No hace mucho que Obama recurrió a “la amenaza usual” como política de Estado del imperialismo yanqui, no es la primera vez, en este caso el turno le toco a Venezuela, diríase que los conflictos con otros pueblos le es insostenible dentro de la democracia hemisférica, intolerante a la diversidad de opiniones e intereses, al socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI, el régimen político de los Estados Unidos vive una total segregación a lo interior de su país, la discriminación racial, de allí que proyecta como política de Estado no solo el racismo, la xenofobia, además del antisocialísmo como mecanismo de represión social y política de las clases gobernante, de aquella que tiene el poder económico de su sociedad y pretende reproducir la dominación social.
Las políticas de Estado del imperio yanqui se muestran al mundo como totalitarias, pretenden ejercer el dictak sobre los países y pueblos del urbe, mejor dicho la dictadura de las corporaciones transnacionales sobre la economía mundial, para eso se sirve de la amenaza, el chantaje, la extorsión para doblegar la resistencia de los sectores democráticos y socialistas. La democracia representativa de los estados Unidos, no admite los conflictos de la diversidad, la concurrencia de las minorías, y menos el dialogo político como instrumento para dirimir conflictos, dado que la amenaza ya les insuficiente, procede a bombardear pueblos e invadir su soberanía.
El régimen económico y político de los Estados Unidos es prácticamente una dictadura en manos de las elites que detenta el poder del Estado, se proyectan al mundo como el hegemón internacional, los predestinados por la providencia para dirigir el mundo, por eso no reconocen la existencia de entidades diferentes a dichas elites económicas y políticas, puesto que no admiten la disidencia, recurren al silenciamiento por los medios de comunicación privados, para acallar las voces populares, las voces participativas del pueblo, cualquier divergencia política, en su defecto apelan a la represión policial, militar y en todo caso, a la amenaza de sanciones con aquellos países que no estén acorde con estatus, con la verdad oficial.
Las largas luchas por los derechos humanos son testigos del régimen dictatorial capitalista, la discriminación racial, la represión racial, el aprisionamiento arbitrario del pueblo, la mordaza, la censura de los medios, las expropiaciones de las propiedades tales como viviendas, (en el caso de España con los casos de los desahucios), las apropiaciones forzosa de las fuentes de materias primas de los países mediante el uso de los medios militares, la guerra como medios convenientes a sus interés económicos, el cierre de las fronteras a los inmigrantes africanos, mexicanos y demás centroamericanos hacia Europa y los Estados Unidos que los amenazan con bombardear las embarcaciones, sin importar las vidas humanas. El Estado totalitario del capitalismo para ellos, los parias de la tierra no hay un espacio humano debajo del sol a menos la esclavitud social en el siglo XXI.
Para ver más de cerca la política de Estado del imperio y su régimen imperialista, observemos que se sustenta en un régimen bipartidista, no hay diversidad de partidos que logren el poder, una democracia representativa enquistada, sin permitir abrir las esclusas a otras organizaciones políticas y sociales, eso que llaman el pluralismo político, critican a la Cuba revolucionaria por su democracia política, la hegemonía del proletariado, y ellos no dan el ejemplo, también son una dictadura política de las elites económicas, una hegemonía de la clase burguesa que ha llegado al poder para mantenerse durante más de un siglo, parafraseando; el peor enemigo del capitalismo es la democracia participativa y protagónica, porque la diversidad de opciones es anatema para un credo que pretende ser el único camino para desdicha de la humanidad.