Por si acaso: no conozco a nadie en lo personal de esta corriente política llamada Marea Socialista, ni siquiera de Aporrea; sé de algunos por los artículos que escriben en los medios digitales y la televisión, además tampoco soy político, ni mucho menos pretendo ser analista de nada, sólo digo lo que opino como periodista, como un mortal más de este país, como un ser humano que en vista de negarse a formar parte de una kilométrica cola queda limpio todas las semanas, al tener que pagar el kilo de pollo a 250 Bs, la carne de segunda a 700 y entonces no le alcanza la plata para las medicinas que tampoco se consiguen, y menos para cancelar el teléfono y el recibo de luz. Y así como yo, muchos, muchísimos.
Pero más allá de mi situación personal, que imagino sólo le quita el sueño a los que dependen de mi exiguo poder adquisitivo, pienso que a todo Gobierno le hace falta una oposición seria, responsable, un contrapeso, en función de hacer más efectiva su gestión en beneficio de las mayorías. Y en Venezuela creo que puede ser Marea Socialista. Ha podido ser otra corriente surgida de los rojos rojitos, un partido, qué sé yo, pero surgió Marea Socialista y no veo por qué se le trunca el paso.
En mi criterio, hay que incluirla. Por ahora la veo bien, pero si después toma otro rumbo y no me gusta, la excluyo, así de sencillo. Yo lo que nunca dejaré de ser es chavista. Además, muchas de las caras que vemos alrededor del novedoso movimiento, los vimos junto a El Gigante Chávez como Jorge Giordani, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio; esa gente no deambulaba como caimán en boca ‘e caño, esa gente era reconocida por el Comandante Eterno, fieles a la revolución; de modo, que los calificativos de traidores, infiltrados, contrarrevolucionarios, divisionistas, que no es de extrañar les pueden endosar en este río convulso de dimes y diretes, no les cabe bajo ninguna circunstancias. Hay que escucharlos y analizar sus propuestas. Lo contrario riñe con el deber ser de un revolucionario que piensa en lo colectivo y no en lo individual.
De cualquier manera es necesario ser coherente, desde el presidente Chávez para abajo siempre hemos dicho que en este país hacía falta una oposición seria e, incluso, El Gigante observando las acciones de Capriles, Leopoldo López y María Corina, llegó a diferenciarlos a favor de los líderes de la IV República, esos mismos que lo hicieron incursionar a él en la política desde el 4 de Febrero.
Porque lo que no se puede permitir es que un conjunto de golpistas de Primero Justicia, Voluntad Popular y otros partidos adversos, usurpen la labor de una oposición honesta, sensata, haciendo llamados de arrechera con muertos y guarimbas que incendian al país por los cuatro costados.
A veces cierro los ojos y por más que busque en mi imaginación, no veo a Giordani lanzando una bomba incendiara y corriendo a toda velocidad huyendo de la brigada antimotín, tampoco veo a Héctor Navarro con Ana Eliza Osorio templando una guaya cada uno por una punta atravesándola en la vía, para que se degüellen los motorizados.
En lo particular veo que Marea Socialista está empeñada en hacer efectiva una lucha contra la corrupción ¿y quién no está de acuerdo con eso? La corrupción en el Gobierno, amigos lectores, amigas lectoras, hace tanto o más daño que el decreto de Obama, y que Leopoldo López, Henrique Capriles, María Corina y Antonio Ledezma juntos.
Entiendo que la cuestión no es ir en contra del presidente obrero Nicolás Maduro, sino de buscar soluciones, de hacer planteamientos, ¿y por qué no reclamos?, en pro de las mayorías que dejan el pellejo por esta revolución actualmente en una crisis profunda.
Eso es válido y lleva implícita la crítica sana, constructiva, esa misma que exigía El Comandante Eterno.