“Lanz ha dividido al personal”, “Caos en Alcasa”, “Caos institucional denuncian alcasianos”. Con estas sentencias, titulaba Isabel Arrieta, periodista del periódico regional Nueva Prensa de Guayana,
la portada de su edición del pasado 03 de Febrero en lo que ha sido una
arremetida mediática contra el proceso de cogestión en ALCASA y en
particular contra uno de sus principales impulsores, Carlos Lanz. Dicho
ataque no sólo ha venido desde las filas de la burguesía regional, que
ve con temor que la experiencia de participación obrera que se
desarrolla en Alcasa puede servir de inspiración al resto de los
trabajadores de la región (y del país. También desde sectores de la
dirección del movimiento bolivariano y su ala más a la derecha se han
complementado estos ataques con los de la burocracia regional, de la
propia CVG, así como de sectores del movimiento sindical bolivariano.
La cogestión revolucionaria y la postura de la dirección de la FBT Bolívar
En entrevista hecha por Isabel Arrieta, del periódico regional Nueva Prensa de Guayana,
a Félix Antillano, secretario de asuntos sociales de SINTRALCASA y
Alberto Marín, secretario de acta y correspondencia de la seccional de
empleados de dicho sindicato, y ambos dirigentes del Movimiento 21 (FBT
- Bolívar), acusaron al compañero Lanz de haber “propiciado la división
entre los trabajadores y sin duda alguna implementa una anarquía
continua en la planta”, además de que “estamos al frente de un caos
institucional en Alcasa”. Asimismo, Antillano “cuestionó la divulgación
de parte de la empresa del proceso cogestionario, ya que por el
contrario no hay participación de los trabajadores en la toma de
decisiones pese a que el principio fundamental de cogestión promueve la
integración.”
Cuando sabemos que, con sus altos y bajos, la experiencia de
cogestión en Alcasa es la más avanzada en estos momentos en el país,
con alto contenido de control obrero, puede uno preguntarse ¿qué tipo
de cogestión defiende la dirección de la FBT en Bolívar? En ocasión de
las recientes elecciones sindicales en esa reductora del aluminio,
camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria tuvimos la
oportunidad de debatir con algunos sectores de trabajadores nuestras
propuestas de control obrero. Entre con quienes debatimos sobre estos
temas estaban dirigentes del Movimiento 21 (FBT Bolívar), en
particular, el diputado suplente Marcano. Según nos comentaba el
compatriota Marcano, ellos están en completo desacuerdo con el modelo
de cogestión impulsado en ALCASA y defienden por el contrario
propuestas como las que se intentaron desarrollar en CADAFE.
Ciertamente CADAFE fue en su momento una interesante
experiencia de participación de los trabajadores. Pero varios errores y
una falta de visión más global de la lucha por la cogestión finalmente
derrotaron este proceso, que actualmente se encuentra estancado. En
lugar de romper con las estructuras tradicionales de una empresa
capitalista, el modelo cogestionario impulsado en CADAFE planteaba el
anexar organismos de participación de los trabajadores a los distintos
estratos de la empresa eléctrica. Enfrentado a una gerencia contraria a
cualquier participación de los trabajadores más allá de un “buzón de
sugerencias”, como llegó a plantear públicamente el presidente de esta
empresa, este modelo cogestionario fue finalmente derrotado, o al menos
estancado.
Si a esta propuesta la comparamos con los principales
planteamientos de un modelo cogestionario aún en desarrollo, es claro
que la propuesta alcasiana es mucho más avanzada. Por ejemplo, en lugar
de anexar órganos de participación a las gerencias, en ALCASA se ha
cambiado la figura de gerentes por ternas gerenciales, es decir,
equipos de tres delegados elegidos en asamblea y revocables en todo
momento. Junto a esto, la participación de los trabajadores se organiza
a través de mesas de trabajo y voceros elegidos a tal fin por
departamento y en asamblea, igualmente revocables. Pero más allá de
esto, basta con mencionar que en ALCASA ya se han empezado a dar
experiencias en la que en algunos departamentos, los trabajadores han
participado de las decisiones acerca de la adquisición y uso de
insumos. ¿Acaso no es esto participación de los trabajadores? Pareciera
ser que el compatriota Félix Antillano y una pare de la dirección de la
FBT regional o bien desconocen estas experiencias o tienen otro
concepto de lo que es participación de los trabajadores.
La adecuación tecnológica y el inicio de la Línea V
Otro de los frentes desde los cuales desde hace meses vienen
atacando la actual gestión en ALCASA tiene que ver con la construcción
de la denominada Línea V. El pasado 28 de Enero, el diario regional Correo del Caroní
publicaba las declaraciones de las directoras laborales Morella Cordero
y Mary Briceño, ambas del Movimiento 21 (FBT Bolívar), quienes
“manifestaron su preocupación por la desaparición o desvío de una
partida de 194 millones de dólares previstos para la ejecución del
proyecto de expansión de la empresa reductora de aluminio conocido como
la V Línea”. Ambas dirigentes sindicales señalaron que la “decisión de
rebajar el presupuesto de la V Línea de CVG Alcasa se tomó en el mes de
noviembre del 2005, cuando se hizo la planificación del presupuesto del
año 2006, pero lo que levanta sospecha, es que ningún directivo de la
empresa haya dado una explicación de si este dinero será utilizado en
otro proyecto dentro de la planta".
Al momento de salir la nota anteriormente citada, distintos
diarios regionales anunciaban la supuesta eliminación del proyecto de
ampliación de las capacidades productivas en ALCASA. Con bombos y
platillos, los diarios regionales acusaban a la actual dirección de la
empresa de haber echado para atrás el proyecto de construcción de la
Línea V y en muchos casos decían citar anuncios oficiales por parte del
compañero Carlos Lanz. Más recientemente, en las mismas declaraciones
dadas por Félix Antillano y Alberto Marín al Nueva Prensa,
“responsabilizaron al presidente Lanz de la paralización de la
construcción de la V línea de Alcasa que daría equilibrio al proceso de
producción y apalearía los altos niveles de desempleo en la zona.”
Sin embargo, las razones de la demora en el inicio de la
construcción de la Línea V poco tienen que ver con antojos personales
sino con haber dado un alto a un proyecto que estaba planteado
adelantarse con una empresa trasnacional en condiciones desventajosas
para ALCASA y para el país mismo. Antes estaba prevista la
implementación de una tecnología de la trasnacional francesa Pechiney,
conocida en el mercado como AP-35. La implementación de esta tecnología
francesa implicaba que parte de la producción de ALCASA iría a manos de
esta trasnacional, en condiciones poco favorables a la empresa
venezolana. Más aún, la otra propuesta implicaba el uso de la
tecnología de celda V-350, desarrollada en VENALUM. Esto no sólo
implicaba el ahorro de costos, sino evitaba la condición de ceder
materia prima en condiciones desfavorables.
La demora en la iniciación del proyecto justificó el ataque
recibido desde diversos sectores. Curiosamente, el actual Secretario
General de SINTRALCASA, Henry Arias (Causa R), declaraba el pasado 29
de Enero a Correo del Caroní que “hasta donde yo sé, el
proyecto de la V Línea de Alcasa va, puesto que la semana pasada me
reuní con el presidente de la empresa Carlos Lanz y es lo que se
manejaba” y explicó que “las últimas informaciones que hemos tenido es
que el proyecto de la reductora de aluminio se llevará a cabo con
tecnología V-350, que es venezolana, no como se tenía programado en un
inicio, que era hacerla con tecnología francesa”.
Sin embargo, para Arias, “no importa si estos proyectos se
llevan a cabo con tecnología nacional o extranjera, lo importante es
que se hagan y por eso Sintralcasa y los sindicatos de la construcción
no nos podemos quedar de brazos cruzados”. Finalmente, según se reseñó
en los medios regionales, este primer semestre de 2006 se iniciará las
labores de construcción de la Línea V en ALCASA, así como también de la
Línea VI de VENALUM, ambos proyectos empleando la tecnología
desarrollada en la región. Según publica el diario Correo del Caroní
en fecha 08 de Febrero, en referencia a la tecnología francesa, Carlos
Lanz señalaba que “esa idea se estaba ejecutando de manera equivocada”
y que “existía mayor viabilidad empleando las celdas diseñadas por
Venalum”. Según señala la nota periodística sobre las declaraciones del
compañero Lanz, “el Ejecutivo Nacional absorberá un porcentaje
importante de los gastos, es decir, el proyecto será ejecutado 51% con
capital oficial. Sin embargo, no se ha descartado del todo la
participación foránea. Lo que sí advirtió que por decisión del
Ejecutivo no se intercambiará tecnología o inversión por materia
prima.”
Hay que señalar que, en nuestro criterio, parte de los ataques
lanzados desde distintos sectores, pero particularmente desde la
dirigencia de la FBT regional, pudieran haber sido contestados
revolucionariamente, lanzando una consulta a los propios trabajadores
alcasianos. Una asamblea general de trabajadores, en la que se hubiese
dado el debate sobre las ventajas de la tecnología nacional sobre la
francesa, además de señalar las condiciones desventajosas que la
trasnacional pretendía imponer hubiese sido no sólo una respuesta
contundente a quienes, por intereses que parecen ser más de tipo
personal por compromisos adquiridos, sino además habría permitido en
otro aspecto clave del desarrollo de esta estatal del aluminio, haber
impulsado la participación de los trabajadores.
La lucha de los jubilados y pensionados
Los pasivos laborales que acumulan las distintas empresas
básicas en Guayana son inmensos. ALCASA no es ninguna excepción. En las
últimas semanas, por no decir meses, se han dado reiteradas
movilizaciones de trabajadores de las distintas empresas metalúrgicas
de la región, reclamando el pago de lo adeudado. Recientemente, el
reclamo del pago de una deuda que mantenía la reductora del aluminio
con sus jubilados de los años 1990-200 por errores en los cálculos de
prestaciones llevó a acciones de protesta por parte de estos ex
trabajadores, quienes llegaron a cerrar las instalaciones del edificio
administrativo de ALCASA, cerrar el acceso vehicular a la factoría y
amenazar el inicio de una huelga de hambre para forzar el pago de lo
adeudado.
A mediados de diciembre pasado, la empresa había llegado a un
acuerdo con los jubilados y pensionados, además del compromiso de la
CVG de transferir el monto de 4,9 millardos para el pago de los pasivos
laborales. En nota de prensa en el diario Correo del Caroní de fecha 17
de Enero de 2005, se señalaba que “El Directorio de la Corporación
Venezolana de Guayana (CVG), presidido por el ministro Víctor Álvarez,
firmó este viernes un acuerdo aprobando el auxilio financiero por un
monto de 4.9 millardos de bolívares, para honrar la deuda por concepto
de ajustes de pensiones de los jubilados y pensionados de CVG Alcasa.”
Sin embargo, el traspaso de los fondos no se ha concretado sino que
luego de semanas de protestas lo que se ha alcanzado es el compromiso
de que a partir del 08 de Febrero se iba a iniciar el traspaso de los
fondos. ¿Por qué se ha demorado este traspaso de fondos?
El pasado 1 de febrero, el Correo del Caroní
señalaba que “Un grupo representativo de los 520 jubilados y
pensionados de la empresa CVG Alcasa, tomaron la decisión de instalarse
de manera indefinida en la sede del edificio administrativo de la
empresa reductora de aluminio, exigiéndole a la Corporación Venezolana
de Guayana, y específicamente al ministro Víctor Álvarez, titular del
Mibam, que autorice la transferencia de los 4.9 millardos de bolívares
para el pago de la deuda correspondiente a la bonificación por el mal
cálculo del salario de los ex trabajadores desde el año 1991.” Los
medios regionales aprovechaban las protestas, que los jubilados y
pensionados dirigieron siempre hacia los responsables administrativos
de la CVG, para atacar en ALCASA, en una campaña mediática sin descanso
que adelantan contra la empresa bandera de la cogestión revolucionaria.
El propio abogado del grupo de trabajadores jubilados y
pensionados, José de Jesús Díaz, declaraba en esa misma nota de prensa
que “el proceso administrativo de transferencia de los 4.9 millardos de
bolívares, desde la Corporación Venezolana de Guayana hasta la empresa
CVG Alcasa, no se ha realizado por una serie de trámites de carácter
burocrático, que están entorpeciendo una negociación transparente y
democrática entre los jubilados y la empresa CVG Alcasa. En tal sentido
hacemos un llamado al ministro Víctor Álvarez para que le dé celeridad
a este proceso, y se le pague este dinero a los jubilados de CVG
Alcasa". Adicionalmente, denunció que "existen personas enquistadas
dentro de CVG matriz, que están interesadas en sabotear este proceso”.
El día 3 de febrero, Rubén Rodríguez, presidente de la
Asociación de Jubilados y Pensionados de CVG Alcasa (Ajupal), declaraba
también al Correo del Caroní
que la transferencia de los 4,9 millardos“no se ha hecho efectiva
debido al enfrentamiento de tipo político que existe entre dirigentes
enquistados dentro de la CVG, que responden a los intereses del
gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez” y señaló a María
de Lourdes Berti, vicepresidenta de recursos humanos de la CVG, así
como María Carolina Morillo, consultor jurídico de la CVG, “quienes
están creando este cuadro de conflicto al negarse a pagar el dinero que
se le adeuda a los jubilados y pensionados de CVG Alcasa”.
Movimiento 21 y el debate post-electoral en las bases bolivarianas
Por otro lado, y como lo habíamos previsto desde el momento
mismo de las elecciones sindicales del pasado Enero, entre los
trabajadores bolivarianos de ALCASA, pero particularmente entre las
propias bases del Movimiento 21, se está desarrollando una dinámica de
cuestionar la política seguida por la dirección ante las recientes
elecciones. Más aún, la negativa de algunos dirigentes de este
movimiento por abrir los espacios de debate necesarios para reflexionar
y entender las consecuencias de las pasadas elecciones sindicales está
acentuando el descontento, que en cualquier momento podrá causar nuevas
fracturas.
Durante una jornada de venta de nuestro periódico El Topo Obrero
a puerta de fábrica, pudimos conversar con algunos camaradas del
Movimiento 21 con quienes habíamos conversado durante las largas
jornadas electorales de enero. Éstos nos comentaban que habían
intentado abrir un debate interno para discutir los resultados de las
elecciones, pero no habían encontrado ningún eco en la dirección. Como
habíamos previsto, algunos sectores de las bases están planteando
preguntas, que un sector de la dirigencia se niega a contestar. Esto
por supuesto no significa que un quiebre total de esta dirección es
inminente. Pero es claro que es urgente, como decíamos al final de
nuestro análisis de las elecciones sindicales, que en ALCASA se
desarrolle una dirección sindical clasista y revolucionaria alternativa
que pueda agrupar a estos sectores descontentos que seguirán saliendo
de las filas del Movimiento 21. Si no es así, es posible que caigan en
el desánimo y la apatía o, como sucedió en estas elecciones, se agrupen
tras dirigentes que vienen de las filas de organizaciones nada
interesadas en impulsar el proceso de cogestión en líneas de control
obrero en ALCASA o el proceso revolucionario en general.
De la Cogestión al Control Obrero
Es claro que en el movimiento bolivariano existen diversas
concepciones de lo que debe ser la cogestión. Desde las propuestas más
atrasadas y reformistas, que incluyen la democratización de capital al
estilo SIDOR, hasta el sano instinto de la clase de avanzar hacia el
control obrero, de gestionar las empresas y mostrar, como lo hicieron
los trabajadores petroleros durante el sabotaje a la industria
petrolera a finales de 2002.
Con el lanzamiento de las Empresas de Producción Social
(EPS) se abren nuevos debates, pues son presentadas por algunos
sectores del Gobierno Bolivariano como un salto hacia delante en las
relaciones de producción. Sin embargo, ya han sido anunciadas que las
EPS, al menos las que conformarán la Compañía Nacional de Industrias
Básicas (CONIBA), serán Compañías Anónimas (C. A.) donde parte del
capital accionario de la empresa será distribuido entre los
trabajadores, nuevamente cayendo en el concepto de “democratización del
capital” que poco éxito ha tenido en otros países, incluidos los
capitalistas desarrollados. En este sentido se abrirá ahora un debate
en las bases obreras, donde los revolucionarios defenderemos la
necesidad de avanzar hacia el control obrero, donde los trabajadores
seamos la dirección consciente de las empresas del Estado, bajo una
planificación democrática de la economía, donde participemos
trabajadores, campesinos y demás sectores de la sociedad.
Hermann Albrecht es integrante de la
Corriente Marxista Revolucionaria