La locura es un desequilibrio entre el cerebro del enfermo, y la lógica de funcionamiento del mundo que lo ha parido. El delirio, la obsesión, libertaria de Bolívar, frente a la realidad feudal y pre capitalista en la que había nacido, es un de acto de sublevación frente a un orden social de explotación de los esclavos, principalmente, pero también de los mulatos, cuarterones, blancos de orilla, como él, que eran humillados por los blancos peninsulares, dueños de su feudalismo pronto a entrar en el capitalismo; por eso llamaban loco al hombre, que al frente del ejército libertador de gran parte de la América meridional, nos dio el nombre de venezolanos.
Pero hay una locura mala y perniciosa, que es la que establece un desequilibrio entre el cerebro del enfermo y la defensa de los intereses de la clase a la cual pertenece el paciente. María Corina Machado y Lorenzo Mendoza, estarían locos de remate sino defendieran los intereses de la burguesía, clase a la cual pertenecen sin ninguna duda; nunca veríamos a estos dos celebres burgueses, promoviendo el fortalecimiento del sindicalismo clasista, los Consejos Socialistas de Trabajadores, la lucha contra el capitalismo, o la construcción del socialismo científico; pero si algún día los vemos marchando sinceramente en esta dirección, entonces sabríamos que están locos, locos porque están desequilibrados entre lo que son como burgueses, y la defensa de los intereses de su clase.
Esa locura mala, se ha tomado con intensidad a decenas de miles de compatriotas, que pertenecen a la clase obrera, sin saberlo, pues la ideología capitalista le ha dicho que pertenecen a la clase media, baja, o pobre, que actúan como soldados incondicionales para aplicar una novísima cruzada económica en contra de sí mismos, es decir en contra de sus intereses de clase obrera y trabajadora.
Dentro de ese ejército que la ideología burguesa ha formado en Venezuela para que actúen en contra de sí mismos, están los bachaqueros, y los vecinos que justifican y convalidan su corrupción; o sea, la locura en contra de lo que son como pertenecientes a una clase de la cual no tienen conciencia.
Afortunadamente, esta crisis de la conciencia de clase se está revertiendo: cada día, centenares de miles de compatriotas se han dado cuenta que el gobierno no es el culpable de las colas para conseguir comida, cauchos, baterías, vehículos, repuestos, pasajes, servicios bancarios, eléctricos, informáticos, agua, etcétera; en general, los hermanos de clase, se están poniendo claros en que Maduro, no es el culpable de la inflación galopante, ahora saben bien, que la burguesía nacional, la MUD, cada empresario o mercachifle ladrón, dirigidos por el imperialismo, son los verdaderos culpables de esta situación dolorosa que está viviendo el Pueblo trabajador venezolano, en este momento más consciente a su pertenencia a la clase obrera.
La locura mala está cediendo el paso a la conciencia de clase, frente a la emisión del voto en el 6D. Obreros y trabajadores, están convenciéndose que aquí no puede suceder lo que ocurrió en Argentina, donde la capa media desclasada, que ha recibido los mayores beneficios de los gobiernos progresistas de Néstor y Cristina, y que ahora comienzan a llorar porque el fascista Macri está anunciando las medidas para devolverlos a la pobreza y a la miseria, donde los había confinado el capitalismo y su modelo neoliberal.
Ningún obrero, o trabajadora, pueden votar, a menos que estén locos de la locura mala, por la burguesía, y su MUD, opositores todos a los intereses del Pueblo trabajador venezolano.
Si no fuésemos capaces de construir un mundo mejor,entonces nuestra vida sería suceptible de ser revisada por aquellos que estan trabajando en ese noble propósito.
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