" Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder
popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación
y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de
configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la
fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia
permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida
material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la
forma de Estado burguesa que heredamos, la que aún se
reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a
la invención de nuevas formas de gestión política."
Presentación a la Propuesta del Candidato de la patria Comandante Hugo Chávez
Para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019.
Si nos tocará describir el Estado Burgués y sus expresiones en la Revolución Bolivariana y su impacto en lo resultados del 6 de diciembre, yo asomaría algunas de estas cosas concretas que enumero a continuación:
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Arremetida sin cuartel de la derecha venezolana e internacional a nivel mediático en base a mentiras, medias verdades y manipulación permanente que ha venido logrando su objetivo de confundir y atraer a un numero importante de venezolanos y venezolanas a sus filas sin necesidad de manifestaciones callejeras multitudinarias. Ahora, los medios del Estado han sido ineficaces no solo en desmontar lo anteriormente dicho, sino de colocarse en la ofensiva comunicacional para que en base a la verdad y a las luchas que como pueblo hemos librado, construyamos nuevos códigos que rompan con viejos y repetidos esquemas enlatados. Es preocupante ver como desde los medios públicos, se van horas y horas en repetir lo que dice el adversario y muy poco o poquísimo a la creación de mensajes que esperancen y muestren el camino andado y por andar de los de a pie de forma innovadora.
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Desconocimiento parcial o total de las organizaciones populares propias de cada territorio y sus particularidades por parte de las instituciones de gobierno y el partido. Podríamos decir que si algo debe reconocerse como un logro del proceso revolucionario, es la creación de múltiples espacios organizativos creados para la discusión y posibilidad de que el ciudadano y ciudadana de a pie se ocupe e interese por lo publico y de forma colectiva encuentre y cree posibilidades para superar los problemas cotidianos. Ahora, desde la burocracia y la dirigencia partidista hacemos esfuerzos casi “heroicos” para desconocer uno de los mayores aportes del chavismo para la construcción de la hegemonía.
En términos generales, no se entienden las leyes del poder popular. Se confundió, adrede o por ignorancia, organización del poder popular con organización de tipo partidista, lo cual ha generado exclusión y violación de derechos civiles y políticos de los ciudadanos y ciudadanas en general; concentrando de esta manera el derecho a la participación política sólo en los militantes del partido, por lo que es común escuchar, y además se ha venido asumiendo como natural, que los consejos comunales y comunas sean conformadas nada más por chavistas. Después, nos quejamos cuando no somos capaces de sumar o atraer a nuestras filas personas más allá de nuestra frontera partidista.
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Imposición de la lógica burocrática caracterizada por: métodos autoritarios, nula posibilidad de discusión de las orientaciones que vienen de “arriba”, fragmentación de las comunidades populares según intereses particulares y grupales por naturaleza excluyentes, intolerancia a la critica de las estructuras partidistas y burocráticas que contradice la lógica comunal participativa y colectiva que se viene construyendo en cada territorio con sus avances y deficiencias. La idea de gobernar obedeciendo, en relación con los mandatos de lo ciudadanos y ciudadanas y de la organizaciones de base del Poder Popular (Art. 24 de la Ley Orgánica del Poder Popular) pasó a ser poco menos que un panfleto. Cuando hay acercamientos, se hace de forma instrumental, irrespetando la dinámica propia de esas organizaciones y, en no pocos casos, atropellando la dignidad de las personas que las integran.
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Escaso trabajo político-ideológico en articulación con las comunas y otras organizaciones de base del poder popular. Cuando hablamos de trabajo político no nos referimos a que se inicie un despliegue para formar al pueblo que no sabe y hay que enseñarle, sino a que se construyan métodos pedagógicos, colectivos, constructivos, dialógicos y horizontales, para evaluar cuáles son los temas de interés en cada espacio territorial y sectorial, para la transformación de la realidad concreta y encaminada al socialismo de lo cotidiano.
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Poca o nula comprensión por parte de la burocracia Estatal “comprometida” con la revolución, sobre el proceso de transferencia de competencias del poder publico al poder popular para la construcción del Estado Comunal de abajo hacia arriba y, en algunos casos, rechazo abierto a su implementación por estimar pérdida de recursos y poder, manejados a sus anchas de forma discrecional.
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Desconexión de la dirección del partido y de las instituciones en todos sus niveles de gobierno con las bases populares. Las expresiones entre el discurso y la práctica cotidiana no están en sintonía, la democracia participativa que se declara promover no tiene una expresión real entre las organizaciones populares y las instituciones de gobierno.
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Escaso trabajo político organizativo con los sectores medios de la población y en los que se presentan niveles altísimos de exclusión de los temas de interés publico. Estos espacios han sido trabajados y tomados por sectores de la derecha a través de la estrategia mediática y en el posicionamiento organizativo de sus partidos políticos producto de nuestra ausencia. No se han entendido los códigos de comunicación que manejan dichos sectores, o se los ha estudiado poco, lo cual ha hecho que no logremos diseñar estrategias certeras para su acompañamiento.
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La poca, deficiente y a veces nula organización del partido a nivel local. Aquí se presentan casos de sectarismos y exclusión de la mayoría de la militancia por un grupo de escogidos “equipos políticos” con credenciales partidarias y el “chavometro” a millón, para determinar quien participa o no sobre lo que realmente se debe discutir y hacer. Esto ha generado desconfianza, desinterés y autoexclusión de la mayor parte de la militancia comprometida y consciente. En estos últimos años se activa la “maquinaria” solo meses antes de un evento electoral y en ocasiones a la militancia en general le genera descontento.
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Practicas clientelares por parte de los “cuadros” dirigentes del partido, para sostener cuotas de poder a nivel local en las cuales involucran, en la generalidad de los casos, a las organizaciones de base del poder poder popular y sus liderazgos, corrompiéndolas, deslegitimándolas y volviéndolas meros instrumentos de sus intereses grupales e individuales, causando molestias en la mayoría de la militancia y no militancia, lo que genera una percepción de que el “adequismo” esta vivito y coleando y que somos más de lo mismo.
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La impunidad ante lo mal hecho, el clientelismo, la corrupción cotidiana, la ineficiencia, el nepotismo, el militar y civil contrabandista, el matraquero, el “cuanto hay pa eso”, el o la cobradora de comisión, que está a la vista de todos y todas y quienes deciden o tiene la potestad de poner coto, se hacen de la vista gorda. Se percibe una sociedad de cómplices en la que se beneficia una minoría.
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El Estado asumiendo las labores que son competencia del partido, y que en su ausencia, les toca asumirlas a los burócratas de turno, que en muchos casos mediante el atropello, la imposición, la aplicación de métodos autoritarios y el desconocimiento, generan descontento, no convencen y producen un efecto rebote adverso a la revolución.
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Los excesivos privilegios de la burocracia en medio de la crisis y los múltiples problemas que aquejan al pueblo acompañada de la soberbia para exhibirlos como trofeos, generan desconfianza y escasa credibilidad en sus exponentes. Lo peor, te exigen entrega, desprendimiento y sacrificio, pero ellos y ellas no tienen ni la mínima idea de lo que eso implica. En fin, no se predica con el ejemplo, le piden a otros lo que ellos y ellas no son capaces de hacer. Hacer es la mejor manera de decir, nos dice Martí.
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Escasa participación del poder popular en la planificación, organización, ejecución y control de las políticas publicas que se determinan desde las instituciones y que conllevan a tener efectos muy negativos en la ejecución de las mismas y que no permiten la posibilidad de generar y fortalecer los procesos de organización y conciencia del ciudadano y ciudadana de a pie sobre lo publico.
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Niveles ínfimos de contraloría social por parte de los ciudadanos o ciudadanas organizadas o no, en la gestión de lo público y lo privado en cada territorio o a nivel sectorial. En muchos casos, y parece paradójico, donde se trata de ejercer el control social sobre las instituciones de la revolución, se atropella y no se permite el acceso a información que es de carácter publico.
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Pocos espacios en los cuales las instituciones puedan ser interpeladas por parte de los ciudadanos y ciudadanas sobre su accionar en los diferentes niveles, sin amenazas, represalias o exclusión por pare de los y las funcionarias de turno ante las voces criticas y la denuncia por la ineficiencia y falta de respuesta.
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Procesos administrativos burocratizados y discrecionales en los cuales no se aplica la simplificación de trámites administrativos y que generan malestar general y perdida de tiempo al ciudadano y ciudadana común.
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El Gobierno Revolucionario también cometió errores en el manejo de la guerra económica en lo siguiente: decisiones que se anunciaron y no se tomaron o se tomaron tardíamente, políticas implementadas desacertadas y errores de comunicación que no permitieron que se identificará qué era lo qué realmente estaba sucediendo.
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El tema de la alimentación ha sido mal llevado: las últimas semanas de mercales a cielo abierto o los que se han realizado barrio adentro los fines de semana, han reforzado el clientelismo y han sido percibidos en ocasiones como una tortura para quien deben asistir a ellos. Es de reconocer que donde se logró una planificación y ejecución efectiva con el Poder Popular, se palearon algunas deficiencias. Los Bicentenarios y toda la red de distribución del Estado, han sido una vitrina de fracasos y desaciertos, y la red de distribución ANSA junto con Polar y las transnacionales nos derrotaron en la calle al imponer su dinámica especulativa y de escasez selectiva.
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La seguridad se ha manejado de forma espasmódica y sin un plan claramente debatido y difundido. Por ejemplo, las OLP sólo se realizaron en sitios específicos sin la debida continuidad y evaluación antes, durante y después de su implementación. Públicamente, se evidencia que desde las cárceles se manejan bandas de secuestro y extorsión operando libremente y sin que el gobierno haya sido efectivo en la prevención.
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Queda en evidencia que el nacimiento de la SUNDDE y la ley de Precios Justos no tuvo el efecto esperado por parte de la población. Se generaron grandes expectativas en relación a la disminución de la inflación, la especulación y el acaparamiento y nada de esto, en honor a la verdad, era posible resolverlo sólo con una nueva institución o una ley. Se percibe un desapego del discurso oficial de la realidad. La inflación descontrolada, no ha sido posible detenerla por nuestro Gobierno, dejando el tema de los precios a comerciantes inescrupulosos. Se llegó al punto de que nuestro pueblo criticó severamente las regulaciones de precios porque se apropió del discurso de la derecha que decía que eso provocaba escasez. En este sentido, algunos hechos parecían confirmar esas apreciaciones, por ejemplo, tan pronto se reguló el precio de los huevos estos desaparecieron del mercado, para pronto reaparecer de forma clandestina con precios más altos a los que existían antes de su regulación. Fuimos derrotados primero en el aspecto ideológico y después en la práctica.
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Fue impresionante la expectativa generada por el Partido en relación a las cifras del 1x10 registradas en la página web, las cuales a la luz de los resultados alcanzados parecieran confirmar lo que ya era un hecho público y notorio antes de las elecciones, su manipulación por una buena parte de los encargados de su confección. En los 1x10 convenientemente se “ocultó” que esas cifras incluían patrulleros repetidos, o que algunos estaban integrados por familiares cercanos (mamá, papá, hijos), no faltó en muchas empresas del estado y ministerios, reconocidos escuálidos con sus listas de 1x10 porque su jefe se las exigió. ¿Autoengaño o inocencia política?.
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Es importante visibilizar el tema de las tribus políticas dentro de la gestión de gobierno y cómo en muchos casos imponen a funcionarios sin que tengan la probidad y talento necesarios para el ejercicio del cargo. Es posible que exista mucha gente que consideremos que tiene algunas potencialidades por su profesión u oficio, no posiblemente toda la experiencia, para ejercer una función de gobierno, pero resulta entonces que los privilegios y la lógica del poder burocrático les hace arrogantes, ahora son los “jefes o jefas”, se vuelven intocables e imposible de establecer diálogo con los y las trabajadoras y entonces vienen los atropellos, las preferencias grupales, la necesidad de rodearse de adulantes y los críticos terminan siendo los “contrarevolucionarios y escuálidos”. Pertinente en este caso el comentario de Luis Britto Garcia. “Otorguemos la competencia para dirigir a personas que hayan mostrado prominencia o resultados concretos en la materia que deben gerenciar. Vale decir, que uno pueda poner detrás de sus nombres dos puntos, y que a partir de ellos cualquiera pueda anotar una lista de logros evidentes. Espeluzna presenciar cómo enormes responsabilidades, jugosos privilegios y gigantescos recursos son puestos a disposición de ilustres desconocidos, sin credenciales técnicas ni revolucionarias de ningún tipo.”
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Se percibe que la administración pública trabaja con mucha improvisación y no elabora lineamientos estratégicos que estén alineados al plan de la Patria 2013-2019. En algunos casos cuando se hacen los intentos, digo de alinearse con el plan, no se crean los mecanismos para una ejecución, seguimiento y evaluación de los mismos y se generan tremendas distorsiones y se cometen graves errores que no son percibidos por los responsables de turno. Asimismo, se evidencian acciones que van dirigidas a aumentar el capital político de una persona o grupo y no están al servicio de fortalecer el proyecto revolucionario y su proyecto.
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El uso de Chávez de forma cosmética y superflua. No podemos permitirnos que su imagen termine siendo como un jabón que se desgasta, generando un endiosamiento mágico religioso, que terminará solo para ponerle velas. El uso de su imagen de forma indiscriminada, accesoria y superficial en las campañas electorales, pudiera hacer que se pierda la fuerza y credibilidad de un hombre de avanzada, de su tiempo y en el que seguimos creyendo como ejemplo de lo nuevo. Hay que asumir a Chávez, como referente ético del militante que necesitamos y que con su practica y teoría aportó a la construcción del Socialismo Bolivariano.
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El asistencialismo no dejó ni dejará ningún saldo en la conciencia ni en la organización, al contrario, “regalar”, como se percibió la forma en que entregaron tabletas o taxis, se hizo como un intento desesperado por ganar unas elecciones a fuerza de prebendas, lo que ocasionó el efecto adverso. Los de la derecha que recibían los beneficios decían que su voto no se compraba con una tableta o un taxi, y los de la izquierda se decepcionaban por quedar muchas veces fuera de estos beneficios. Es necesario que las políticas que se diseñan para garantizar y mejorar las condiciones materiales de vida de nuestro pueblo, se asuman como parte de las largas luchas y de un Estado que constitucionalmente es garante de derechos fundamentales y los que el pueblo debe exigir, como por ejemplo, el acceso y uso responsables de las telecomunicaciones y el acceso y disfrute de un servicio de transporte eficiente y de calidad para todos y todas.
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La idea y discusión sobre el socialismo. Este es un tema medular que forma parte del legado de Chávez y que en innumerables discusiones se percibe que esta discusión a bajado de nivel o no se tienen los suficientes elementos para lograr conectar el ideario socialista con la vida cotidiana. No se puede negar que se han creado algunos espacios para la discusión, pero en ocasiones hay otros temas de mayor urgencia que desvían la masificación de los mismos para seguir profundizando y avanzar en la construcción del Socialismo Bolivariano y Chavista.
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La situación de la gestión de la empresas de Estado en las que existen innumerables denuncias por parte de trabajadores y trabajadoras. Es necesario ver los problemas de frente y determinar cuantas de esas denuncias son cierta o no, para tomar los correctivos del caso. Ahora, en caso de que existan tales problemas se deben afrontar, no sólo por parte de quienes dirigen sino también con el concurso de los trabajadores y trabajadoras organizados o no.
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Existe una burocracia pública aliada a la privada, en la que se cocinan grandes negocios, el uso de los dólares de la República para las importaciones, por ejemplo, y todo el circulo vicioso que allí se produce, en el mayor de los casos, con una impunidad que genera desconcierto. Se construyen intereses grupales que se oponen a los cambios revolucionarios. Además, esta “burocracia privada que a través de prácticas que eran normales en la democracia representativa, pero que son absolutamente fuera de orden en una democracia participativa, han generado una pérdida de confianza que afecta la figura presidencial y su equipo”, decía Muller Rojas en el año 2009, y sigue “porque la gente lo percibe como que él tiene cierta responsabilidad y sobre todo afecta al PSUV que aparece como un partido al estilo de las viejas organizaciones de la democracia participativa que defendían intereses grupales”, concluye.
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Debemos entender que algo nos pasó como Revolución y debemos hacer la críticas necesarias para rectificar y avanzar. Dejemos a un lado la soberbia y los falsos egos para escuchar activamente con humildad y sin complejos, incluso de quienes no son los burgueses, sino pueblo trabajador que asumieron y se convencieron con las "promesas" imposibles de cumplir por la derecha y señalaron de nuestros errores después de 17 años. Será, entre otras cosas, el método para reconstruir y fortalecer al Chavismo.
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Por último, en un próximo artículo enumerare algunas propuestas que nos permitan como pueblo continuar, reinventar y fortalecer el proceso Revolucionario en marcha.