Tanto Freire como Dussel, insisten que lo fundamental de la nueva educación y la nueva sociedad por emerger no es la inclusión sino la transformación o aniquilamiento de las estructuras económicas políticas y socioculturales de dominación. Consideran que la transformación de la sociedad por muy buenas intenciones que estas tengan si no se logran previamente la transformación del ser dependiente y oprimido es decir de la cultura de la dominación, el pueblo intentará sustituir los anteriores opresores para convertirse en nuevos opresores. Freire en Pedagogía de los oprimidos (1981) es categórico al señalar: es que, casi siempre, en un primer momento de este descubrimiento, los oprimidos, en vez de buscar la liberación en la lucha y a través de ella, tienden a ser opresores también o subopresores (p.35). Mas adelante agrega: en este caso, el hombre nuevo, para los oprimidos es el hombre que debe nacer en la superación de la contradicción, con la transformación de la antigua situación, concretamente opresora, que sede su lugar a una nueva, la de la liberación. (p.36)
Dussel en Filosofía Ética Latinoamericana (1979) comparte este pensar del maestro brasileño: todo pueblo oprimido tiene un pro-yecto existencial de liberación pero puede estar de tal manera confundido con el pro-yecto alienante del sistema que lo atrae con vehemencia. Es necesaria la tarea pedagógico-esclarecedora del político, del maestro, del profeta, del intelectual, para que el mismo pueblo des-cubra clarividentemente lo que ya es. (p.104). En su obra América Latina dependencia y liberación (citado por David Sánchez Rubio) advierte sobre la tarea fundamental de los intelectuales latinoamericanos: la tarea de la filosofía latinoamericana seria intentar superar la modernidad nord-atlántica, y el sujeto debería proponerse detectar la dialéctica de la dominación y los rasgos de ese sujeto dominador que estaban en su propio ser dependiente y oprimido, para transformarlo.(p31)
Así mismo al referirse Freire a la fuerza pasional que debe tener todo movimiento revolucionario señala que este no es suficiente pues es presa fácil de la anarquía y el irracionalismo, por ello exalta la necesidad de acompañar lo pasional a lo racional. La primera es el impulso motivador de amor, de voluntades y compromiso hacia la transformación. La segunda expresa las experiencias, el cúmulo histórico de ideas que da fortaleza a la planificación de la sociedad futura. Freire (1977) en La educación como práctica de la libertad advierte: La mayor parte del pueblo, que emerge desorganizado, ingenuo y desesperado, con fuerte índices de analfabetismo y semi analfabetismo, llega a ser sujeto fácil de los irracionalismos. (p.82) Mas adelante dice: Entendemos la rebelión como un síntoma de ascensión, como una introducción a la plenitud. Por eso mismo es que nuestra simpatía por la rebelión no podrá radicar nunca en sus manifestaciones preponderantemente pasionales (p.87)
Freire se opuso siempre tanto al académico frío de los cubículos y bibliotecas cuyas abstracciones en nada se vinculan con su realidad concreta, pero igual advirtió contra la supuesta democratización cultural y educativa que bajo un sentido populista denigra no solamente de estos elementos sino del propio pueblo. Por esto insiste que junto al indispensable elemento pasional es necesario el componente racional que da la teoría y la filosofía, de lo contrario es solo discurso hueco, consignas sin orientación: En este sentido, teorizar es contemplar; no en el sentido distorsionado que le damos a la oposición a la realidad, de abstracción. Nuestra educación no es teórica porque le falta ese apego a la comprobación, a la invención, al estudio. Es verbosa, es palabrería, es sonora, es asistencialista, no comunica; hace comunicador, cosas bien diferentes. (p.89). De ahí que jamás admitiremos que la democratización de la cultura sea su vulgarización y tampoco que sea algo fabricado en nuestras bibliotecas y entregado luego al pueblo como prescripción a ser cumplida (p.97-98) para la conciencia fanática cuya patología de la ingenuidad lleva a lo irracional, lo adecuado es el acomodamiento, el ajuste y la adaptación. (p.102)
Freire a igual que Dussel hablan de una pedagogía y una ética de la liberación, para ambos, a igual como lo señalara Simón Rodríguez hace 200 años, no puede haber revolución económica y política sin una revolución pedagógica esclarecedora, que comienza por el reconocimiento de la situación de victimas, oprimidos, excluidos y continua por la condición ética por la responsabilidad por el otro, por el pensamiento colectivo, no individualista, por la constitución de un NOSOTROS. Este componente pedagógico ético, no es solamente para la transformación cultural y política sino una perspectiva ontoespistemologico de la investigación científica. Por esto ambos autores rescatan el papel eminentemente político de la educación. Según Freire (1970): La practica educativa no tiene lugar jamás en el vacío sino en un contexto real, histórico, económico, político y no necesariamente idéntico a ningún otro contexto.(p.37)
Mas concretamente sobre el tema de la alfabetización, al que tanto esfuerzo intelectual y practico dedico, Freire (1970) en su libro La educación bancaria. La naturaleza política de la educación señala: El analfabetismo no es problema estrictamente lingüístico o exclusivamente pedagógico o metodológico. Es una cuestión política, al igual que la misma alfabetización a través de la cual intentamos superar el analfabetismo.(p.34). se es analfabeto en razón de condiciones objetivas. En ciertas circunstancias el hombre analfabeto es el hombre que no necesitó leer. En otras circunstancias, es aquel a quien se le ha negado el derecho de leer. En ninguno de los dos casos existe la posibilidad de elegir.(p.39)
Nos parece sumamente importante estas palabras de Freire, primero porque aclara que no todo analfabeta esta obligatoriamente en la oscuridad, así como tampoco es cierto que los alfabetizados están en la luz, ya que eso depende del contenido y propósito de la alfabetización, que siempre ha tenido y tendrá como todo proceso educativo un componente político. Pero además la tesis de que los analfabetas son la oscuridad enmascara y legitima el discurso dominante de que los pueblos sin la escritura moderna pertenecen a la prehistoria, a la barbarie, por tanto deben ser civilizados. De ahí que no haya ignorancia absoluta ni sabiduría absoluta.(Freire.1977.p.101)
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