¿Está la sociedad venezolana en decadencia política? Esta es la percepción de uno de los representantes de las capas profesionales de la población, Roberto Giusti quien afirma, que “estamos atados al estado de decadencia general que domina el país”. Podemos sufrir una crisis económica, sin embargo ella, la crisis capitalista, nos lleva hacia la decadencia, hacia la descomposición social, el contrabando y el bachaqueo es testimonio de ello, la especulación y el ocultamiento de los bienes de primera necesidad comprueba el delito contra la sociedad, asimismo la elevación de los precios representan la negación del acceso a los bienes necesarios para la vida, pero eso no indica a que se imponga sobre el país un clima de decadencia, de dominio de la decadencia sobre todo el país, las capas media de la población dramatizan este hecho, acostumbradas a vivir cómodamente, a diferencia de la clase trabajadora acostumbradas a sufrir con estoicismo las crisis y que la sumen otra aptitud con su trabajo, de continuar construyendo el país sin estar atado, a despecho de “la pérdida de una manera de vivir que, sin ser modelo perfecto” como dice Giusti prefieren la paz a la guerra.
Venezuela es un país joven, guarda esperanza en su futuro, no ha habido modelo perfecto, de democracia perfecta, ni siquiera la IV República que degeneró en 1998 en absoluta pobreza de las mayoría, incluida las capas medias de una manera de vivir perfecta, solo el trabajo empeñado en aprender a vivir ha sido la cartilla, interrumpida esa formas de vivir y trabajar en los últimos quince años, por dos sucesos importantes: “Hasta los años 2013 y 2014, cuando dos eventos, (…) pusieron en evidencia la fragilidad del piso político que soportaba el tinglado chavista: la muerte del caudillo y la baja de los precios del petróleo”. Estos eventos fueron aprovechados por las clases dominantes, por la oligarquía, por la burguesía y el imperialismo para acabar con la herencia del chavismo, su legado, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y El Plan de la Patria para poner término a la revolución bolivariana.
Según Giusti; “Desde el principio se corroboró lo que había sido una realidad durante catorce años: el gran soporte, quizás el único que le daba sustento al denominado socialismo del siglo XXI, desapareció con el jefe”, los cálculos de la burguesía se vieron errados, el triunfo electoral de Maduro puso en evidencia pese a la conmoción política, la continuidad del proyecto chavista y su legado, la revolución bolivariana antimperialista. El chavismo es bandera del Presidente Maduro, contra toda revisión y disensión interna, de chavistas marginados, execrados y auto execrados, Chávez preparó la estrategia antes de morir, “Chávez somos todos”, ese es el gran soporte ideológico del socialismo del siglo XXI, desparecido “El Jefe”, quedó el chavismo para enfrentar la crisis del porvenir, evitando “frenar la velocidad de la caída: el chavismo”, puesto que terminó de imponerse “la mayoría”, porque parafraseando al Gran Jefe, somos “Chávez o nada”.
A despecho de Giusti; “Ni partido, ni pueblo habían establecido una estructura de poder capaz de generar alternabilidad (dentro de la élite) a largo plazo. Era Chávez o nadie”. Por el contrario, se mantuvo la unidad del Gran Polo Patriótico (GPP), Chávez lo era todo, la unidad del movimiento de izquierda y patriótico del país, de todos los movimientos sociales alternativos, todo un conglomerados de fuerzas antimperialistas y nacionalistas, enraizados en la historia bolivariana, esa es “la estructura del poder alterno” que el pueblo sigue, a través de las organizaciones políticas que siguen la tradición chavista del Poder popular.
El otro evento que viene a conmocionar el chavismo, constituyó de acuerdo con Giusti “la baja de los precios del petróleo, la base económica que convirtió al gobierno venezolano en el gran dispensador de la bonanza hacia el interior y en el gran elector, hacia afuera, de una nueva correlación de fuerzas políticas en países de la región y más allá. Era, en este caso, el petróleo o nada”. Así es, la reivindicación del “Petroestado”, de la renta petrolera a resarcir los daños sociales neoliberales de los años 80 y 90 en que sumergieron a la población venezolana en profunda pobreza, incluida a las capas medias, “la bonanza petrolera” no fue un milagro, fue fruto del esfuerzo de la política externa del chavismo, de regular la producción petrolera y sostener los precios justos, al cual los países de la OPEP se plegaron, se unieron también en torno al chavismo petrolero.
Por estos antecedentes políticos, el petróleo dispensado en la población, creó el amor al chavismo, el bienestar del pueblo se hizo sentir, el gran elector, pago con amor cada proceso electoral diecinueve procesos electorales victoriosos, podríamos decir que le chavismo vive en la conciencia del pueblo, las comunas, los consejos comunales, las cooperativas, los movimientos sociales respondieron con lealtad a cada coyuntura electoral, mal podríamos decir; “Que se trata de una perogrullada, que siempre ha sido así, que el chavismo nunca construyó un movimiento de masas de profundo arraigo popular y sus triunfos electorales eran producto del fraude y del clientelismo desenfrenado, se utilizaban como justificación por parte de algunos políticos arrollados, una y otra vez, por una desordenada pero obediente maquinaria clientelar al mando de un líder forrado en billetes y libre de los formalismos de "la democracia burguesa": "el pueblo es el partido, el partido es el gobierno, el gobierno es el Estado y el Estado soy yo".
A cada derrota de la oposición por el chavismo, la oposición declaraba fraude, no aceptaban la derrota, de allí los pataleos de guarimbas I y II, el chavismo goza de arraigo popular, y sus triunfos electorales eran testimonio de ello, no es una perogrullada la verdad de que el chavismo late en el corazón y la conciencia del pueblo, una pasión política desenfrenada decía Chávez, un líder que puso a disposición el petróleo al soberano, totalmente lo que habían hecho los anteriores gobernantes de la IV República, colocar la renta al servicio de los sectores burgueses del país. Para Chávez el soberano del petróleo es el pueblo, el partido debe ser el pueblo, el pueblo debe ser el gobierno por lo tanto el pueblo es el gobierno, el Estado y el partido y no la democracia de la burguesía.
Se equivoca Giusti al decir “Si bien nunca se constituyó un movimiento altamente organizado, ni su dirigencia se caracterizó por la disciplina y el apego incondicional al diktat del partido,..”. Ese movimiento existe, el chavismo político y social existe, como su dirigencia y su otro legado de Chávez, el Partido Unificado Socialista de Venezuela, el PSUV, el GPP, las Comunas, los Consejos Comunales, los Sindicatos Bolivarianos, las Fuerzas Armadas Bolivarianas Chavistas y antimperialistas por lo que “estaba claro que tras las botas del caudillo marchaba la mayoría del país. Mayoría que se convirtió, a la manera de Toqueville, en una "tiranía de la mayoría". (6) por lo que ese Diktak del proletariado existe, basado en las mayorías populares, las mayorías del pueblo trabajador, por eso el ejercicio del Poder, del Estado, protagonizando políticas contra la burguesía expropiadora de la renta petrolera, que en otrora tiempos, durante la IV República se pueden aplicar para si las palabras de Giusti, durante el modelo privatizador neoliberal, “que, amparados en el mandato democrático (burgués, la nota es mía), sancionaba desmanes, protagonizaba confiscaciones, aplaudía expropiaciones y demolía el orden establecido, aun cuando el nuevo no apareciera entre las ruinas del caos”. Tal era el desiderátum del capitalismo.
Asi pues; la burguesía y sus defensores extraviados políticamente en estos “dos puntos de sustentación” el mundo chavista se creen ya triunfadores, se acabó la historia del chavismo, dice Giusti, respecto a Nicolás Maduro “se le vino encima al delfín nimbado por el gran jefe, pero arrastrando con él a todo el país”…. De manera que ya la "tiranía de la mayoría" dejó de existir y lo que queda es un grupo aferrado al poder, despojado de apoyo popular mayoritario y temeroso de unas elecciones que antes ganaba con toda facilidad”. No olvidemos que las Políticas de Chávez continúan, Las Misiones y Grandes Misiones continua el trabajo social, ---de evitar el deterioro social pese a la ciada de los precios del petróleo---, la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) siembra esperanza en la familia venezolana, por ejemplo, “el ingreso promedio actual de la familia venezolana en Bs 23.000, contabilizando el salario mínimo y el beneficio del ticket alimentación per cápita. Este indicador, argumentó, en el primer semestre de 2015 estaba ubicado en Bs 17.579 y el año pasado en Bs 10.084”.
Asimismo; "entre julio y noviembre de este año, se puede contabilizar que el ingreso mínimo legal aumentó en 67%, y que el incremento del bono alimentación -de 0,75% a 1,5%- impacta a toda la población que devenga el beneficio y esto se traduce en un aumento general del ingreso per cápita de 29,01%. Esto, luego de los ajustes aprobados a este beneficio desde el inicio del año hasta el presente, que pasa de Bs 2.394 para quedar en Bs 6.750, lo que acumula un crecimiento de 233% en el aporte del bono". Eso nos permite tener la robustez en el ingreso (...) el Gobierno Revolucionario responde con protección a la remuneración de los alimentos".
A las palabras decadentes y escépticas de Giusti propio de su clase extraviada del poder cuando dice “Y si nunca sabremos si el caudillo habría podido conjurar la crisis creada por él mismo, si sabemos que los venezolanos debieron sufrir las penalidades que sufren ahora para cambiar su percepción”, se puede responder el caudillo vive en Maduro, el hijo espiritual del Chávez, el hijo obrero del pueblo, quien defiende ese poder adquisitivo frente a la artillería inflacionaria de los precios de la burguesía, por eso el ajuste del salario y la cesta ticket, en plena caída de los precios del petróleo, mostrando una administración pública de los recursos al servicio del pueblo, por lo que el pueblo no se ha equivocado, haber respondido afirmativamente el testamento político de Chávez, elegir a Nicolás Maduro, presidente de la República.
Los hechos lo corroboran, “la pobreza estructural se ha reducido de 5.2% a 4,9%; el hacinamiento crítico que en los 90 montaba el 17%, este año se redujo a 8,3%, debido a la Gran Misión Vivienda Venezuela. Esta misión ha contribuido a que disminuyan también los hogares sin servicios básicos que eran 15.4% y han descendido a 10.2%, como los de alta dependencia económica, que representa el número de personas que trabajan en un hogar, dijo era de 12.8% y ahora es de 3.1%", amplió el Vicepresidente de Planificación Nelson Merentes.
Aun con las siete plagas de Egipto, digo de Giusti, con golpes de estado, Guarimbas I y II, saboteo, paramilitarismo, salidas violentas, guerra económica y guerra psicológica, Giusti reconoce que la burguesía y sus capas nimbadas de la clase media, que “Alguna vez, luego de una de sus derrotas, Rafael Caldera dijo que el pueblo nunca se equivoca. Pero el venezolano se equivocó, (Quiso decir, la MUD y sus organizaciones política) (riesgo inevitable de la democracia) aunque ahora se disponga a enmendar su error acudiendo a las urnas y desechando la salida violenta”, (cosa que no está descartada), el pueblo tiene memoria, “el pueblo no se equivoca, algunos venezolanos si”, así lo confiesa Giusti: “a pesar de que, por obra de las experiencias vividas y la incredulidad que mantiene, no haga sentir en la calle ese cambio fundamental de percepción porque aún no se acostumbra, después de tantos años, a la idea de que quienes mandan, o intentan hacerlo, ya no tienen a quien mandar”. La burguesía ya no manda en el país, los amos del Valle se fueron, aunque traten de hacer muchos daños, el pueblo chavista no se equivoca, pese al estoicismo de las siete plagas de Egipto que la burguesía venezolana, la oligarquía colombiana y el capitalismo internacional le ha declarado a Venezuela, “luego de asumir como inevitable la pérdida de una manera de vivir” decadente del burgués sin perspectiva de Patria.
Fuentes: