Que reluzcan verdades, que salgan los escondidos, que el cuerpo no aguanta

Dicen: que tanto da el agua al cántaro hasta que revienta; similar situación ocurre en la política: que tanto da la mentira hasta que el pueblo se arrecha. Y esto de ocultar verdades viene desde inicios de mundo, la política como cosa del génesis humano lo envuelve en su inadecuada praxis o uso creyendo con esto ser grandioso político proselitista, vivaracho, audaz, sagaz, trolero, pero menos sincero, honesto en su palabra, fiel a su ideología y más aun a su pueblo, pero se encumbran en las elites demagogas del burocratismo político optando por sus ganancias personales, grupales y desechando al pueblo, al cual le dan utilidad de trampolín usufrutuando su leal voto en cada ocasión comicial.

Por cierto, que de esos y esas estamos repletos en la revolución y no se sabe por qué enrolan nuestras filas si nuestros principios, moral y ética así no lo permiten; pero decía mi abuela: si no hubieran alcahuetes no hubieran p…., vaya a usted a saber si hay serias rozones en este proverbio popular que endilgar al secuestrado bífido cuatro-siglas blanquirrojo. Por supuesto, no se espera el cristalino ejemplar del comportamiento usual, pero sí por lo menos minimizarle de expresión para que salgan los escondidos y el cuerpo aguante.

Inexcusables excusas han girado en torno a los variados sucesos de índole general que cuestionan procedimientos partidistas por parte de una camada de impositivos adalides perpetuados en las direcciones; y, no que es chisme, ni porque fulano me cae mal o no permitió esto o aquello, es que la verdad es simple, se han adueñado de todos los espacios del pueblo, ni por el carajo asoman un tantito así transferencias de poderes, tales como que ya es hora de abolir la españolísima colonial figura-alcaidía-municipal e ir desalojando el contiguo espacio de la gobernación para cedérselas a la Comuna; lo cual, es considerado como cuchillo para sus gargantas. Es ahí donde se mete el dedo en la llaga, es ahí donde supura la roncha, eh ahí donde se callan las verdades y donde nos atrasamos en la revolución y donde el opositor nos saca partido ante un pueblo que puede no aguantar más, ya le vimos actuar aquel día 6-D.



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Omar Ignacio Pinto


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