En la novela Cantaclaro de Rómulo Gallegos Juan Parao encarna el pueblo llano en busca de caudillo. Florentino Coronado (Cantaclaro) le arranca estas palabras: “Palo’e nombre pa’ encabezá una proclama”. Y al referirse a la Guerra de Independencia, Cantaclaro dice: “De allá nos viene la lanza”.
Pensamos que esta novela, con los personajes señalados, es toda una simbología del pueblo venezolano en perfecta lucha por obtener su propia realización y que el llanero Hugo Chávez es la expresión de este pueblo. Chávez era llanero y cantaba mucho. De esa manera expresaba los anhelos de su pueblo arrastrados desde la conquista europea. Desde la lucha de nuestros indígenas por defender el territorio, de los negros esclavos por su libertad hasta la lucha de la clase obrera contra las empresas del petróleo somos una continuidad histórica que no se ha dado por vencida.
La literatura venezolana desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX no ha perdido su carácter social. Novelistas, pensadores, poetas y artistas no han dejado nunca de pintar el dolor de su pueblo.
Sin la menor duda Hugo Chávez fue expresión de esa vocación social. Había asimilado esa cultura venezolana que podríamos dar por representada desde Rómulo Gallegos y Pocaterra hasta Adriano González León.
Nuestros escritores y artistas no han dejado de expresar el drama histórico del pueblo. Las guerras civiles y las traiciones de los dirigentes han conseguido el lenguaje en nuestra literatura. Las frustraciones han quedado narradas en las obras literarias y las esperanzas de redención no faltan en las obras de los grandes narradores, artistas y poetas.
Hugo Chávez fue la síntesis de esa cultura que él supo trasmitir de manera tan venezolana. Nicolás Maduro ha debido darle continuidad a esa política.
Aquiles y Anibal Nazoa, Andrés Eloy Blanco, Miguel Otero Silva, José Vicente Abreu, Cesar Rengifo son los nombres que han mantenido la esperanza del pueblo. En la terrible lucha de los años 60, una derrota política inevitable, no faltó la literatura y el personaje femenino de la novela “País Portátil” cae “entre balas y resplandores”.