Identificando al enemigo secular de la revolución bolivariana

Nuestro pueblo venezolano está en la obligación histórica de conocer el origen de su secular situación de sumiso ante las fuerzas imperiales y las oligarquías poderosas, que solo le han prodigado sufrimientos y maldades, son 519 años de ocupación imperial; primero 330 años de ocupación por el imperio español, luego 78 años de acoso y hostigamiento por el imperio yanqui y las potencias europeas que aspiraban volver a esclavizarnos, a ello sumamos 107 años de ocupación solapada, como influencia e injerencia por el imperio yanqui.

Seguramente, en nuestro país muchos venezolanos ven al imperio gringo desde otra perspectiva, producida por la publicidad de la cual hemos sido víctimas durante mucho tiempo y, que nos han hecho ver, solo la punta del iceberg de la ocupación o influencia absoluta imperial. Todo ello ha sido apoyado en una desinformación acerca de los acontecimientos ocurridos y que están bien documentados, pero, por influencia de los hegemónicos esta información fue ocultada, inclusive muchos historiadores acuñaron, que la sentencia del Libertador en la cual hacía referencia a que los Estados Unidos “parecían estar signados por la providencia para plagar a la América de sufrimientos en nombre de la libertad”, era una premonición. Nada más alejado de la verdad, lo cierto es, que, esa supuesta premonición era un hecho demostrado desde hacía mucho tiempo, solo, que el libertador como estudioso y bien informado del acontecer y de la historia del mundo, ya estaba enterado de la capacidad de intriga e injerencia imperial bien heredada del nuevo Estado norteamericano de su madre la imperial Inglaterra.

Ello quedo evidenciado por una gran cantidad de acontecimientos , que están reseñados en documentos históricos que bien han sabido soslayar y ocultar a nuestro pueblo, no podemos determinar cómo es, que muchos historiadores y profesionales relacionados con esta disciplina no hayan escrito profusamente acerca de esta situación y, es lamentable, porque ello pudo haber creado una conciencia cognitiva suficiente para contrarrestar la influencia negativa del imperio hegemónico y la falsa creencia insuflada en el venezolano, que éramos un pueblo bruto, flojo, indolente e incapaz de ser protagonista de su propio desarrollo, en suma, que éramos unos minusválidos mentales.

Citaremos a continuación algunos hechos que confirman estas aseveraciones. Primero debemos entender, que la nación estadounidense no fue creada por Inglaterra y, que luego esas provincias producto de la colonia se independizaron de Inglaterra para formar un nuevo país, nada más lejano de la verdad. El hecho es, que esas provincias fueron creadas por grupos de personas que fueron aventadas al nuevo mundo, producto de segregaciones étnicas y religiosas o como castigo o como exterminio, desplazamiento y apartheid. Pero, que al llegar al nuevo mundo a las costas este de lo que hoy es Estados Unidos, estos grupos etarios se organizaron, lograron convivir y asumirse coma miembros de esta tierras y comenzaron a colonizar los territorios que le apetecían y como eran bastante golosos lograron expandirse con mucho éxito, claro que la cruel Albión seguía detentando la ciudadanía de estas personas y ejerció la misma pero por conveniencia comercial, es por ello que cuando se independizan lo hacen por razones comerciales y de autosuficiencia, para ellos, los norteamericanos, fue fácil porque en su devenir habían actuado muy independientemente y efectivamente, de allí que consiguieron el apoyo de Francia en su lucha de independencia pero negociando con una gran capacidad, porque ellos eran exactamente independientes, y como estaban bien aleccionados con su maestro y mentor el imperio inglés, desarrollaron una gran capacidad de intriga y engaño para salir muy favorecidos en los tratados que al fin todos –los tratados- los pudieron violar.

Un hecho relevante por lo lejano en el tiempo, de injerencia del imperio gringo fue, cuando llegaron al nuevo país del norte las informaciones que daban cuenta de la insurrección de Túpac Amaru en 1780 al 1781, los dirigentes de esta nación informaron la política que seguirían frente al movimiento independentista del sur. De hecho, Jefferson en 1787 asume que la revolución hispanoamericana ya no la detenía ninguna lucha, pero considera “que esta revolución era necesario posponerla hasta que los Estados Unidos pudieran beneficiarse con ella y no Inglaterra”. Adams padre sostuvo por los mismos días: “Nosotros debemos ser muy prudentes en lo que hagamos. La mayor ventaja en este negocio será para Inglaterra, pues ella proveerá a toda Suramérica con sus manufacturas, cosa que le dará rápidamente poder y riqueza, cuestión muy peligrosa para nosotros” (la independencia hispanoamericana por Manuel Medina castro)

Ya en esa época la reacción del pueblo norteamericano hacia la revolución hispanoamericana estaba condicionada por varios factores. La política exterior del gabinete de Washington, los intereses de la región, etc., la población expresó un apoyo comprensivo y cálido pero mucho de este entusiasmo era superficial.

Por ejemplo, la población del oeste, era aparentemente la más decidida en dar apoyo a la revolución sudamericana, mas por aventurera, que por democrática.

La población del Sur era más calculadora, estaba pendiente de la adquisición de la florida.

La población del Este también calculaba: le llamaba la atención, las importaciones y exportaciones o sea el comercio y estaba pendiente de las reclamaciones pecuniarias a España.

Además, en todas partes los norteamericanos se preocupaban y dudaban, ¿Estaban los hispanoamericanos preparados para la libertad? ¿Serían capaces del autogobierno? Nótese el alto nivel de exclusividad que expresaba ya, ese pueblo.

Incluso en la guerra de Francia contra Inglaterra en 1793, aun cuando Francia apoyó y ayudó a Estados Unidos, éstos se declararon neutrales en esa guerra y, negociaron con ambos. Desde ese momento, los Estados Unidos institucionalizaron la neutralidad. En el caso de Hispanoamérica la neutralidad gringa llevaba implícito el reconocimiento de la beligerancia de la revolución hispanoamericana, pero, era solo implícito. Porque el gobierno norteamericano no concedió a la revolución hispanoamericana la condición de beligerancia, lo única consecuencia fue el acceso a la mercado norteamericano, su participación fue hasta donde le convenía para sus negocios. Pero la revolución hispanoamericana existía aun sin el reconocimiento de los Estados Unidos. (Libro. “Nacimiento de un nuevo mundo, Bolívar dentro del marco de sus propios pueblos”. Frank Waldo

En su mensaje anual del 10 de dic. de 1811 el presidente madison notifico el movimiento independentista, al Senado y la Cámara conjunta “Que miran con amistoso interés el establecimiento de soberanías independientes por las provincias hispanoamericanas, que como vecinos y habitantes del mismo hemisferio los Estados Unidos siente profunda solicitud por su bienestar, y que cuando estas provincias hayan logrado su independencia por el justo ejercicio de sus derechos, el senado y la cámara de representantes se unirán al ejecutivo para establecer con ellas, como estados soberanos e independientes, aquellas relaciones amistosas y comerciales …”

Que América enfrente ella sola al estado español. Cuando haya ganado su independencia si es que la gana estados unidos concurrirá a repartirse su parte del botín2.

James Monroe, Secretario de estado de los Estados Unidos a sus ministros en Francia, la Gran Bretaña, Rusia y Dinamarca, haciendo gala de su tradicional manera de intrigar y su ambigua característica diplomática, instruyó a sus ministros en Europa, a promover el reconocimiento de la independencia de la provincias venezolanas pero no comprometiendo la relaciones pacíficas que subsistían entre Estados Unidos y las potencias europeas.

Ello nos permite o induce a preguntar ¿Con cuál autoridad moral los Estados Unidos le sugieren a otros gobiernos reconocer de la nueva república, si ella no la había reconocido? Igual hoy sucede con los derechos humanos el imperio los califica y sanciona a otros gobiernos y ellos –el imperio- no son signatarios de ningún acuerdo para respetar los derechos humanos, además que los violan dentro y fuera de sus territorio con total impunidad y falta de respeto.

Otra perlita, el 3 de Marzo de 1817 el congreso de los Estados Unidos aprobó por iniciativa del presidente Madison, una nueva ley de neutralidad abiertamente contra las provincias venezolanas, La presión del ministro español Luis de Onís fue suficiente para esto.

Según esta nueva ley, cualquier persona que armara en guerra un buque privado contra un estado en paz con los Estados Unidos, sería castigado con diez años de cárcel y una multa de diez mil dólares (Cualquier parecido con alguna situación actual no es coincidencia). Esta ley era tan abiertamente favorable a España, tanto que, el pueblo norteamericano estaba dividido en su aprobación, el mismo Jefferson admitió que la opinión publica era contraria a la ley. William cobbett periodista británico, publico un folleto “Our neutral Conduct reviewed” dedicado condenar la injusticia de la nueva ley contra los patriotas suramericanos, carentes de astilleros y de bases militares, Cobbett preguntaba, si era neutral negar armas a un hombre desarmado que peleaba contra un hombre bien armado.

Se dieron casos como ese en el cual, once oficiales ingleses en tránsito a Venezuela fueron detenidos en Filadelfia. Las provisiones de guerra que iban en el mismo barco fueron incautadas y sustituidas por harina norteamericana…

Otro ejemplo bien significativo de como aplicaba esa ley contra los patriotas.

Mediante un decreto del 6 de enero de 1817, el gobierno republicano de Venezuela dispuso el bloqueo de Guayana y Angostura. El decreto fue publicado inclusive en los estados unidos, sin embargo los mercantes norteamericanos burlaron sistemáticamente el bloqueo. El 4 de julio del mismo año 17 las fuerzas marítima de Venezuela capturaron la goleta norteamericana “Tigre”, cuando salía del Orinoco, en uno de los viajes contratados por el gobernador español para intercambiar productos de loa región con armamento norteamericano, poco tiempo después fue capturada también la goleta “Libertad”, cuando conducía municiones de boca para las fuerzas españolas, en consecuencia el almirantazgo venezolano o patriota condenó a las dos naves, entonces el gobierno de usa destaco o envió al ciudadano norteamericano Bautista Irvine como agente ante el gobierno venezolano.

El debate epistolar entre Irvine y Bolívar a lo largo de 1818 reviste el mayor interés. Bolívar luce aquí como jurista de quilates: establece los fundamentos de hecho y de derecho de la actitud venezolana, y demuestra que ella está ajustada a las ordenanzas de corso dictadas por la misma España en 1976, y desde entonces vigentes; “ en presencia de toda Europa y de los mismos Estados Unidos del norte”, a la doctrina y las leyes, prácticas y costumbres de la marina mercante de Estados Unidos del norte “a los principios de derecho de gentes, a las decisiones de los tribunales españoles y del almirantazgo británico y a los principios y doctrinas de los tratadistas de la época. No obstante Bolívar, siempre proclive al arbitraje, propone someter la cuestión a juicio de árbitros.

Claro es, Bolívar no se limitó a los aspectos jurídicos, y en el curso de la correspondencia señalo reiteradamente la parcialidad norteamericana:

Tengo demasiada buena opinión del carácter elevado de VS para no referirme en todo juicio que debe formar V.S. en su conciencia de nuestro procedimiento con los ciudadanos norteamericanos, que olvidando lo que se debe a la fraternidad, a la amistad y a los principios liberales que seguimos , han intentado burlar el bloqueo y el sitio de las plazas de Guayana y Angostura, para dar armas a unos verdugos y para alimentar a unos tigres que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre americana, ¡La sangre de sus propios hermanos!.

Yo siento que V.S. un sumo placer esperando que este sea el primero y el último punto de discusión que haya entre ambas repúblicas americanas; pero siento un profundo dolor de que el principio de nuestras transacciones en lugar de ser de congratulaciones, sea por el contrario de quejas. Bolívar Irvine Angostura 29 de julio de 1818.

Si las naciones neutrales hubiesen obligado a nuestros enemigos a respetar estrictamente el derecho público y de gentes, nuestras ventajas habrían sido infinitas”, y menos tendríamos que quejarnos de los neutros. Simón Bolívar Angostura 1818

Aún hay más, será en próxima entrega

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA Y SOBERANA!

¡CHÁVEZ VIVE!

¡LA PATRIA SIGUE!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!



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William Castillo Pérez


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