Me disculpan los intelectuales y los que siguen las reglas del idioma castellano.
Porque en esta ocasión trataré de utilizar palabras provenidas del mundo de los barrios, sus inventos, ocurrencias, chistes y sobre todo cosas que escuché durante mucho tiempo cuando vivía en el Bloque Cerro Grande en el Valle, Caracas.
Es el caso que la vida discurría en medio de amistades, saludos, solidaridades, ejercicio de la mayor de las sinceridades, la confianza mutua y cariñosa, si el carro amanecía con el encendido malo, el maracucho o el Eneas, te lo arreglaban sin animo mercantilista exagerado, la solidaridad era manifiesta en cada momento.
Había de todo como en Botica, referencia de las farmacias de ayer que encontrabas desde mercurocromo, curitas hasta Vick Vaporub, pero me refiero a que si amanecías sin poder desayunarte, alguien te brindaba en la panadería de la esquina, detrás y a ambos lados del bloque están los barrios 5 de Julio y 19 de Abril, de donde surgían personajes como uno de los citados, había muchos más, por ejemplo el poeta y el músico, el herrero, el carpintero y mecánicos a monton, albañiles como Félipe, hombre que siempre estaba dispuesto a arreglarte cuanto en el apartamento la filtración dañaba.
Vecinos casi todos chavistas con excepciones como en todas partes, el sentido de clase estaba arraigado en causas comunes de solidaridad y colaboración, personajes emblemáticos de una comunidad amistosa, otros como el Chino Khan y su hermano el poeta o Cristobal Francisco, luchadores de izquierda, profesionales que aún se mantienen en pie de lucha.
Mosquitas muertas llamados así a los que parecía que no quebraban un plato, pero a la calladita jodían y a veces te echaban la partida pa trás, los y las que siempre decían “cuando llegará el día que me mude, no me calo esta marginalidad”, en un acto de remordimiento quizás por ser pobres de materialidad, es decir pelando bolas, la culpa era de todos menos de ellos mismos.
Otros personajes que salían a trabajar temprano y te veían, ofrecían la cola, uno de ellos tenía una catanare que rodaba y estaba que se desarmaba, y se accidentaba cuando menos lo pensaban, la colita ofrecida se convertía de acuerdo al beneficiario de la colita en una expresión muy caraqueña “basirruque en monta en coche”, que quería decir, yo no me monto en esa vaina ni loco; en fin esta transitaba en una vida cotidiana repleta de amistad, cariños y eventualidades festivas en oprtunidades.
Bueno, dicho esto, paso tratar de explicar lo del título, es el caso que, hay dichos que hacen historia y a uno le vienen a la mente sin proponerselo, por ejemplo, “Ese es más falso que un billete de 15 bolívares” o el otro “ con ese no voy ni a misa”; este último, es el que escojo para ejemplificar sobre el título, sencillamente porque si algo tiene el pueblo es que “donde pone el ojo, pone la bala” y es un vecino de la zona referida que me comenzó a hablar del papel que realizan ciertos personajes que se autocalifican de revolucionarios de verdad y se endilgan el epíteto de chavistas y el resto son maduristas, que les parece, me dice él, que buena apreciación tienes, estoy de acuerdo contigo, pero voy más allá, donde la orilla del río se termina, cito esto porque en río el agua llega muy suavemente cuano la corriente se agita un poco, que es distinto a la mar y las olas si entran con fuerza cuando hay un temporal.
Ahora cuando las cosas están duras, el mono no carga su hijo, expresión de abandono por causa mayor que traigo a colación, para referirme a estos personajes que cuando la revolución bolivariana más los necesita toman partido por diferenciarse de lo que ellos llaman “maduristas” y se aotoproclaman los “verdaderos seguidores del legado del comandante eterno y defensores del chavismo puro”, “con la vara que mides serás medido” en consecuencia no hay discusión practican el divisionismo.
La perdida de la solidaridad, del compañerismo, de la sindéresis política en aras de protagonismos estériles alcanza su mayor grado, cuando la revolución está siendo atacada por todos los flancos, nada más y nada menos que por el imperialismo norteamericano y sus socios europeos, no es cualquier cosa, concha de ajo que permitiera que nosotros nos veamos en enfrentamientos sobre el porque el proceso no camina a la velocidad que se requiere, acaso el mundo no es redondo y el pan no está duro, para estar alimentando a la derecha, bajo el manto y la excusa que Maduro es un reformista, semejante tarudez no deja de conmocionarnos y explica palabras mas ,palabras menos, que la revolución no está a la vuelta de la esquina su profundización.
El reciente caso del capitán que acusa a Diosdado de narcotraficante, no es un buen ejemplo que la cosa está que arde y vienen con todo a raspar la olla llena de chavistas y no chavistas; por ello, a partir de este momento y siguiendo la cultura popular, si la masa no está pa bollos, significa que el bollo se puede convertir en embrollo si no nos ponemos las pilas y le damos un rechazo total al que esté hablando paja de Maduro y el gobierno revolucionario, en lo adelante y desde ya, el momento está aquí y debemos defender la revolución de la derecha y de quienes en su afán de ofrecerse como más revolucionarios le sirven en bandeja de plata las caraotas refritas a los enemigos de siempre, porque una cosa es lo que piensa el burro y otro el que lo arrea, no es asi.