remuneración justa, producto del aporte de su capital humano en la generación de los bienes y servicios fundamentales en el alcance de sus derechos colectivos (vivienda, alimentación, educación, salud, recreación y vestido) y de un medio ambiente menos contaminado, está por encima de la rentabilidad individual. De un pueblo más educado tanto de sus derechos y deberes, capaz de anteponer lo espiritual ante el materialismo, comprender que su felicidad es compartida y se genera cuando los demás integrantes logran también alcanzar sus derechos colectivos. Dentro de este contexto hablamos de un generador bienes y servicios (trabajador) capaz de entender que su trabajo permitirá mejorar la calidad de vida de un pueblo del cual forma parte, que su trabajo se genera de un proceso colectivo y que sus logros comienzan cuando su esfuerzo se recompensan con la generación de bienes y servicios que permitirán a un pueblo satisfacer sus derechos; este nuevo generador de bienes considera que sus objetivos personales son alcanzados cuando su entorno familiar y social mejora sustancialmente su calidad de vida.
El nuevo empresario junto a su equipo de trabajo forman un todo sin divisiones con responsabilidades definidas, con tareas que requieren de un esfuerzo en conjunto donde todos de una manera comprometida logran superar obstáculos, fortalecen su organización y lograr cada día sumar mayor número de felicidades al garantizar cada vez más el logro de los derechos colectivos.
¿Qué papel cumple el Estado? Para dar respuesta a esta interrogante, debemos por empezar por definir ¿Qué llamamos derechos colectivos?; estos no son más que garantizar a todos los venezolanos el derecho a la alimentación, vivienda digna (con sus enseres básicos; cocina, nevera, un lugar donde comer y compartir, y por último donde dormir), educación, salud, recreación y vestido. Ahora bien, uno de los mayores retos es delimitar dos áreas básicas como lo son: alimentación, recreación y vestido; ya que corremos el riesgo de caer en el surgimiento de derechos que pasan de un derecho básico a un derecho banal (lujo). Estos elementos pudieran estandarizarse a través de un proceso educativo y la reglamentación en el uso de estrategias publicitarias (en especial en los medios audiovisuales), que tanto daño hacen a nuestro niños; podríamos por comenzar por evitar el uso de publicidad engañosa, persuasiva y manipuladora de una serie de comportamientos que forman parte del hombre (odio, envidia, rencor y protagonismo).
Estos elementos permitirán el surgimiento de un hombre nuevo capaz de entender que las necesidades de un pueblo son también suyas, que preservar su medio ambiente es una obligación con las nuevas generaciones y que el valor de un individuo no lo dá los bienes que posee, sino la capacidad de generar la mayor suma de felicidades posibles dentro de su pueblo. Dentro de este panorama el Estado se obliga a generar la mayor cantidad posible de políticas que permitan el mayor control sobre todos los procesos que involucran el surgimiento de un nuevo hombre, la generación de bienes y servicios que permitan alcanzar al pueblo sus derechos colectivos y la preservación del medio ambiente.
Ahora bien, debemos responder la siguiente pregunta: ¿El papel del sector privado? Podemos comenzar por delimitar su papel dentro del sector generador de bienes y servicios, ya que no solo abarca los que llamamos derechos colectivos, sino aquellos que caen fuera de ellos y donde el Estado permite una mayor liberación en su marco de acción; eso si dentro del marco jurídico establecido, tal es el caso del uso de las estrategias publicitarias en los medios audiovisuales. No queremos decir que debido a que el estado permite mayor liberación del marco de acción en los bienes y servicios no colectivos, el sector privado se va a dedicar a solo producir estos bienes; nada más alejado de la realidad, ya que su compromiso con la producción de bienes y servicios dentro de los derechos colectivos es obligatorio, ya sea a través del pago de impuesto o regalías, o lo que todos queremos y aspiramos, el compromiso de todos (Estado, Pueblo, Trabajadores y Empresarios) por una nueva visión de lo que representa un pueblo y el alcance de sus metas.
El nuevo mercadeo considera el precio como un elemento donde la palabra rentabilidad queda fuera, surgiendo un nuevo orden donde el desarrollo colectivo de todos los integrantes del sistema comercial es su razón de ser; todos ganan, nadie pierde. El precio representa un valor monetario donde se integran sistemas de calidad de vida de iguales, donde todos pueden garantizar el logro de sus derechos colectivos y el desarrollo colectivo de un modelo comercial más humano y solidario, capaz de lograr alcanzar niveles de compromisos que permitan lograr modelos de producción muchos más eficientes y poderosos que sistema comercial alguno sobre la faz de la tierra haya logrado.
El sistema de distribución busca garantizar el mayor compromiso por lograr colocar en el momento justo y en el sitio más conveniente los bienes y servicios; los componentes del sistema valoran su trabajo en función de los requerimientos de un pueblo y no de sus intereses particulares; eliminando los procesos especulativos y sustituyéndolos por procesos más equitativos basados en el paradigma de un nuevo individuo.
Los sistemas de comunicación basaran sus logros en su capacidad de informar y comprender los requerimientos de un pueblo, que aspira lograr niveles de vida más humano, más colectivos y orientados a principios educativos donde los proceso racionales priven sobre los emocionales, generando un individuo más comprometido con su pueblo y con la conservación de su medio ambiente.
Esto pretende ser un borrador de ideas que requieren el compromiso de muchos para su perfeccionamiento y puesta en práctica; pero lo que si garantizo es que su contextualización se enmarca dentro de un nuevo hombre y una nueva forma de convivencia que permitirá un mundo donde un 99% de los hombres podrán tener la esperanza de lograr alcanzar sus derechos colectivos y la preservación de nuestro mundo hasta la eternidad.
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