Se trata de una función unívoca.
El carácter científico de Simón Bolívar quedó manifiesto y comprobado post
mortem auctoris, de allí que se le conozca como “El hombre de las
dificultades”, una expresión no muy bien digerible por la mayoría de los
insuficientemente letrados, pongamos por caso, los idealistas o
antimarxistas, quienes, a pesar de leer y oír sobre Dialéctica Materialista,
cuando lo hacen se hallan mal predispuestos a coadmitir sus aplicaciones
científicas.
Este es el caso: Nada es tiesamente lineal, ni siquiera el más fino de los
filos de las modernísimas hojas aceradas de afeitar. Estas hojillas, por
cierto, no cortarían si no fueran fractariales ya que, en este caso, esas
filosas laminillas metálicas no podrían funcionar como sierras para abrirle
espacio a la parte más gruesa de ellas y así estas terminen atravesando
limpiamente el vello en cuestión.
Dejamos colgadas estas ideas a fin de que sigamos cargados de optimismo
exitoso en cuanto a la posible e inevitable solución de las presentes
dificultades inducidas por majaderos que se niegan a admitir que todas y
cada una de las que presenten serán zanjadas, y de eso podrían estar
seguros.
