Cuando uno ve y escucha al presidente Maduro hablar de los motores que usará para impulsar la economía venezolana, no puede dejar de preguntarse ¿será que piensa que el gobierno durará tanto como para que esos motores prendan, entonen, arranquen y pongan en marcha al país?
Tenía mucho rato que había engavetado mi viejo computador porque no quería hacer leña del árbol caído, ni contribuir con mis letras al trabajo sucio, y a favor de la oligarquía, que hacen algunos “revolucionarios críticos” ya conocidos por todos. Sin embargo, es tal el desespero que veo en chavistas irreductibles que consideré un deber, escribir estas líneas con la idea de ver si el gobierno despierta.
El epígrafe invita a reflexionar sobre qué habría hecho nuestro comandante en un momento tan difícil para la patria. En eso, en su ejemplo, en su mensaje hay que buscar la salida. Hay que preguntarse una y mil veces ¿Cómo habría actuado el comandante?
Diosdado y Maduro estuvieron mucho tiempo a su lado, son quienes mejor lo conocieron. Cómo es que no saben que en un momento como este, cualquier plan habría ideado, pero rendirse... jamás.
No sé si usted, amigo lector, comparte mi apreciación, pero nuestro gobierno luce rendido, y peor aún, actúa como rendido. Si eso fue lo que aprendieron de Chávez, habría que decirles: Nojoda, vayan a lavarse ese paltó. Parece que jugaran a esperar el momento de la sentencia y su ejecútese.
Hasta los niños saben que para cuando el primer motor “de por el arranque” ya no seremos gobierno.
El bachaqueo y la especulación todos los días le ponen un clavo al ataúd de la revolución y el gobierno como si la vaina no fuera con él. Anuncian una operación ataque al gorgojo, entusiasman al pueblo y dura tres semanas.
Anuncian siembras urbanas, suministro casa por casa, pero ni una sola acción contra los verdaderos enemigos.
Es de pendejos pensar que el gobierno no sabe el daño que a la economía y al pueblo le ocasionan especuladores, bachaqueros y contrabandistas. Lo sabe y lo sabe muy bien. Por eso decimos que está rendido.
Los empleados de Miraflores, la guardia nacional y miles de funcionarios públicos bachaquean y especulan en las narices del Presidente y sus ministros. Si eso no es estar rendido que alguien me diga que lo es. Si el que en más de dos años no se haya tomado una medida efectiva contra el bachaqueo y la especulación no es estar rendido, que alguien me diga que lo es. Si andar buscando cualquier motivo pendejo para celebrar, al tiempo que se evaden los grandes problemas que agobian el pueblo, no es estar rendido, que alguien me diga, entonces, que es estar rendido.
No sé que habría hecho mi comandante en esta situación, pero seguro estoy que rendirse nunca habría sido una opción para él... tenía demasiadas bolas.
