El malandro tiene un comportamiento "sui generis", vive una mala situación y culpa a otros de sus males, a la vecina, a otros malandros, al bodeguero que no le fía, a la mamá que no le da dinero, a la vieja aquella que le "echó mal de ojo", a la novia que cansada se fue para Ciudad Bolívar a casa de una tía, a la policía que le tiene la vista puesta, al empleador ocasional. La solución a sus males no está en su interior, está afuera y contra todos arremete con violencia, con represión, esa es la única respuesta del malandro. En resumen: el malandro tiene la misma conducta de la ideología capitalista dominante, pero menos sofisticada, más transparente.
El gobierno se comporta igual. Vive, vivimos, una mala situación pero la culpa es de todos menos del gobierno, desde el imperio hasta unos colombianos que medio sobreviven en los barrios; mendoza, el dólar today (que dicho sea de paso el mismo gobierno los legítimó), los países vecinos; los que lo critican no se escapan, esos son agentes no se sabe de qué, o son fisíparos, divisionistas. El gobierno no ve su interior, piensa que todos los males vienen de afuera, es que su soberbia supera a la soberbia del malandro.
La solución es la misma pero con más sutileza, la violencia, la represión. Es alarmante cómo el operativo de liberación OLP se va transformando, no en una operación contra la delincuencia sino en una arremetida contra todo lo que el gobierno considera ilegal, incluyendo a la política. Es claramente el camino al fascismo.
En Bolívar hubo saqueos, y movieron el instrumento represivo hacia allá. El OLP resuelve todo, como en La Cota 905, como en la Misión Vivienda, como en la Panamericana. Nadie piensa qué pasa que el saqueo prospera, por qué la masa saquea, cuál es el vacío que la Revolución deja que permite este fenómeno. No hay reflexión, la represión se transforma en la medicina, se olvida la espiritualidad, la autocritica no existe, a nadie se le ocurrió ir allá a Bolívar a hablar con la gente, a oírla. No. Rápidamente transformaron aquello en una situación de conspiración, acusaron a otros malandros, aparecieron los fantasmas y justifican la represión.
El que suelte al tigre (fascismo) no se convierte en tigre, al contrario, es su víctima. El gobierno crea las condiciones para el fascismo, estamos seguros de que no sabe lo que hace, pero no serán perdonados, pagarán caro y nos harán pagar su desatino. Quién garantiza que esos que obtienen éxito con la violencia, que capturan aquí a un hampón, allá a un colombiano, más allá a 3 paquetes de harina, no sean los abanderados de resolver cualquier discrepancia con la violencia. Quién impide que al no poder responder, explicar con argumentos una protesta, no apelen al "operativo". Quién garantiza que no caigan en la tentación de resolver una discrepancia escrita, un blog incómodo, una columna con el "operativo".
El gobierno no puede seguir con la conducta del malandro, es necesario que reflexione, que vea para adentro. Hay desaciertos graves que necesitan atención urgente, las fallas son de diseño del rumbo, de conducta, de ideología. Si el gobierno se desliza hacia el capitalismo, como en la Faja del Orinoco, necesariamente tendrá que apelar a la represión.
Esto no se resuelve con pañitos calientes, con dádivas de última hora, con pintar unas fachadas, y menos con represión. ¡No! El daño es más profundo, es en el alma de la Revolución y está produciendo un mal irreversible en la población. Es necesario recuperar al Comandante Chávez, que no sea nada más un recurso electoral: que sea una guía espiritual de lucha contra "la lógica del capital" y contra su relación económica.