¡En Venezuela el que tenga miedo que se compre un perro y un cochino!

Es sabia la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en ella están los fundamentos teóricos legales para resolver los problemas y cualquier crisis que se presente en el país. El principio de la corresponsabilidad es trasversal en el compromiso que tienen todas las fuerzas vivas de la Nación para  preservar el orden interno y la paz. Pero es el Estado y sus instituciones quienes tienen la responsabilidad de hacer que cumplan su papel en la tarea de hacer  justicia.
 
En Venezuela tienen la misma responsabilidad el Presidente de la República como cualquier ciudadan@, los líderes políticos, empresarios, militares, etc. En una de sus partes dice el  Artículo 326. La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil… Ahora, ¿cómo el Estado y la sociedad asumieron ese principio fundamental de la corresponsabilidad ante la crisis política?
 
Los componentes de la sociedad dividida y parcializada trataron de preservar sus intereses por encima del interés colectivo. No hubo mecanismos de dialogo posible sino la confrontación, la violencia y la no aplicación de los instrumentos jurídicos disponibles, mientras los sectores corruptos se aprovechaban para sustraer del país miles de millones de dólares.
 
Las manifestaciones más visibles de corrupción ante las presiones del empresariado y de los vivos criollos fue la creación de mecanismo “legales” como las subastas y otros en la entrega de dólares. La incertidumbre que propició la situación grave de salud del presidente Chávez y la no toma de decisiones ante los problemas que nos acechaban en ese momento y trazar estrategias para el mediano plazo, trajo como consecuencia la problemática que hoy enfrentamos.
 
La fuga de información sobre la gravedad e inminente muerte de Chávez contribuyó a crear mecanismos para propiciar la fuga de capitales. Como ocurrió en el pasado recibieron dólares preferenciales la misma clase corrupta que tiene muchos bolívares y sedientos de dólares los obtuvieron una vez más para llevárselos del país.  También sectores vinculados al chavismo que por una u otra razón fueron beneficiados.
 
Esa misma lógica aplicada al ciudadano común, la clase media encontró la  rebusca en los raspa cupos en dólares y las llamadas subastas. Ahora como ciudadano haga el siguiente ejercicio: ¿cuántos amigos o personas conocidas por Usted fueron beneficiados con los dólares asignados en las subastas? Reconozco que una sola compañera de trabajo me comentó que se lo habían asignado. Es hora de saber con nombre y apellidos quiénes recibieron esos dólares.
 
Los más pobres acudieron a lo único que les quedaba dedicarse al contrabando de productos de la cesta básica que en el argot popular conocemos como bachaquear  que resulta más beneficioso  que trabajar. Una dañina cadena de ilícitos e impunidad imposibles de evaluar para la República porque afecta la moral y las buenas costumbres.
 
Los resultados de ese comportamiento trajeron más inflación, especulación de precios, acaparamiento, la fuga de capitales, el robo al erario público, el contrabando con el propósito de generar desabastecimiento y mayor rentabilidad, el malestar colectivo y la inflación con el aumento de los precios especulativos. Acompañados de mensajes en los medios que llamaban a la violencia, las guarimbas y la desobediencia de parte de los gremios empresariales. ¿Qué hicimos ante esa realidad llamada “guerra económica”?
 
Nunca antes un tema ha sido tan investigado como las causas del resultado negativo para el chavismo del proceso electoral del 6 de diciembre en Venezuela.  Por lo general, los seres humanos tienden a culpar a otros cuando tienen un fracaso personal,  buscan a quien o a quienes echarle la culpa.
 
La guerra no convencional aplicada a Venezuela y todavía en desarrollo provocó estos daños que solo el Estado y el pueblo con firmeza pueden solucionar. Usando los mecanismos legales que están en nuestra carta magna. Hay que investigar qué paso y hacer justicia al costo que sea necesario, ningún corrupto es revolucionario lo pudo haber sido pero en el mismo momento que comenzó a apropiarse de lo indebido se convirtió en un traidor. No puede quedar ninguna duda que aquellos que cometieron delitos tienen que ser sometidos a la justicia. Es importante en la formación de la conciencia nacional acabar con el “ponme donde hay” vicio heredado de lo peor del adequismo contrarrevolucionario.
 
La familia presidencial está bajo el estigma de la duda hasta tanto no haya un pronunciamiento oficial de rechazo a ese tipo de prácticas. Recuerdo que Chávez rompió con parte de la familia que se dedicaba a esos malos manejos y lo hizo públicamente. Regañó a todos y los alertó públicamente que esto estaba sucediendo. Sobre este tema el más atacado es Diosdado Cabello y este se deslindó públicamente cuando expresó: dicen que soy dueño de no sé cuántas cosas, bueno ocupen todos los sitios que dicen que son míos, yo se los regalo al pueblo”. Y a sus enemigos exigió presentar las pruebas.
 
Es importante acabar con los comentarios que vinculan a la familia del Presidente y la Primera Dama con la corrupción, el llamado nepotismo y otros delitos que corren por las redes como agua. Determinar qué es verdad y qué es mentira y actuar sobre quienes han robado al erario público. Esa también es una tarea del Estado porque una crisis de este tipo pone en peligro la estabilidad de la Nación. Chávez ante una situación parecida que alguien se dedicaba porque tenía sus apellidos a  pedir y hacer trampas, sobre esto expresó: “ningún ladrón es familia mía, tampoco son revolucionarios, sea quien sea”.
 
Es normal que la gente comience a evaluar la derrota y a buscar culpables y justificar lo ocurrido, sobre todo cuando los motivos son difusos y los culpables o responsables no están bien definidos o no comporte igual la carga de responsabilidad. Para dar respuesta a esos imponderables hay instrumentos que desde la propia Constitución ayudan a comprender lo ocurrido.
 
Pero el mal venía desde que se admitió la violencia como consecuencia de la polarización política, el asalto a las instituciones públicas como la Fiscalía General de la República fue el inicio de una cadena de altercados que están impunes todavía. Haciendo un  ejercicio de imaginación  supongamos que a un grupo político se le ocurre asaltar el edificio de la Fiscalía General de los Estados Unidos. ¿Qué hubiera pasado con esa gente? Tenemos que actuar y enfrentar esas amenazas con determinación, nunca el enemigo reconocerá nada positivo del gobierno que no existe para dar respuesta a los deseos de la oposición sino de toda la Nación, esa es su responsabilidad.
 
El Presidente y las Instituciones del Estado tienen  varios instrumentos que no se aplicaron ante la arremetida que intentaba derrocar el gobierno y tampoco lo están haciendo en la actualidad con la intensión de dar la sensación de estabilidad y gobernabilidad. Esa no respuesta trajo que fuerzas paramilitares tomaran urbanizaciones completas, ciudades y pueblos fronterizos. El costo de no “provocar” al enemigo por la responsabilidad que tenemos como gobierno no es completamente verdad si la medimos en el tiempo y sus graves consecuencias en la pérdida de vidas humanas y materiales.
 
Tampoco la actitud cobarde de no hacer nada y justificarlo con no provocar la intervención internacional. Entonces esperemos pasivos que nos derroten. Yo no sabía que era una provocación defender nuestra Constitución y soberanía, lo que sí sé bien es que estamos obligados a defenderla. Es ingenuo decirlo, pero pregunto: ¿para solucionar eso bastaría declarar que ya no somos antiimperialistas para que el imperialismo nos perdone?
 
El mejor disuasivo contra el imperialismo y la amenaza de intervención militar es la decisión de defender la Patria. Para eso es imperativa la movilización de las fuerzas patrióticas, su preparación militar y de los planes de respuesta a la agresión en todas sus fases. La guerra de todo el pueblo como concepto no garantiza nada sino la explicamos y la practicamos con el pueblo. ¿Estamos ejerciendo esa responsabilidad a cabalidad? ¿Nuestro pueblo está preparado para resistir una contienda militar? ¿Sabe qué hacer? ¿Qué esperamos?
 
Es preferible que nos agredan directamente a que nos maten lentamente o en la noche como el barrio de El Chorrillo en Panamá. No hay Revolución que tenga los apellidos de antiimperialista, bolivariana, socialista y chavista o como dicen nuestros enemigos castro-chavista-comunista que no sea víctima de agresiones constantes, incluyendo la militar. El pueblo venezolano, nuestros aliados y todo el mundo sabrán responder ante una agresión abierta a nuestra Patria Grande. ¡Aquí el que tenga miedo que se compre un perro y un cochino!
El estado Táchira tuvo que ser tomado militarmente para acabar con la situación de anarquía. La aplicación o el uso de los estados de excepción están previstos en la Constitución, el Artículo 337 plantea que: “El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los estados de excepción. Se califican expresamente como tales las circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación…
 
¿Cómo realizar elecciones en un país en guerra? Cuando decimos que las elecciones no debieron realizarse bajo las circunstancias que las precedieron. El sistema electoral venezolano establece reglas del sistema político que están explicitas en la Constitución Bolivariana. Varios artículos se refieren a la participación política y los deberes y derechos consagrados a las ciudadanas y ciudadanos.
Además cuenta con el artículo 338 que expresa las condiciones en las cuales: “Podrá decretarse el estado de alarma cuando se produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación, o de sus ciudadanos y ciudadanas”.
 
El esfuerzo del imperialismo por atrapar a Venezuela lo consiguió a medias al imponer una guerra no convencional y a la vez exigir que se cumplieran unas reglas democráticas como si el país hubiera estado en situación de normalidad para enfrentar un proceso electoral. En la cumbre de Panamá Estados Unidos recibió una paliza verbal de todos los presidentes y de los pueblos del continente pero Obama consiguió la promesa pública necesaria del gobierno de Venezuela que harían elecciones y respetarían los resultados, eso desató la última fase de la guerra no convencional, que acentuó el terror psicológica, enfatizó en la especulación financiera y virtual que provocó la derrota electoral del 6 de diciembre.
 
A pesar de todo más del 40% de la votación favoreció al socialismo, a la Constitución y las leyes incluyentes y de igualdad para todos los ciudadanos. Donde la libertad y los derechos humanos están garantizados hasta para aquellos que conspiran contra el estado.
Hoy es importante recalcar  que estamos pagando la determinación de ser una Patria libre, una revolución bolivariana, antiimperialista, socialista y chavista, eso debemos tenerlo siempre presente en cada acto de nuestras vidas, porque el imperialismo nunca dejará de acecharnos y darnos el tratamiento de enemigos.
agapitoman1926@yahoo.com


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