Luego de experimentar aquel gran dolor y tristeza tras la dura y lamentable muerte de nuestro comandante Chávez, nosotros la militancia revolucionaria nunca nos imaginamos experimentar otra situación similar, tan llena de asombro y dolor como la que padecimos el domingo 6 de Diciembre luego del aquel tardío 1er anuncio emitido por las autoridades del CNE donde nuestro glorioso partido solo lograba alcanzar 44 curules para la asamblea nacional, que terrible e indescriptible momento. Luego de escuchar la trágica noticia de los resultados electorales, nuestro presidente emite un mensaje a la nación donde reconoce no solo la victoria de la tolda opositora; sino que a su vez acepta los errores que se han venido cometiendo desde el seno revolucionario para lo cual propone generar los espacios correspondientes para el debate, la revisión y de esta manera encaminarnos nuevamente por el sendero revolucionario.

A partir de este momento toda la fiel militancia comienza a expresar su sentir, opiniones cargadas de dolor, rabia, combatividad, otras señalando culpables, motivos, posibles causas, las cuales son difundidas por todas las vías conocidas. Siendo testigo de esta situación me veo en la necesidad de escribir con gran preocupación sobre algunos aspectos que se están manifestando en nuestro lenguaje, percibo que nuestro discurso se está alimentando de un elemento muy peligro para cualquier organización política: “El Odio”.

Para los futuros escenarios de reflexión y revisión en los cuales debemos participar en harás de darle un reimpulso a nuestra revolución, debemos tener la plena claridad del momento, no podemos confundir el dolor que sentimos por el odio y la venganza, los espacios de debate y autocritica a los cuales está llamando el presidente y el partido no lo podemos convertir en una Junta Inquisidora, nosotros no buscamos La Venganza, para aquel que por razones desconocidas no voto o lo hizo en nuestra contra, debemos profundizar en el debate, debemos buscar la Verdad por muy dolora que sea, Aceptarla para luego hacer justicia.

Aceptar la Verdad para ser Mejores:

Para llevar a cabo una revolución, “No hay guiones, ni recetas que se puedan aplicar o seguir” esto se lo escuche un domingo a nuestro comandante Chávez y es verdad cada país es distinto en la cultura, sus costumbres, su geografía, la economía en fin en muchos otros aspectos, por tal razón cualquier proyecto político de doctrina universal que se desarrolle o aplique no tendrá los mismos alcances o resultados.

Pero si aplicamos un poco de materialismo histórico en estos escenarios del pasado podemos encontrar los errores que fueron la causa fundamental en la caída de aquellas grandes Revoluciones, por eso es muy importante aprender de la historia, de sus lecciones, así lo menciona Luis Brito García en una entrevista que dio al correo del Orinoco días atrás, donde la periodista le pregunta ¿Qué debe aprender el chavismo?: “El chavismo debe aprender de la Revolución Soviética, magnífica obra humana que fue cercenada por un bloqueo de más de 70 años por parte del imperialismo,  que la obligó a gastar su excedente económico en armamentos defensivos y a endurecer la seguridad interna, pero que también fue debilitada por una burocracia que se separó del pueblo.

Debe aprender de la Revolución Sandinista, a la cual también una prolongada agresión la llevó al extremo de que el pueblo votara por una mediocre candidata, que significaría el cese de la agresión de la contra. Debe, en fin, aprender de Acción Democrática y Copei, contra los cuales los izquierdistas nos estrellamos durante 40 años, y que terminaron desplomándose debido a la corrupción interna, que desvió el gasto social hacia los bolsillos de los corruptos. A partir de ahora podemos preguntarnos ¿En que nos parecemos a aquellas revoluciones? ¿Estaremos cometiendo los mismos errores?

Otro aspecto determinante que debemos aprender es a descodificar son los signos que presenta nuestra actual sociedad y en ella nuestra militancia, desde hace 3 años la sociedad venezolana ha venido dando muestras, señales de un gran descontento por situaciones (escases, contrabando, la especulación, la inseguridad, la impunidad, la soberbia, ineficiencia, el nepotismo, la corrupción) que desde lo gubernamental no se han podido resolver, donde nuestro gobierno ha sido poco efectivo, he aquí nuestra Verdad o el 60% de ella, quienes no entiendan esto o no lo acepten le darán la estocada final a nuestro proceso revolucionario.

“Por manera que tuvimos filósofos por jefes; filantropía por legislación, dialéctica por táctica, y sofistas por soldados. Con semejante subversión de principios, y de cosas, el orden social se resintió extremadamente conmovido, y desde luego corrió el Estado a pasos agigantados a una disolución universal” Bolívar, Cartagena de Indias, diciembre 15 de 1812.

Reconocer nuestros errores, así como lo hizo Bolívar tras la caída de la 1era República, aceptar nuestra realidad para luego sumergirnos en una profunda y real revisión es la única forma para salvaguardar la revolución. Hoy nuestro debate debe estar enmarcado en poder identificar nuestros errores estructurales que son las verdadera causa del descontento popular, no podemos señalar de traidores a las bases o al pueblo; ya que su accionar es solo la consecuencia de nuestras debilidades, por eso debe haber mucha claridad en esto, lo digo porque desde el mismo instante de conocer los resultados electorales del domingo 6 se ha comenzado a culpar, señalar, y atropellar sin sentido ni razón a nuestra militancia, a la clase trabajadora; es decir al Pueblo.

Aquí la revisión debe ser objetiva, aquí nadie está dispuesto a cargar los errores y las penas de los demás, no aceptaremos culpas que no son nuestras, aquí la revisión debe ser desde el ministro hasta el último patrullero, aclaro la revisión donde cada quien responda por sus responsabilidades, la revisión es un proceso para mejorar no es una junta inquisidora. No hay espacio para el odio y la venganza en los corazones de los Verdaderos Revolucionario, en los de un mediocre si, un universo y más.

Pienso que hay 3 espacios en los cuales se debe enfocar el proceso de debate y revisión como son: El plano Gobierno, el Poder Popular y Partido, desde estas instancias formular preguntas para la reflexión, como por el ejemplo preguntarse: fueron reales los 1x10? Porque voceros, servidores o directores, que se hacen llamar chavistas no hicieron 1x10 no lo registraron? Donde quedo el censo o registros de las grandes misiones, porque no se aplica?. Cuál es el misterio en la distribución de la línea blanca? Que paso con la OLP? Es efectivo el sundde? Que sucede en las empresas nacionalizadas?.

Si realmente queremos y estamos dispuestas a salvar la revolución, preguntas similares a estas deberán estar en la mesa de revisión y análisis, de lo contrario será nuevamente una circunstancia coyuntural, sin ninguna transcendencia política.

“si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein

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