En estos últimos meses he podido observar que los cambios que vivimos son muchos y es muy difícil poder asimilarlos todos con la rapidez que deben asumirse.
Recuerdo mi juventud, una juventud marcada por una militancia en las gloriosas filas de la Juventud Comunista, organizados en un Comité de Base, de nombre Oswaldo Orsini.
Como olvidar las discusiones políticas-ideológicas a los catorce y quince años que nos marcaron para siempre, las batidas de los sábados de Tribuna Popular, y por supuesto el trabajo de masas que realizábamos en la Urbanización Simón Bolívar de Catia.
Estas discusiones y esta actividad político partidista iban acompañadas de una lucha constante en nuestros liceos, así como en la Universidad. Éramos una Juventud combatiente, revolucionaria, llena de muchos sueños y con una esperanza utópica muy grande por revertir ese orden marcado por desigualdades sociales, no dejamos de asistir a las populares matinées de los jueves, jugar beisball, chapita, en fin nuestra sanidad política no interfirió nunca con nuestra vida cotidiana de hacer lo que hacían todos los jóvenes a esa edad.
Digo esto, porque la juventud de mis hijos no estuvo marcada por esas concepciones que motivaron mi vida, estuvo condicionada a otros intereses muy banales, con dependencia hacia otras formas de comportamientos de vida.
Rememoro esta vivencia, porque los cambios de perspectiva que le esta dando nuestro proyecto político a nuestra juventud, esta orientado hacia la formación de un hombre nuevo, con intereses mas acabados de justicia social, de humanismo y de una racionalidad política muy elocuente.
Ver por ejemplo la cantidad de jóvenes incorporados a este proceso y los menos jóvenes (pre-adolescentes) discernir de la manera tan maravillosa que los hacen, no puedo más que sentirme agradecido por el despertar político que le ha dado la Revolución a estos jóvenes.
Estoy convencido que la formación política-ideológica recibida por mi, en las filas del Partido Comunista a través de la escuela de formación de cuadros, y posteriormente en la ex Unión Soviética, han sido los motores que impulsaron mi vida, y mantener una conciencia estrechamente vinculada a las luchas sociales.
La formación política e ideológica de nuestros jóvenes es fundamental, darles herramientas para la confrontación política y para elevar su nivel intelectual con una visión enmarcada en la justicia social, donde asuman como escala de valores morales el trabajo, la solidaridad, el estudio, la integración, la lucha por la autodeterminación de los pueblos, libertad de conciencia, amor y humanismo es necesaria.
La formación de la juventud venezolana es la garantía del nuevo liderazgo político de nuestra revolución.
Entender que hoy por hoy nos acercamos a casi treinta mil jóvenes venezolanos preparándose en las escuelas de medicinas de Cuba y nuestro país, con una visión diferente a los médicos formados en la cuarta republica es un hecho sin precedentes en nuestra historia y solo ha podido emerger gracias a la Revolución Bolivariana, incorporar a más de tres mil jóvenes latinoamericanos y del mundo en los próximos meses a las escuelas de medicinas nacionales y darle beca a cada uno de ellos, es un hecho trascendental, que no merece ser reseñado en la prensa oposicionista ni en las televisoras venezolanas., que egoísmo tan viseral la de esta minoría de venezolanos, que su único interés es llegar al poder nuevamente para sumirnos en la indecencia de lo que marco durante muchos años nuestra vida LA MISERIA.
¿Porque ese odio tan gigantesco y contrario a las grandes mayorías que solo buscamos la reivindicación social, el derecho a la vida, a la educación, a la justicia, al trabajo, a la salud a una vivienda digna?
¿Por qué criticar el que una niña o un niño pueda tener visión política, posición de país?
¿Es que nuestros niños y jóvenes deben estar sumidos a ver en la televisón series tan miserables como los Simpsons, y los antivalores de una sociedad de consumo?
¿Es que tienen que ser embrutecidos y mantenerlos así, para que no puedan entender que Venezuela y América Latina es otra?
Lamentablemente para ustedes Venezuela si es otra, donde hoy incluso hasta los niños están aprendiendo a pensar, y tomar conciencia de que no hay regreso al pasado, acostúmbrense no solo a ver una niña o un niño discernir y vitorear, viva la Revolución y nuestro comandante en jefe, serán miles, cientos, millones de niños y niñas los que lo harán.
NO VOLVERAN.