Pena ajena, impotencia, y hasta sorpresa, nos causó el ver como los voceros del gobierno bolivariano que intervinieron en la Conferencia por la Paz que convocara el presidente Maduro en Miraflores, no supieron defender lo que representa en logros y en programa la Revolución Bolivariana iniciada en 1999.
Nos quedó un mal sabor al constatar que a los líderes del proceso revolucionario se les olvidaron las razones por las cuales ocupan los cargos en los cuales están. Como si 25 años de luchas, desde el 27 de febrero del 89, no hubieran pasado, y este gobierno fuera simplemente un gobierno más que discute con sus opositores los mecanismos para lograr la paz y evitar una guerra civil.
Sólo el presidente de la Central Bolivariana de Trabajadores dejó claro que la disputa actual es por el control de la renta petrolera. A pesar de su pésima oratoria, Will Rangel dijo lo que no supieron decir ninguno de los funcionarios de los distintos poderes públicos que allí intervinieron. Se pudo interpretar de sus palabras, algo confusas, que aquí sigue planteada una lucha de clases, y que los trabajadores tenemos reivindicaciones propias que han sido contempladas y conquistadas en este proceso revolucionario.
Esquemáticamente, mencionamos algunos de los puntos centrales de esta revolución que parece que ya se les olvidó a quienes encabezan el gobierno bolivariano:
Primero que todo, hay que reivindicar en todos los espacios que la Revolución Bolivariana es un faro que alumbra las luchas de todos los pueblos del mundo, enfrentados a los planes neoliberales y al intervencionismo guerrerista que ejecutan los Estados Unidos, sus países aliados y las instituciones que dominan la economía mundial. El programa de gobierno de la Revolución Bolivariana es el más avanzado de país alguno, a pesar de todas sus limitaciones y deficiencias de la acción gubernamental.
Mientras en Europa se restringen todos los derechos sociales conquistados por los trabajadores hace 70 años, en Venezuela se han ampliado y fortalecido conquistas como el derecho a la educación pública, a la salud gratuita, al trabajo, a la vivienda, a la seguridad social, a la cultura, a la recreación y otros derechos que hoy son cercenados en España, Grecia, Italia, Francia, Alemania y que en décadas anteriores ya habían sido aniquilados en los Estados Unidos e Inglaterra.
Mientras la respuesta que los gobiernos burgueses de distinto signo han dado a las protestas populares que se han generalizado en el mundo desde 2011, ha sido la represión violenta, la persecución y criminalización de los protestantes, y en algunos casos el abierto genocidio contra el pueblo, la revolución bolivariana mantiene una política democrática que tolera las manifestaciones opositoras y permite la mayor libertad de expresión existente en país alguno.
Mientras el imperialismo y sus aliados han fortalecido en las últimas décadas los mecanismos de control sobre las fuentes de materias primas y de recursos naturales para sus industrias, Venezuela ha avanzado en recuperar el control de sus principales industrias y en el manejo soberano de nuestra economía, tratando de romper con los mecanismos de la dependencia que por siglos nos han confinado en el subdesarrollo económico y social.
La democracia participativa y protagónica es uno de los logros fundamentales de la revolución. La participación de las comunidades organizadas en Consejos Comunales y Comunas para la ejecución de los presupuestos públicos es única en el mundo, y es un referente sólido contra los mecanismos fraudulentos de la falsa democracia liberal representativa, parlamentaria, que imponen en todo el mundo los Estados Unidos y sus aliados.
El control obrero en las fábricas y empresas públicas y privadas también ha sido una propuesta y en algunos casos un logro de esta revolución. Los Consejos de Trabajadores como expresión del poder popular en el ámbito económico son una propuesta clave de la revolución bolivariana, como facilitadores del tránsito al socialismo, objetivo del Plan de la Patria que nos dejó el presidente Chávez.
Resaltan entre las conquistas sociales la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Ley Orgánica del Trabajo, las trabajadoras y los trabajadores. Con esos logros, pudo Chávez triunfar en 2012 y constituyen conquistas del pueblo que no son negociables.
Hay muchos otros ámbitos de conquistas populares en esta revolución que tampoco fueron mencionados en la fulana Conferencia por la Paz, y que los que escriben por aporrea sabrán definir seguramente.
Pensamos que si quienes encabezan por el gobierno esa conferencia de paz no saben definir los puntos vitales no negociables de esta revolución, pues el proceso de cambios mismo está en peligro. Pues se puede terminar negociando la esencia misma de la revolución, sólo para salvar el cogote de burócratas que ya ni saben ni recuerdan las razones históricas de este proceso.
Sugerimos al presidente Maduro realizar cambios urgentes en la plana mayor de la revolución, de la vicepresidencia para abajo, e incluyendo al resto de poderes públicos, y rodearse de verdaderos revolucionarios, de genuinos líderes del pueblo, que sepan defender con la vida, si es necesario, no las prebendas burocráticas ni los dineros mal habidos en la administración pública, sino las razones justas e históricas por las cuales el pueblo venezolano dio la vida el 27 de febrero del 89 y el 11, 12 y 13 de abril del 2002, razones por las que todavía, pese a las malas ejecutorías del gobierno, centenares de miles de mujeres y hombres del pueblo venezolano están dispuestos a jugarse la vida en las calles de todas las ciudades del país para garantizar que esta revolución se mantenga, se consolide y se profundice, tal como lo deseó Chávez al despedirse en su última alocución del 8 de diciembre de 2012.
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