Debido a la agitación política y a las convulsiones que sufrió alevosamente nuestra patria desde el punto de vista económico en el año que esta por irse, debo concentrar mi reflexión en lo que dejamos de hacer como revolución, en lo que debimos hacer como gobierno por y para el pueblo, sobre todo tomando en cuenta la triste realidad de no saber hasta que punto hemos crecido ideológicamente para proyectar y defender un modelo que sin dudas afirmo nos ha llegado a todos y a todas sin conocer posiciones políticas, esta es camaradas como decía el Pte Chávez la tarea más importante para elevar a su más alta dimensión la patria de Bolívar, es la tarea más importante para elevar el bienestar y mejorar todas las condiciones existentes de la vida cotidiana de los venezolan@s, si algo nos quedo claro el 6-D fue el trabajo titánico que debemos realizar en cuanto al desarrollo de la cultura evaluativa de nuestros militantes y más aún de los que todavía no definen con precisión su posición política.

Al velar por el perfeccionamiento de todos los aspectos de la vida del pueblo, nuestra maquinaria política debe ser sometida a una profunda revisión “REAL” en cuanto a sus métodos y sobre todo en cuanto a su funcionamiento, con la imperativa finalidad de llevar a una nueva altura la importancia de los valores e ideales éticos imperecederos, que influirán cada vez más en la formación del nuevo hombre venezolano, constructor del socialismo, el 6-D reveló nítida y palpablemente la magnitud de las cosas que aún nos falta hacer como pueblo que gobierna, y también nos enseño que las grandes proyecciones de consciencia revolucionaria de nuestro GPP se encuentran todavía en status de “UTOPIA”, la resolución no es otra que la revisión de nuestro modelo, muchos de nosotros como militantes no entendemos todavía a estas alturas que el papel que nos ha invitado a jugar la revolución bolivariana consiste en hacer una patria apoyada sobre el esfuerzo del trabajo productivo y liberador con espíritu creador, pareciera que muchos no nos dimos cuenta que un basto sector de nuestros ”SEGUIDORES” percibió la generosidad del estado revolucionario cual adolescente crece formando su familia y al cual sus padres deben permanentemente sostenerlo, aun cuando dicho joven a contado con todas las herramientas necesarias para una independizacion digna de su desarrollo de vida, hallazgo fundamental del error cultural que no quisimos detectar.

Sin ideología no hay socialismo, sin trabajo productivo no hay socialismo, hacer cumplir estas dos premisas significa consolidar y rescatar nuestro objetivo en esta tierra, en tal sentido podemos asegurar con firmeza que tod@s los trabajadores, estudiantes y sobre todo los padres y las madres de este País, que nos ufanamos de pertenecer a una revolución socialista debemos en el menor tiempo posible estrecharnos cohesionadamente en torno a dicho objetivo, conscientes de nuestra alta responsabilidad y de lo determinante de la época que estamos viviendo, debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para cumplir acertadamente con el compromiso histórico heredado por nuestros libertadores.

Camaradas el carácter agudo del problema que enfrentamos exige movilizar al máximo fuerzas y voluntades, entre las cosas que debemos aniquilar esta la práctica inadmisible de distraer a todas nuestras organizaciones en pro de pasar por debajo de la mesa temas cancerígenos de carácter mortal, tal es el caso concerniente a el tema de la corrupción, esto guarda relación directa con la falta de ejecución en el reforzamiento de los estímulos materiales del trabajo, el empleo racional del tiempo libre, el estado de animo de todos nuestros compatriotas, la superación de los fenómenos negativos originados por la escasez de los artículos de primera necesidad, cambios progresivos deberán también operarse en el consumo de artículos vitales para nuestra población, allí pasa a un plano mas complicado; la distribución de los alimentos que necesita el pueblo, para finalizar puedo decir que los intereses sociales que tanto hemos perseguido en el área social y económica, obligan ante todo, a transformar seriamente las condiciones, el carácter y el contenido de nuestra consciencia revolucionaria.

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