En primera instancia no vengo a extenderme tanto para expresar mediante estas líneas mi opinión con respecto a un tema en concreto y que lo planteo con una pregunta. ¿Cómo vamos a aliviar la crisis económica, tensión inflacionaria y la escazes? Estos últimos dos aspectos, claves en el resultado electoral del 6 de diciembre cuando el Gobierno Pierde el control mayoritario del máximo ente legislador de nuestra nación.
En principio apunto que algunas de las medidas o algunas de las reacciones discutidas durante esta última semana desde Miraflores y su entorno más cercano erróneamente le da demasiada importancia al papel que juega el PSUV y la alta dirigencia del partido en la búsqueda de las soluciones concretas, en principio parecen querer explotar u orientar más a la búsqueda de estrategias avocadas para activar a los revolucionarios que no participaron en las elecciones y no en darle respuesta a todos los venezolanos, muchos – o quizás la inmensa mayoría - están siendo seriamente afectados, tanto por la inflación como en la escazes, las colas y por la pérdida de capacidad adquisitiva.
Y es que esto va más allá de solo perder las elecciones. Por ahora las perdimos, pero lo que está en riesgo de perderse es la patria cultivada, que en términos de mediano plazo, si el gobierno no presenta un buen arranque y una muestra de recuperación de los indicadores y los sectores económicos, aunado a la caída internacional de los precios del petróleo, esto va a traer como consecuencia que la oposición en una futura elección o referendo en el término de un año pasen; de siete millones de votos a ocho o a nueve y las fuerzas revolucionarias caigan a cuatro. Escenario grave para los intereses del plan Simón Bolívar 2013 – 2019.
Aunque es importante revisar las estrategias electorales, sí el PSUV es una herramienta clave en el proceso debe revisarse el liderazgo del partido y controlar el crecimiento de nuestro propio (Lobby) es decir refrescar con caras distintas y más capaces o preparadas las responsabilidades de planteamiento dirección de políticas, ya que la actual dirigencia ha fracasado enfrentado la crisis que nos afecta.
En el Congreso económico deben debatirse y filtrar los planteamientos de quienes manejan estos temas, o de nada servirá todo el esfuerzo para tomar acciones sí la gente que debe estar planteando tratamientos efectivos es dejada a un lado, por tomar en cuenta las opiniones de los simpatizantes y sectores que sólo ven en la “Guerra Económica “
En lo económico deben diseñarse y comenzar a implementarse en primera instancia una serie de MEDIDAS DE EMERGENCIA ECONÓMICA, con una serie de planes a mediano y a largo plazo que apunte a la RECONSTRUCCION DEL APARATO PRODUCTIVO VENEZOLANO, lo que tendería a dejar en un segundo plano la economía rentista y dependiente que se ha afianzado en los últimos años por una economía que tienda a asegurar y desarrollar nuestra soberanía alimentaria.
Por último y para concluir mi escrito, debe delimitarse el uso del Slogan del Comandante Chávez, porque se está desgastando como elemento de convicción, la mayoría de líderes, e incluso el mismo poder ejecutivo está haciendo uso abusivo de su figura y no están dando las respuestas prácticas a la sociedad, va a llegar un momento en que el común va a rechazar como tal el uso de su figura para sólo hacer ofrecimientos sin concretar soluciones, por eso reitero mi llamado a la dirigencia del partido, señores abran bien los ojos, den un paso al costado, reconozcan sus errores, no hablen o se sientan representantes por todos los sectores de la sociedad ni se crean que son los únicos que pueden aportar para la solución de la crisis, basta ya de cambalaches, Ministros / Diputados y Candidatos / Ministros, toda esa rotación itinerante que se da en el seno de nuestro propio gobierno, pues es momento de reconocer que otras generaciones con ideas más frescas pueda asumir responsabilidades y no solamente quienes mediáticamente manejan el partido desde hace años, hay que saber hacerse a un lado y liberar espacios ya que por los momentos esa cúpula no funciona y los números tanto electorales como económicos son preocupantes.
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