El sistema capitalista ataca todo aquello que percibe como amenaza a su existencia, con invasiones, levantamientos de militares fascistas, saboteo, guerra económica, guerra sicológica, inflación, y de toda forma imaginable e inimaginable, pero una de sus preferidas son las llamadas quintas columnas (desde dentro), y los llamados quinta columnas, clase de personajes camaleónico, que se dicen revolucionarios, pero cuyo objetivo es el más egoísta (capitalista) de todos, su enriquecimiento personal. Una de las armas que usa el capitalismo para mantenerse, es la corrupción. Con ella se asegura una cantidad de gánsteres que le sirven de sostén. Y es que el capitalismo no es más que la más sofisticada explotación del ser humano. Se dice que las clases sociales comenzaron con el esclavismo, y que luego le siguieron el feudalismo y el capitalismo, cada uno un sistema social que no acabó con la explotación, sino que la hizo más sofisticada, menos visible a simple vista, siempre manteniéndose una minoría privilegiada. Esa clase privilegiada compra, cual mercancía, el alma de funcionarios que ven en su posición en el Estado, una vitrina para ofrecerse como mercancía, a quien pague el precio, y son la base desde la cual desarrollan su contrarevolución.
El proceso de transformación de por el cual lucha nuestro pueblo se desenvuelve por causes, principalmente, pacíficos, así lo decidió el pueblo, sin embargo existen consecuencias, es la ley causa y efecto, y en nuestro caso, son las derrotas circunstanciales como la del reciente 6D, producto de la manipulación de la conciencia de sectores falto de conciencia solida, que sucumben ante la situación de desespero por los problemas del alto costo de la vida, escases, acaparamiento, inseguridad, etc..
El capitalismo no desaparece por decreto de la voluntad popular o del gobierno, sino que es un cadáver insepulto que se descompone muy lentamente contaminando todo a su alrededor, hasta que logre consolidarse una nueva sociedad, con nuevos valores, una tarea titánica que sólo un pueblo puede lograr.
El hacer los cambios pacíficamente, nos obliga por una parte a tolerar en la administración pública a una cantidad de corruptos que no están identificados con los valores de la sociedad que luchamos por construir. Es la fuerza de la costumbre, los valores con que nos han formado los medios de comunicación de esa minoría, las películas de Hollywood, la tv por cable, todos quieren parecerse a los héroes del sistema, aquellos que acumulan fortunas. Esto, al corrupto poco le importa, sólo quiere privilegios, y la oligarquía enemiga de la igualdad, le pone cada vez más inaccesible esos privilegios, para que cada vez tenga que ser más corrupto. Es así, como la inflación es un arma para crear diferencia social, pues sólo los dueños de los medios de producción, y quienes se sometan a ellos podrán alcanzar algunos pocos privilegios, comer “algunas” de las cosas que comen ellos.
Otra de las cosas que corrompe la oligarquía es la administración de “Justicia”, para que los corruptos la contagien y le sirva de sostén al sistema. Se habla mucho de la corrupción pero no de los corruptos, inclusive entre ellos existen estratos, si no son grandes corruptos van presos, si son grandes, se les denuncia después que se van del país. Esto es inaceptable, y es parte de la lucha por construir una nueva sociedad. Estamos apenas en el comienzo del inicio de una larga transición que costará larga lucha, pero el pueblo no tiene otra alternativa que dar la pelea o sucumbir a la esclavitud disfrazada que ofrece el sistema a sus vasallos.
Para quienes desean un futuro mejor para sus familiares, para los niños, para el pueblo, la decepción o rendirse está prohibido, aún cuando se vea casos como el que observé recientemente, al leer una noticia en un periódico regional: “El Hospital Felipe Guevara Rojas de El Tigre estrena director: desde este jueves 7 de mayo Antonio Briceño, Médico Traumatólogo y ex alcalde del municipio Caroní, en el estado Bolívar, asume las riendas del centro médico asistencial ubicado en Simón Rodríguez”. Y es que el nuevo Director del Hospital, “ciudadano” Antonio Briceño, fue no hace mucho imputado (la Fiscalía encontró motivos procedentes) por los delitos de Malversación Genérica, Malversación en Materia De Crédito Público, Malversación por Aplicación Pública Diferente, Malversación en Materia de Licitación, Concierto Ilícito de Contratistas, Tráfico de Influencias y Abuso de Funciones, delitos estos tipificados en los artículos 56, 59, 57, 58, 70, 71 y 67 de la Ley Contra la Corrupción, y luego en la averiguación aparecieron otros delitos que completan toda la colección de delitos de Antonio José Briceño Sánchez relacionados con corrupción, no se salvaron n siquiera los recursos económicos destinados al Programa de Alimentación Escolar (PAE).
Como para muestra basta un botón, diré que entre otras, el referido Antonio José Briceño Sánchez, actuando como ex Alcalde del municipio Caroní del edo. Bolívar, otorgó el 50% de anticipo del valor de la obra, correspondiente a la cantidad de 700 millones de bolívares a la empresa Corporación 555 C.A. para la construcción de 300 apartamentos en Villa La Manga. Aquí las comunidades tardaron tres (3) años gestionando éstos recursos, y Briceño en sólo 40 días, dispuso de ellos para otro fin. Contrató con sobreprecio de mil millones de bolívares (Bs. 1.000.000.000) en la obra: Construcción del Centro Turístico Artesanal, II Etapa de San Félix, Parroquia Simón Bolívar, siendo el monto del contrato Bs. 2.499.997.465,00. Aquí nuevamente aparece involucrada Corporación J.V.O. C.A, una de sus empresas apadrinadas.
Entregó una millonería de bolívares por obras que nunca fueron ejecutadas, y que por razones de espacio no mencionamos, considerable número de obras, y el 25 de julio del 2006, luego de siete meses de investigación el Ministerio Público, solicitó al Juez de Control del Circuito Judicial Penal del estado Bolívar, Extensión Territorial Puerto Ordaz, Orden de Captura en contra del ex alcalde ciudadano: Antonio José Briceño Sánchez, quien de ñapa fue liberado por orden del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, hoy otro prófugo de la Justicia por corrupción. Como dicen, tal para cual. Si por algún artificio el referido ciudadano logró obtener o comprar su libertad, en modo alguno debió premiársele nombrándolo director de un hospital para que siga sus labores de quinta columna en el delicado y vital sector de la salud.
Habrá que librar una larga batalla, y en ella son importante iniciativas como la creación de “PLATAFORMA PARA LA AUDITORÍA CIUDADANA”, la cual puede ser instrumento de lucha contra la corrupción. Igualmente, hechos como estos deben ser plenamente investigados por la Asamblea Nacional.
Por larga y difícil que sea esta batalla, los verdaderos militantes de este proceso estamos en la obligación no sólo de luchar sino de triunfar, como dijo José Félix Rivas, “necesario es vencer”. Esta etapa inicial es de transición obligatoria en todo proceso revolucionario, ya que toda revolución encuentra un Estado preexistente. En nuestro país es y será aún más cruenta esta lucha por lo “principalmente” pacífico del proceso, lo cual permite a la oligarquía hacer desmanes como el feroz proceso de inflación y guerra económica que estamos viviendo, pues los representantes políticos, económicos y sus medios de comunicación le achacan la corrupción de este período, no al carácter de heredada y sobreviviente durante la transición, sino de ser el producto del actual gobierno. Debemos denunciar esa mentira repetida mil veces, como producto de la guerra que contra este proceso adelantan la oligarquía y sus cómplices comunicacionales internos y externos.
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