Sería iluso, cándido, pensar, y peor y grave creer, que el plan desarrollado por el imperio y la ultraderecha cipaya, para derrocar al gobierno, culmino al obtener de manera leonina la AN. El plan sigue su marcha hacia Miraflores, que es el objetivo verdadero, de la terrible situación de guerra psicológica y miedo, provocada por el imperio y sus conmilitones cipayos, a través de colas, dejar de producir alimentos, entre otros. Esta fue la campaña electoral, primero para forzar el asalto de la AN, y ahora continúa su marcha inexorable hacia el poder ejecutivo. La receta fue aplicada con éxito, tal cual, en el Chile de 1973, que nos recuerda al Presidente Allende, que no violó ni una sola ley burguesa, que respetó el estado burgués, hasta pagarlo con su vida. Recordaremos como un epitafio, la acción valiente, pero tardía, lamentablemente, del Presidente Chileno, defendiendo el palacio de La Moneda, con una ametralladora, obsequiada por Fidel, ya cuando el tiempo de profundizar el Socialismo y defenderlo con las armas, pertenecía al pasado, cuando las campanas ya habían doblado…
No es momento para buscar culpables y perder tiempo en discusiones bizantinas o discutir el sexo de los ángeles, es tiempo de acción, de lucha por el Socialismo, de actuar con firmeza, con temeridad, antes de que se haga oscuro. El enano de largas trenzas, fascista, fiel representante de tradición familia y propiedad (hoy voluntad popular, primero justicia), movimiento de la hez del abismo humano, devela en su carta, el plan ordenado por sus capataces imperiales, y como buen lamedor de botas en septentrión, como fiel cipayo, salió a cumplir órdenes, y a hacer una declaración de guerra, similar a lo dicho por el “petimetre”, escoria del pasado tenebroso del pacto de puntofijo. Es el momento estelar para subvertir el orden burgués, de ser radical, de ser subversivo, de hacer saber para que estamos aquí, en esta tierra sagrada de los Indios Caribes, porque bastante cojones hay aquí, como muy bien dijo el Comandante de esta Revolución.
“Antes de que llegue el verano esconda usted todo lo que encuentre vivo. Antes de que se haga oscuro padre, guarde usted un poco de vida en la despensa. Porque sin leña y sin peces tendremos que quemar la barca, tendremos que arara sobre las ruinas, y cerrar con muchas llaves la puerta de casa y usted nos dijo padre, que donde hay pinos hay piñones, que donde hay flores hay abejas, y hay cera, y miel. Alguien anda pintando el cielo de rojo y anunciando lluvia de sangre, alguien que ronda por ahí padre, son monstruos de carne con gusanos de hierro. Asómese y les dice que usted nos tiene a nosotros y les dice que nosotros no tenemos miedo, pero asómese padre, porque ellos son lo que están matando la tierra. Padre deje usted de llorara, que nos han declarado la guerra”.
PADRE DEJE USTED DE LLORAR, QUE NOS HAN DECLARADO LA GUERRA!
Benjamín Argumedo
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