Estamos iniciando la “Columna de Dante” número 150. Son 150 cantos a la paz, la democracia, al crecimiento, a la revolución y a la gente que se merece todo de un servidor público, como es mi caso.
Son 150 semanas, sin faltar una solita. 150 temas diferentes surgidos de la realidad, que es la única verdad, y que nos obliga a pensar en grande para hallar soluciones rápidas y eficaces en busca de la felicidad del conjunto. Especialmente para los más necesitados, los que estuvieron enterrados por décadas por el poder prepotente de minorías poderosas que se habían apoderado de Venezuela.
Hoy el cambio social, hacia arriba, se nota en todos los ámbitos. En el Ministerio de Comercio, a mi cargo, practicamos la Cultura del Trabajo Feliz, logrando resultados de excelencia en la prestación de servicios que están siendo reconocidos por los usuarios de todos los niveles.
Accionamos duro apoyando a la industria en la Región Andina (Táchira, Trujillo y Mérida). Estamos recuperando ese sentimiento vital de mentalidad positiva para hacer posible vivir con lo nuestro sustituyendo las importaciones.
Aceptamos el reto de contrarrestar la furia de los radicalizados partidarios de la violación constitucional asumiendo la ofensiva económica como una actitud patriótica para recuperar al país. Los actores económicos, privados y oficiales, comprendieron nuestra sinceridad y respondieron al llamado presidencial de salir de la guarimba salvaje y normalizar los abastecimientos.
Seguiremos trabajando para pasar de un régimen comercial capitalista enfermo y superado para ir hacia un comercio social, responsable e inteligente. Juntos podemos lograr este salto adelante en nuestra economía. Pensemos en grande y nada parecerá imposible.
Estamos persuadidos en el Gobierno bolivariano que los venezolanos somos capaces de producir bien y a valores más bajos que la competencia externa, por eso, con corazón y razón los convoco a aumentar la producción nacional, generar empleos dignos y ahorro de divisas.
Compatriotas: desarrollemos completo el tercer objetivo histórico del Plan de la Patria y construiremos la Venezuela que soñaron Bolívar y Chávez. Les pido que ayudemos al Presidente a salir adelante derrotando a los enemigos de Venezuela, tanto de adentro como de afuera.
Cierro cantando a todo pulmón estos versos maravillosos del combativo Víctor Heredia: “¡Todavía cantamos, todavía soñamos!”
Y nadie lo impedirá. ¡Lo juro!