Tal como previeron Marx y Engels, el capitalismo está regido por la férrea ley de la ganancia. Por el hecho de Venezuela tener las más grandes reservas petroleras nos coloca en la mira del impero yanqui. Ya vimos cómo los Estados Unidos nos declaró una amenaza inusual y extraordinaria, lo cual, de no ser por provenir de quien proviene, se trataría de algo sencillamente risible. Afortunadamente, la solidaridad internacional detuvo el golpe que ya parecía inminente. Tambien hemos visto cómo Arabia Saudita ataca a Yemen.
En realidad estamos sujetos a ser víctimas de agresiones por tener reservas de la más codiciada materia prima para el imperialismo. Esto quiere decir que necesariamente tenemos que estar preparados para cualquier contingencia. La naturaleza nos dotó de una gran riqueza pero también de poderosos enemigos que ambicionan esa riqueza. Por lo tanto, tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad, hasta la más grave.