PELIGROS Y RIESGOS DEL NEORENTISMO SOCIALISTA
Al parecer la contracción del gasto social, del gasto público puede hundir políticamente la revolución socialista, teniendo como escenario la caída de los precios del petróleo, sin embargo no siempre fue así, la circunstancias cuando llego Hugo R. Chávez frías al poder la situación no era menos adversa. Mark Weisbrot y Luis Sandoval señalan que “Hugo Chávez Frías fue electo en 1998 y asumió la presidencia del país en 1999, y los primeros cuatro años de su administración estuvieron signados por una gran inestabilidad política que afectó muy adversamente la economía. Esto culminó con un golpe de Estado militar que derrocó transitoriamente al gobierno constitucional en abril de 2002, y fue seguido por una devastadora huelga petrolera que se extendió desde diciembre de 2002 hasta febrero de 2003. La huelga petrolera precipitó al país a una severa recesión económica, en el curso de la cual Venezuela perdió el 24 por ciento de su PIB” (13).
Desde el punto de vista económico, la situación de los mercados petroleros era de acuerdo Adán Chávez que nos invita a recordar “que cuando en 1998, el Comandante Eterno Hugo Chávez llegó a la Presidencia, la cesta petrolera venezolana estaba en aproximadamente 8 dólares por barril. Nuestro petróleo prácticamente no valía nada como parte de la política imperialista que había convertido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en un parapeto al servicio de las grandes potencias. Y con ese precio del barril, se inició la Revolución Bolivariana. Ese no fue ningún impedimento para que el presidente Chávez cumpliera la promesa que le hizo al pueblo y llamara a una Asamblea Constituyente (14). Imagínese 8 dólares el barril. ¿Qué podía el nuevo Presidente hacer en representación del gobierno, del Estado venezolano, como cumplir los compromisos sociales que algunos autores señalan como populistas o en el mejor de los casos socialdemócratas
Sepamos que la situación política y económica en la nueva Venezuela bolivariana de transición al socialismo del siglo XXI, era como dice Eleazar Mujica Sánchez, que “La situación fiscal y del sector externo de la economía venezolana, al inicio del período de Caldera, no era tan crítica como la que se hizo evidente al comienzo del año 1999, justamente, cuando asciende Hugo Chávez a la primera magistratura del país. Chávez se encuentra con un país económicamente deprimido, socialmente desbastado y políticamente fragmentado, pero lleno de esperanza y de mucha confianza en su liderazgo. En el terreno petrolero opera un descenso en nuestra principal variable económica: el petróleo, cuyo precio promedio, en 1998 para la cesta venezolana, había alcanzado la pírrica suma de US$ 10,50, llegando incluso en diciembre de aquel año, en pleno triunfo electoral, a US$.7, 5. En tanto que, para febrero de 1999 cuando asumió el poder, la cesta venezolana de exportación promediaba US$ 8,97 por barril” (15). ¿Qué hacer?
Por eso se propone para cumplir al pueblo, “Chávez y su equipo en materia petrolera secundado, en un principio, por el entonces, Ministro de Energía y Minas, ex presidente de PDVSA y actual presidente alterno de UNASUR, Alí Rodríguez Araque anuncian-aun cuando dejan claro que los contratos y acuerdos contraídos por el Estado serán respetados-que procederán a revisar todos los acuerdos en materia petrolera en defensa de los intereses nacionales, produciéndose con ello un freno a los planes de la apertura petrolera. Al respecto, conviene señalar que desde el 2005 con Rafael Ramírez en la dirección de PDVSA y del Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería se consolidó el desmontaje de la apertura petrolera y sus viciados esquemas con la extinción de los Convenios Operativos, así como de las Asociaciones Estratégicas y los Convenios a Riesgos y Ganancias compartidas que tanto daño le hicieron a la industria petrolera y de manera más amplia a la economía nacional. Grosso modo, Chávez centra su política petrolera en tres objetivos medulares, en primer lugar, la recuperación de los precios y maximización de la renta revirtiendo para ello la política aperturista que privilegiaba volumen en detrimento de los precios y también mediante el incremento de la tasa de regalías, en segundo lugar, el fortalecimiento de la OPEP con el objeto de producir una mayor defensa del precio en el mercado petrolero internacional y en tercer lugar, se plantea una renacionalización de PDVSA. De hecho, se reivindicó el control del Estado sobre los recursos naturales y además se le otorgó rango constitucional a PDVSA” (16), es así como se hizo posible que los precios del petróleo en aumento, pasando de 10 US$ en 1998 a 101 US$ en el año 2012, se puede decir que su Gobierno siempre fue ostentoso, desde el punto de vista financiero según Andrés Giussepe. (17).
Nada de eso; el gobierno de Chávez cuando arribó al Poder su situación fiscal para hacer frente a los gastos públicos era deficitario, el país económicamente dado los precios del petróleo estaba deprimido, aparte que los primeros cuatros años estaban marcado por la inestabilidad política del país, la resistencia de la burguesía, el Golpe de Estado además, no se disponía recursos para pagar el personal de la administración pública, menos para implementar programas sociales como así hoy disfrutamos gracias a la inversión social de la revolución bolivariana. Así que la idea de “ostentosidad del gasto” vino después, con la recuperación económica, con el triunfo político y la derrota del golpe de estado.
Sin embargo, pese a la ostentosidad que disfrutamos hasta ayer, (2012), según A. Chávez, Tal realidad, le resulta a la nueva administración gubernamental muy preocupante y sofocante, dado el carácter de nuestra economía rentista y más aún por los ingentes recursos que se requerían en lo inmediato, a fin de que la Revolución Bolivariana pudiera iniciar su programa de acción política y económica” (18) y decidiera “el presidente Chávez, en conjunto, con un nutrido grupo de personalidades incluidos académicos y políticos que se opusieron, en su momento, a la política petrolera dominante en el país durante la última década del siglo XX, decidiera enfrentar resueltamente la crisis y librar la batalla por detener el deterioro de los precios del petróleo, llevando incluso esta batalla mucho más allá de nuestras fronteras, hasta alcanzar un precio justo.
La nueva administración política entendió que tal giro en la política petrolera era un asunto impostergable para nuestro país, pues, con unos precios tan deprimidos resultaría imposible llevar a cabo las nuevas transformaciones políticas y económicas en que se suspendía su programa de gobierno y que con urgencia reclamaban los sectores más desposeídos y mayoritarios de nuestra sociedad” (19).
Así que Chávez se enfrentó a la coyuntura de los precios del petróleo, a esa manipulaciones energéticas que hace las corporaciones transnacionales petroleras para beneficiarse de los precios del barril como también para someter financieramente a los países, evitar las transformaciones sociales y políticas, en particular detener las revoluciones socialistas, pero no eso al parecer para Chávez “….lo más problemático no era el bajo precio, sino la política implementada por la IV República, con la nefasta Apertura Petrolera. En ese momento, la economía nacional perdía con cualquier precio porque las ganancias se las llevaban las trasnacionales. Las empresas pagaban sólo el 1% de la regalía al Estado y se quedaban con el resto; dicho de otra manera, por cada cien barriles que sacaban, sólo pagaban 1 y se quedaban con la ganancia que dieran los restantes 99.Tampoco pagaban impuestos y PDVSA tenía una participación minoritaria pese a que el petróleo estaba en suelo venezolano. Eso sin contar el maltrato a la clase trabajadora, el daño ecológico y las prácticas de explotación irracional (20), de manera que el populismo lo practicaba la burguesía y los políticos de la IV República, regalaban el petróleo al imperialismo y sus corporaciones petroleras.
CAMISA DE FUERZA: ETAPAS DEL POPULISMO SOCIALISTA O DE LA SOCIALDEMOCRACIA SEGÚN HERNAN TORRES
Así que el Populismo siguiendo Hernán Torres el Manual o el recetario de Dornbusch y Edwards sobre las experiencias populistas de que la experiencias populistas se dan en fase de expansión del crecimiento de los precios del petróleo (el caso venezolano) aun cuando el señor Hernán reconoce pero no explica lo suficientemente que “Es un hecho que al momento de la asunción al poder del Presidente Chávez Venezuela atravesaba una crisis económica severa”. (21) Fase 1: En una primera fase, hay crecimiento económico, incrementos de sueldos y salarios, crece el empleo y la política macroeconómica parece ser exitosa. Los controles mantienen la inflación refrenada, la escasez de bienes es aliviada con importaciones, por lo tanto, la demanda incrementada tiene poco impacto en la inflación. En el caso venezolano, el incremento de precios del petróleo ayudó grandemente a una política de expansión de la demanda por la vía de fuertes incrementos del gasto público, sin caer en una situación de déficit y contar con los recursos suficientes para importar todo lo necesario para satisfacer la demanda interna” (22).
Así que la tarea de recuperación que omite Hernán Torres fue muy valiosa porque prueba que Chávez se enfrentó a “la economía de la escasez”, a la crisis provocada por el control del mercado, el llamado “el libre mercado”. En la segunda fase según Hernán Torres: “La economía comienza a mostrar cuellos de botella debido a la fuerte expansión de la demanda interna y que el sector externo de la economía ya no puede aportar los recursos necesarios para satisfacer completamente la demanda. En esta fase, se implementan controles de precios, se establece un control de cambio, la inflación aumenta significativamente, sin embargo, se trata de mantener los sueldos y salarios en un nivel alto. El presupuesto se hace fuertemente deficitario como resultado de mantener subsidios en los bienes y servicios, en los salarios y en el intercambio externo” (23), aquí hay que explicar porque se adoptaron los controles de precios y del tipo de cambio, sencillamente porque “ La Revolución Bolivariana, en cambio, destruyó el matrimonio neoliberal que estaba por cruzar su primer centenario bajo el cuido celestial del FMI. El Comandante Chávez, promoviendo esta necesaria infidelidad política, implementó el control cambiario para evitar la demencial fuga de capitales, erigiendo poderosos mecanismos paralelos para la distribución de alimentos y medicinas (Mercal, Pdval, Abastos Bicentenarios, Barrio Adentro, etc.). Un gancho directo al hígado del parasitaje económico. La Revolución Bolivariana destruyó el matrimonio neoliberal bajo el cuido celestial del FMI” (24).
Porque el control de precios y el control del tipo de cambios, en estos nos permitimos transcribir las palabras del economista Cesar Prieto, “Generalmente, las medidas de control de cambio se producen cuando se da una considerable caída de las reservas de divisas, y se corre el riesgo de que los compromisos internacionales que se realizan con moneda extranjera ha llegado a límites preocupantes. Para evitar posibles atrasos en el pago de la deuda externa, la imposibilidad de importar bienes y servicios que no produce el aparato productivo interno, (las negritas son mías) el incremento de riesgo país con el consiguiente aumento de las dificultades para adquirir capitales foráneos, y hasta una posible devaluación del bolívar, las autoridades monetarias de la república (Banco Central), recomiendan al Gobierno Nacional adoptar medidas como el Control de Cambio y el Control de Precios de los productos de primera necesidad (25).
Asimismo; agrega Cesar prieto: “La medida del Control de Cambios se adopta con el fin de frenar la salida abrupta de divisas, compensar desequilibrios en la Balanza Comercial y estabilizar las Reservas Internacionales del país. (las negritas son mías) Es conveniente señalar que en el mundo desarrollado, donde se da una alta movilidad de capitales, los controles como el aquí comentado han desaparecido por completo desde los años 80. Pero en buena parte de los países en desarrollo, como Venezuela, en situaciones como las que vivimos hoy día, se restringe la conversión de activos financieros extranjeros en moneda local en forma rápida, ya que el BCV simplemente no vende ni compra divisas para este fin. La compra y venta está limitada casi exclusivamente a las transacciones de cuenta corriente, es decir, a la compra de bienes y servicios de uso imprescindible por la población (alimentos no producidos en el país, medicinas y equipos, materia prima, transferencias a estudiantes, etc.)” (26).
Como podemos apreciar, la situación actual en que Venezuela se encuentra, con la caída de los precios del petróleo, la fuga de capital, lo cual explica que el desfalco a la nación es un hecho consumado por la corrupción privada y de exfuncionarios públicos, el sector externo de la economía no puede hacerse cargo de sostener indiscriminadamente las importaciones, excepto los productos básicos, la inflación crece por la escasez de la oferta, y el sector público no puede aportar suficientemente dólares para satisfacer la demanda, el déficit del gobierno crece a causa de la contracción de los ingresos petroleros, los subsidios s mantienen, se recorta el gasto público, lo cierto es que tenemos un “presupuesto se deficitario” que según Hernán Torres responde a “mantener subsidios en los bienes y servicios, en los salarios y en el intercambio externo”.
Hernán Torres siguiendo el Manual de Rudiger Dornbusch y Sebastian Edwards que lleva por título “The macroeconomics of populism in Latin America”, auspiciado por la Universidad de Chicago, la Fase 3: “La escasez de bienes se agudiza, la inflación se acelera, la balanza comercial se deteriora, la fuga de capitales se agudiza, hay una desmonetización de la economía, la gente prefiere adquirir bienes a conservar dinero en los bolsillos, el déficit fiscal empeora, la recaudación de impuestos desciende y el costo de los subsidios crece vertiginosamente. En esta fase, producto de la inflación, los salarios reales caen y se genera inestabilidad política, el gobierno comienza a verse atrapado en un laberinto sin salida. (En este punto cabe destacar dice Hernán Torres que lo descrito anteriormente fue escrito en 1991, y sobre experiencias de la década de los setenta del siglo pasado, y parece tener total validez en la Venezuela del 2015) (27). Al respecto discrepamos, la escasez de bienes es producto por la negligencia del ajusta del aparato productivo a la expansión de la demanda, la guerra económica no contemplada en el Manual, el bachaqueo que genera la escasez y la inflación inducida, además las especulaciones monetarias del Dólar Today pulveriza el bolívar, conspira contra su valor monetario, acelerando la inflación, (hiperinflación), pese a que existe una recaudación fiscal boyante, que distinto a al descenso ha crecido. Por otra parte la gente prefiere comprar bienes (tiene dinero pero no hay bienes). Así que el manualito de Dornbursch se escapa de esta realidad.
Por ultimo de las fases del fracaso del “populismo o la socialdemocracia” a donde con camisa de fuerza nos desea explicar el fracaso del modelo de la revolución bolivariana el señor Hernán Torres, es “Fase 4: De acuerdo a las experiencias anteriores en América Latina, todo terminó en el advenimiento de nuevos gobiernos, y en el caso chileno de una cruenta dictadura. Gobiernos que aplicaron recetas ortodoxas propias del Fondo monetario Internacional que mantuvieron los salarios deprimidos durante un período muy extendido debido a los niveles muy bajos de inversión y la fuga de capitales. Gobiernos que tuvieron como norte el equilibrio fiscal lo que supuso un recorte abrupto de subsidios y beneficios sociales, así como también, la búsqueda de balanzas de pagos equilibradas (28). O sea que nuestro caballero, el señor Hernán Torres de acuerdo al Manual de Dornbusch vamos al “advenimiento de un nuevo gobierno”, en el peor de los caos a una dictadura d derecha, al fascismo, a la aplicación de un programa neoliberal, que congela los salarios, liquida las misiones socialistas, recorte de los subsidios, de las pensiones, del gasto social en educación salud, viviendas públicas, y todo aquello que hizo posible la revolución bolivariana redistribuyendo la renta petrolera, para buscar “El Norte”, el equilibrio fiscal a costa del padecimiento social, la reorientación de la renta a financiar el progreso privado, estimular las bajas inversiones en que se hallan en esta fase, (fruto de la conspiración contra Maduro).
Hernán Torres advierte que “Obviamente, aún no hemos llegado a esta fase, sin embargo, ya vemos que el gobierno está pensando eliminar el subsidio a la gasolina, ya ha ordenado la restauración de los peajes, y una posible reforma tributaria, la eliminación de gastos suntuarios y posiblemente un recorte en los programas sociales. También se ha visto un alto en el énfasis en la expropiación de tierras y de empresas (29). Sin embargo, el gobierno ha sido muy firme, las Misiones Socialistas continúan, Adán Chávez nos recuerda una vez más que “Los actuales cambios en el mercado petrolero internacional, producidos por la anarquía capitalista, no van a hacernos retroceder. Esta no es la primera vez que vivimos una situación similar. En 2008, debido a la catástrofe financiera mundial, el petróleo cayó de 140 dólares a 35 dólares el barril. Y aquí está la Revolución Bolivariana invicta” (29), “Es cierto que esta coyuntura nos afectará, pero como ha dicho el camarada presidente Nicolás Maduro, los recursos para cubrir las necesidades básicas y el buen vivir de nuestra población están garantizados” (30).
Fuente:
13.- Mark Weisbrot y Luis Sandoval, “La economía venezolana en tiempo de Chávez”, Aporrea, 14-8-2007.
14.-Adán Chávez, “Petróleo y socialismo”, 3-11-2014.
15.-Idem.
16.-idem.
17.-Andrés Giessepe , “Libro visión petrolera de Hugo Chávez”, Aporrea, 27-03-2015.
18.-A. Chávez, Ob. Cit.
19.-A. Giussepe, Ob. Cit.
20.-A. Chávez, Ob. Cit.
21.-Hernán L. Torres, N., Ob. Cit.
22.-Idem.
23.-Idem.
24.-Willian Serafino, “La inflación no existe”, Aporrea, 18-06-2015.
25.-Cesar Prieto, “Control de Cambios y de Precios”, 16/02/2003 04:46 PM
26.-Idem.
27.-Hernán L. Torres, N., Ob. Cit.
28.-Idem.
29.-A. Chávez, Ob. Cit.
30.-Idem.