Sin ánimos de echarle más leña al fuego de la derrota, los resultados de las elecciones parlamentarias del 6D deben conducirnos a un verdadero y sincero proceso colectivo de rectificación en el campo de la Revolución, incluyendo precisamente a quienes tienen la responsabilidad de la conducción política de este proceso en la actualidad.
Diosdado Cabello, no sé si víctima de algún trastorno psiquiátrico o delirio de grandeza – que me corrija Jorge Rodríguez—en sus últimos programas Con el Mazo Dando (antes del 6D), instruía a las camarógrafos de VTV para que enfocaran minuciosamente la pantalla de su celular en donde operaba una especie de “maquinita mágica” que registraba por segundos la inscripción del 1X10, lo cual- según Cabello- se traduciría automáticamente en un montón de votos chavistas el día 6D. Recuerdo que en una de esas barrabasadas televisivas llegó a registrar 8 millones de personas inscritas en dicho sistema: ¡Listo¡ este método no se pela… ustedes lo saben señores escuálidos- palabras más palabras menos-- llegó a afirmar entre algarabías y sonrisitas sarcásticas propias de quienes se creen invencibles por controlar una mega maquinaria aceitada como en los otrora tiempos de CAP y Alfaro Ucero, politiqueros éstos que sin ningún tipo de escrúpulos se asumían en la idea de que lo más importante para salir victorioso en una contiende electoral, no eran los candidatos, programas y ni siquiera la gestión de gobierno, sino la Maquinaria Partidista. Chávez a partir de 1988 acabó con ese mito, pero urge en el chavismo, después de la conocida derrota, vernos varias veces en ese espejo. No fue un rasponcito lo ocurrido camarada Diosdado, ubíquese.
Históricamente esta disociación ha sido un deleznable comportamiento típico de algunos dirigentes políticos, tanto de izquierda como de derecha, o donde los quieran ubicar, que una vez llegados al poder, a través del favor de la voluntad popular, pierden la sintonía con la compleja y a veces implacable realidad surgida de la cotidianidad de la gente. A lo mejor esto explica la charada dicha por Jaqueline Faría días antes de las elecciones: algo así de que los chavistas y gozábamos un puyero en las largas colas que se hacían para comprar alimentos.
En una verdadera penuria de sobrevivencia se había convertido el día a día del pueblo trabajador y de clase media, a consecuencia de una situación socioeconómica colapsada por la mezcla de una multiplicidad de factores entre lo que destacan: caída de los precios del petróleo, guerra económica inducida por comerciantes chupa dólares y especuladores, ineficiencia estatal, corrupción en estamentos gubernamentales y privados en materia de divisas, improductividad de las empresas del Estado, acaparamiento, bachaquerismo, entre otras calamidades. Situación que necesariamente obligaba al presidente Maduro a tomar firmes decisiones políticas y económicas- sin complejos ideológicos de ninguna especie, que trascendiera el actual modelo parasitario- rentista y socialista -- estatista tan perverso y destructivo como el capitalismo neoliberal que profesa la oposición- con el propósito medular de estructurar un sano aparato productivo sobre la base del equilibrio mercado-Estado sin excesos regulatorios ni liberalismos vorágines que impulsen la productividad nacional en aras de satisfacer las necesidades básicas de la población. A mi modo de ver esto último era lo verdaderamente pertinente que en materia económica se tenía que hacer, pero lamentablemente no se asumió y por lo que se observa en declaraciones post resultados electorales no será asumido en los días venideros. Por otra parte, si a este cuadro de debilidades le sumamos la crisis moral- incubada desde hace algún tiempo y desatada con la muerte del Comandante Chávez, la cual se pone en evidencia por la creación de grandes emporios de negocios alrededor de familiares y amigos de algunos altos dirigentes chavistas, gobernadores, alcaldes, y funcionarios, que sin ningún pudor y cobijados en las sombras de la impunidad, disfrutan las mieles que se chorrean desde las esferas del poder—la hecatombe electoral era indetenible.
En todo lo anteriormente descrito pudiéramos buscar parte de las causas de la reciente derrota e, pero lo más lo más triste e indignante de todas estas desviaciones-- me perdonan- es la burda utilización que se ha hecho de la imagen de Chávez, prácticamente sacado de las catacumbas del cuartel de la montaña para que viniera a ganar elecciones. Los afiches costosos con el rostro de Chávez llamando a votar es un verdadero irrespeto al Gigante. Que tragedia no entender que el mejor homenaje a su memoria es hacer de la ética política que tanto profesó en vida con su intachable conducta, la guía de todo el accionar revolucionario, para actuar en consecuencia en el vivir cotidiano, para decidir y construir soluciones que den respuestas certeras y eficientes al abanico de problemas y dificultades que intensamente padecemos.
La derecha ha avanzado más por nuestros errores que por su propia capacidad como movimiento político. La crítica y la autocrítica deben formar parte de la nueva filosofía revolucionaria y de la rectificación necesaria. No basta con la consigna hueca del “No Volverán”, el Fascismo ha vuelto bajo la conducción de su ala más criminal. Alerta roja pues…
He aquí algunas propuestas, reflexiones y análisis para contribuir con la coñiza que nos espera en el actual proceso de rectificación:
1—Exigir la renuncia de la dirección nacional y regionales del PSUV, además de la renovación de la dirigencia del Gran Polo Patrióticos a través de procesos de verdadera democracia participativa y protagónica que enfrenten la dedocracia de elites nepóticas que usufructúan y controlan las decisiones de las organizaciones políticas que respaldan al proceso. Urge una nueva estructura política más democrática y funcional en donde estén representados también los movimientos sociales.
2 --Asumir la crítica y autocrítica como principios medulares de la militancia revolucionaria, para enfrentar las manipulaciones y desviaciones impulsadas por quienes dentro de las filas revolucionarias han hecho del discurso socialista y revolucionario una mercancía de vulgar comercialización.
3--Denunciar y llevar a juicio a los dizque revolucionarios (dirigentes, familiares y amigos) que se han enriquecidos a las sombras del poder y bajo la más absoluta impunidad. Casa por cárcel pareciera la estrategia para favorecer a los corruptos y sus secuaces. Enfrentémosla
4--Sustituir el actual modelo económico rentista -parasitario y socialista -estatista por un modelo nacional productivo que apunte al equilibrio Estado- mercado, sin excesos regulatorios y liberalismos descarados de precios.
5--Impulsar y fomentar una cultura de emprendimientos productivos, bajo estricta supervisión en la administración de los recursos, que tome en cuenta el esfuerzo individual y colectivo en vez de entregar dádivas asistencialistas generadoras de corrupción moral y material.
6—Revisar urgentemente antes de invertir un sólo bolívar en el campo, los programas de inversión de la Misión Agrovenezuela, desde que se fundó hasta la presente fecha. Dicha misión indudablemente ha derivado en un absoluto fracaso, expresado por ejemplo: en que un kilo de caraota- cuando se consigue-- está costando alrededor 2000 bf. Por ello Exigimos la interpelación política de todos los exministros de agricultura y tierra por lo menos de los últimos 10 años.
5- Exigir la publicación definitiva de la lista de corruptos que se chuparon la bicoca de más 20 mil millones de dólares en empresas de maletín. “Caiga quien caiga” como alguna vez lo dijo el presidente Maduro, pero hasta el sol de hoy no ha caído nadie preso por este concepto. Habría que preguntarse ¿y por qué razón?
6— Es innegable la inversión social (más del 60% del presupuesto), que ha hecho el gobierno revolucionario, lo cual dolorosamente no se ha administrado con eficiencia y eficacia producto de la succión de los recursos por parte de las mafias de viejo y nuevo cuño enquistadas en las estructuras del Estado. El diagnóstico retórico no es la mejor manera de combatirlas.
7—Rechazar enérgicamente que los consejos comunales, comunas y otras estructuras organizativas del poder popular se conviertan en apéndices de las estructuras partidistas que le quitan independencia y efectividad en la acción resolutiva de problemas, pervirtiéndolas y convirtiéndolas en meras células de proselitismo electoral.
9- Revisar profundamente los conceptos de organización de la producción: consejo de trabajadores, empresas de producción social, fundo zamoranos, etc, que en muchos casos han convertido a las empresas del Estados en verdadero elefantes rojos improductivos.
8- Eliminar el populismo chapucero y el Pan y Circo como política de Estado, aberración que en vez generar conciencia revolucionaria compran adeptos oportunistas y desleales.
9-- Eliminar de los canales del Estado algunos programas de panfletarismo político que asumen la política como una religión llena de vítores, consignas y de salvadores que no dan espacios a la crítica y autocrítica del gobierno y el proceso. Pareciera que algunos se han dado cuenta a última hora de la pifia. Ojalá no sea tarde.
CHAVEZ VIVE, EN LA MEDIDA EN QUE SE REVISE, SE RECTIFIQUE Y SE REIMPULSE. DE LO CONTRARIO LO ENTERRAMOS PARA SIEMPRE.