Hoy no se consigue un socialista en el gobierno ni para remedio, lo que sí abundan son las excusas para evitar ir más allá del capitalismo.
La Revolución va a la onu, y en su discurso no se habla de Socialismo. El imperio, por boca de insulza, nos presiona para que sigamos haciendo concesiones, y en la respuesta no aparece el Socialismo, lo más lejos que llegamos es a la defensa de una democracia difusa. No explicamos por qué este vocero imperial da estas declaraciones: ¿por qué ahora?, ¿cómo se relacionan con las inusuales declaraciones de obama a favor de leopoldo?, ¿qué relación tienen con la concesión de la mano floja con simonovis?, ¿qué conexión hay con el diálogo que asoma en el horizonte?
No explicamos que nos atacan por la esperanza Socialista que aún somos, por el mandato, la orden, de construir Socialismo que Chávez nos dejó; el espectro de Chávez aún perturba al imperio, por eso nos atacan.
Nos atacan porque temen que vayamos al Socialismo. Y el gobierno se apresura a demostrar que ya eso fue cosa del pasado. Cada día hay menos Chávez, menos rojo, y menos socialismo en su discurso y en su práctica.
Con esta conducta no alertamos a los chavistas, no los preparamos para la embestida en contra del Socialismo verdadero, no nos percatamos de que quieren debilitar al gobierno y luego tumbarlo con poco costo. Al contrario, distraemos a la masa con trapitos rojos: las colas, el muchacho terrorista de utilería y la amenaza de uribe. Es así, este raro socialismo cada día se parece más al capitalismo.
Sin embargo, algo debemos reconocer, este es un buen gobierno burgués, se parece tanto al sueño burgués de un buen gobierno: no reprime, respeta los derechos humanos, no hay tortura, por ahora se limita a perseguir los programas de opinión, la denuncia del corrimiento hacia el oportunismo. Esta suavidad, este espejismo, durará hasta que la herencia del gobierno Socialista de Chávez se le agote, hasta que la lucha de clases reclame su puesto, hasta que irrumpa desde las miserias del sistema capitalista. Los burgueses lo arrinconarán al gobierno cada vez más y, en ese momento, se verán horrores; la burguesía, el capitalismo, lo obligará a hacer lo que hay que hacer para seguir el rumbo del capitalismo, y los últimos ecos del pasado socialista se convertirán en recuerdos lejanos, en suspiros impotentes de los más lúcidos de los desposeídos.
¿Qué vendrá luego?
El mejor escenario del espejismo democrático de algunos es volver al pacto de punto fijo, retroceder a antes del 4 de Febrero, dejar estos años como una pesadilla.
Enterrar definitivamente el sueño Socialista, convertir a Chávez en un recuerdo de ocasión, seguir con la mentira de aquellos gobiernos, con esa alternabilidad engañosa, condenar a la sociedad a la miseria espiritual y material. Así garantizar al capitalismo medio siglo más de estabilidad.
No obstante, el escenario más probable, ya hay señales en el cielo encapotado, es un gobierno fascista, un periodo de alta represión para barrer con fuego, con ácido muriático, con agua regia, la voluntad de un pueblo que tuvo la osadía de ser libre por algunos años.