El esquema de la socialdemocracia rentista es muy sencillo, consiste en el famoso pan y circo romano, repartir la renta y manipular a la población, estimular el egoísmo, impedir que se piense en objetivos políticos de carácter social. Este esquema sólo funciona en época de bonanza petrolera; cuando vienen los precios bajos estalla. Este modelo es sencillo, pero la socialdemocracia no lo entiende, lo repite, va con él bajo el brazo al patíbulo. Cuando bajan los precios se desespera por seguir repartiendo la escasez, sigue por el mismo camino pero ahora sin dinero, el resultado es el derrumbe.
El esquema revolucionario es también sencillo, consiste en crear conciencia del deber social, de pertenencia a la sociedad, conciencia revolucionaria, y con esa conciencia crear riqueza. O mejor, esa conciencia es la mayor riqueza que puede tener un pueblo, un pueblo así, como diría Fidel, es capaz de resistirlo todo. En otra manera de decirlo, el esquema revolucionario es crear al Socialismo, ¡ojo!, al Socialismo verdadero, no al retórico, que al primer vientecito se cae.
Hoy los precios del petróleo entran en baja y los dos modelos se enfrentan dentro de la Revolución. El gobierno escoge el camino de la socialdemocracia, promete que todo seguirá igual, que no habrá problema, hasta llega a decir que con petróleo en cero todo seguirá igual. Se les comprende la angustia, pero evadir la realidad es conducta equivocada, necesariamente fracasará, y ese fracaso traerá, para los humildes, nuevos y crueles padecimientos, volverán las razias a los barrios, las prisiones, ajusticiamiento, desaparecidos, la represión a los revolucionarios, la miseria espiritual y material será la norma.
Lo correcto es transformar la crisis, las dificultades, en escuela, en oportunidad para elevar la conciencia de la masa, insuflarle la pasión de Carabobo, de Santa Inés, que regrese Chávez al combate con su morral lleno del Plan de la Patria, del Himno de Zamora, de “Horror a la oligarquía”. La crisis es propicia para develar la esencia del capitalismo, es demostración de que la burguesía sólo entiende el lenguaje del lucro, de sus privilegios.
¡Es hora de la autocritica del gobierno, de la dirección de la Revolución! Es hora, no de tapar la realidad, sino de decir nos equivocamos, quisimos ahorrarle sacrificios a la sociedad, tendimos la mano a la burguesía, cometimos la candidez de querer construir la paz con los enemigos de la paz, quisimos construir una sociedad feliz con los enemigos de la sociedad, quisimos controlar el monstruo capitalista que es incontrolable.
Ahora todos estamos convencidos, la realidad nos enseña con crudeza que el camino es sustituir al capitalismo por el Socialismo, los burgueses no pueden seguir dirigiendo la economía, la sociedad. Mientras exista capitalismo éste impondrá su lógica. Cumplamos las órdenes del Plan de la Patria, puño y letra del Comandante, el original.
No nos avergoncemos de los errores, son propios de la búsqueda del camino. Avergoncémonos de no rectificar. El momento es favorable para corregir el rumbo, la Revolución, la sociedad de los humildes entenderá la sinceridad de sus líderes, de los hijos de Chávez. De no corregir, de seguir insistiendo en el esquema socialdemócrata, el gobierno se desgastará en la agonía del agotamiento, y la sociedad se canibalizará en una pugna egoísta de sectores por las migajas de la renta.