Las reformas no pueden ser entendidas como revolución y mucho menos como parte de estas. Una reforma es simplemente un paño caliente que colocan para hacerle creer al pueblo que se esta en revolución, o que se alcanzó la revolución. Una reforma es una mentira, es maquillar lo ya existente. Las reformas no van al meollo del problema, no los solucionan, solo los ponen mas bonitos. Una reforma es colocarle piso de porcelanas a un rancho de zin. Las reformas aceptan el problema, no lo combaten. En algún momentos hasta los encubre.



Muchas veces se presenta la reforma como parte de la estrategia, en la consecución del socialismo, pero se ha demostrado en reiteradas ocasiones que termina siendo el obstáculo, una traba bien disimulada en la consecución de este objetivo.



Hay gente que durante mucho tiempo llevaron el discurso del socialismo y hoy lo ven como una equivocación en su vida, caso Teodoro Peckoff, quien lo dice sin ningún miramiento. Dentro de nuestras filas hay gente que ya no piensa igual que antes. Pero llevan el discurso en la boca. Antes eran incendiarios y hoy se han convertido en bomberos.



El problema no esta en que ahora sean bomberos, el problema radica en que se siguen mostrando como incendiarios, pero en el discurso y como bomberos en el accionar. Y todos sabemos que los discurso no cambian los sistemas, lo hacen los hechos, Las acciones revolucionarias consistentes.



Un reformista no es más que una persona débil en lo ideológico y en el peor de los casos un fracasado, un perdedor. Una persona vencida en la lucha de las ideas. Un ser conquistado por las ideas de otros. Un traidor a las ordenes del enemigo.



Nuestro proceso como lo pide nuestro líder, debe descansar en el pueblo y no en oligarcas que terminen negociando y vendiendo este proceso. Se requiere de la fuerza sincera y absoluta del pueblo. La cual no va vender el proceso como si pudieran hacerlo los reformistas que nos acompañan.



Hay compatriotas que se atreven hablar en publico, sin ningún tipo de rubor de un capitalismo humano. Creen que pueden unir al agua y al aceite. Todo ello motivado por las nuevas vidas de oligarcas, que han alcanzado durante la existencia de este proceso.



El capitalismo se sustenta en la propiedad productiva, mientras que el socialismo en la propiedad social, el objetivo del capitalismo es la acumulación indiscriminada de capital, donde el ser humano es solo uno de los elementos que lo generan. Mientras que en el socialismo, lo primordial es el hombre. Se busca el bienestar del hombre por encima de todo. El capitalismo devora todo a su paso, con el fin de incrementar el capital, incluso al hombre.



Desde siempre se ha dicho que el capitalismo es depredador, este sistema es responsable del deterioro de la capa de ozono, y de la vida en general. Su único objetivo es multiplicar el capital, a expensa de lo que sea, tradicionalmente a costa de la explotación del hombre. Las matemáticas definen claramente al capitalismo. En nuestro país hasta hace poco, el 80% de nuestra población vivía en pobreza, mientras que en el otro 20% se encontraban los grandes capitalistas y la clase media. Por todos es conocidos que el gran capital en nuestro país es manejado por solo 4 familias. Esto refleja la insostenibilidad de este sistema. Mientras la gran mayoría pasa todo tipo de necesidades, un pequeño porcentaje presenta un situación diferente. Mientras el capitalista se sumerge en los excesos, un alto porcentaje de nuestra población y la población mundial recurre a los basureros para poder subsistir. Esto no puede ser revolución, ni tampoco se le puede colocar un pañito caliente reformista. Las revoluciones van al fondo del problema. Nuestra pelea es contra el capitalismo y el imperialismo.



Las reformas por lo general son contrarrevolucionarias porque evitan que se llegue a la raíz del problema. Las reformas atentan contra los pueblos pero benefician mucho a las elites que la glorifican y la impulsan. Por lo general estas medidas no llegan al pueblo, las revoluciones si.



En nuestro país se debe detener urgentemente el avance de los reformistas, todo el mundo habla del socialismo del siglo XX, pero ningún gobernador, alcalde u otro funcionario, ha llevado a cabo políticas institucionales locales que impulsen la creación del nuevo sistema. Pero si sucede lo contrario, cada día engordan y fortalecen al capitalismo, a través de negocios con grandes corporaciones y empresas capitalistas. Estos señores patean diariamente la instauración de las economías sociales, no estimulan al cooperativismo revolucionario y mucho menos las economías comunitarias a través de sus licitaciones.



Sin mencionar que el poder popular viene siendo secuestrado de la misma forma que se hizo en la Cuarta Republica, el comandante le pide al pueblo que controle a los gobiernos y a las instituciones y ocurre todo lo contrario. Los reformistas vienen colocando a sus contratados en todas las estructuras que correspondan al pueblo organizado, para evitar que el pueblo tome decisiones. Son pocos los municipio donde sus habitantes conocen a los miembros del consejo locales de planificación publica.



Muchos de los supuestos nuestros, vienen fortaleciéndose haciendo uso de las políticas de la cuarta republica, como las fiestesitas, reinitas, bolsitas de comidas, laminas de zin, comprando a lo dirigentes de la comunidades con contraticos, para que el proceso dependa de ellos y no del pueblo. Se han olvidado de la obligación que tienen de formar al pueblo y de impulsar la construcción del poder popular, en vez de eso impulsan la apatía, la indolencia, la dejadez en el pueblo. Persisten en la idea de que el pueblo siga siendo dependiente, de mente miserable. Las mismas practicas de la cuarta. Estos personajes están actualmente desarrollando su propio proceso. Ojala no despertemos un día y nos encontremos encadenados al pasado.



Todo esto lo vienen haciendo de forma intencional, porque es parte de un proyecto paralelo. El cual lleva el nombre de Chavismo sin Chávez. Estos señores no se reúnen con la oposición, no hablan mal de Chávez en público, lo muestran como su líder, repiten su mismo discurso, muestran las fotos donde salen guindados a él, pero no hacen nada de lo que el comandante manda, porque no comparten el proyecto revolucionario del pueblo. No creen en una justa distribución de las riquezas del país. Son de los que dicen; que con dinero viven bien, con este proceso o con la oposición.

Estos compatriotas poco a poco vienen minando las bases de este proceso, cada día lo implosionan un poco más, el objetivo final es que el pueblo se diseccione del presidente y de la revolución. Que Chávez baje en las encuestas y que llegue el momento en que cualquiera de ellos puedan disputarle el poder. Ellos están claros de que si saltaran y se unieran a la oposición fueran barridos de todos modos por el liderazgo del presidente. Actualmente esperan su momento.

Esta gente frecuentemente le dicen al pueblo; que ya llegamos al socialismo del siglo XXl. Pero no le dicen que es el socialismo de unos pocos, donde el capitalismo sigue siendo el rey. Lo cual es una falacia. Estos son individuos que le huyen a la desaparición de la propiedad privada, que prefieren la comodidad que le da la acumulación de las riquezas. Que les fascina mantener la actual relación de producción, y la explotación del mas débil, el status quo. Pero a pesar de esto se hacen llamar revolucionarios.

Los verdaderos revolucionarios no debemos dejar que este proceso se convierta en una bola de humo, en el aparecido que nadie vio. El presidente viene organizando a las comunidades a través de las misiones, de las mesas de energía. Los niveles de organización que vienen impulsando nuestros alcaldes y gobernadores son casi nulos. Por eso el comandante viene tomando vías alternas, porque la mayorías de estos son reformistas, amantes de la acumulación de capital.

Luego de las elecciones presidenciales se debe comenzar a evaluar el comportamiento de nuestros funcionarios frente al socialismo, su contribución en la creación de la economía social, en la activación del poder popular y en el proceso como un todo. Todos aquellos que con su accionar se han opuesto y se opondrán a esta nueva realidad, deben ser execrados. No se puede seguir levantando la mano a los contrarrevolucionarios. El pueblo debe comenzar a montarle referéndum a todos aquellos que usan el poder para el lucro propio y enviarlos a la cárcel por ladrones y traidores al pueblo y al proceso.

¿Que pasaría si el liderazgo del comandante se apagase?. Sería destrozado inmediatamente por estos bandidos, y no solo Chávez, el pueblo volvería ser burlado, aunque ya lo vienen siendo por algunos.

Se hace necesario, urgente que La vanguardia realmente revolucionaria que hay en nuestro país, encarrile este proceso, que la moral y la decencia sean parte primordial del perfil de nuestros funcionarios. porque los niveles de corrupción lo están carcomiendo. En todas las instituciones este flagelo se ha hecho presente y hay que combatirlo con violencia.

Los delincuentes que se vienen apropiando del erario publico, deben ser obligatoriamente llevados a la cárcel, se hace necesario la creación de leyes funcionales que faculten a las comunidades a realizar las contralorías sociales en todos los rincones del estado. Se debe evaluar el nivel de vida de nuestros funcionarios, sus propiedades, de no poder demostrar que la adquirieron legalmente deben ser encarcelados, para que este proceso realmente se enrrumbe.

El pueblo felicita las acciones que viene realizando el gobernador de Anzoátegui en contra de la corrupción. Denunciando a los funcionarios que se han aprovechado de su gestión para enriquecerse.

Cosa diferente viene sucediendo en el estado sucre, donde la revolución se ve en las políticas nacionales del presidente, pero no en las políticas del estado. En este estado el reformismo esta en una etapa superior, la cual no es siquiera capitalista sino ladronista, se cultiva la corrupción.