Las diferentes corrientes capitalistas se agrupan en torno a sus intereses y su ideología. Los capitalistas francos se agrupan en la mud, en un bloque histórico que postula un capitalismo enganchado al tren gringo y europeo, propone privatizar PDVSA y de allí todo es privatizable, desde el agua, la electricidad, la educación, la CANTV; el trabajo será flexibilizado, entregado a los brazos del patrón, los despidos serán formas de ahorrar y los sindicatos meras agencias de coordinación con el patrón, como antes de Chávez.
Los capitalistas que hoy dirigen el gobierno agrupan a funcionarios, a la nomenclatura que revive prácticas de ad, a los burgueses que chupan lo poco que queda de la renta y a segmentos de la masa chavista llevados por la costumbre y la nostalgia del pasado. Esta corriente postula un capitalismo envuelto en un populismo agotado, una repartición inviable, navega las aguas del capitalismo enarbolando banderas de improvisación y tacticismo que la hace pendular entre lo ridículo de un discurso increíble y la práctica del más rancio capitalismo. Entregan la soberanía de la Patria al capitalismo internacional, no importándole, por ejemplo, el inmenso daño al ambiente, allí están las denuncias del General Clivert Alcalá, y el asombro de saber que el arco minero que tanto pregonan será el verdugo del Guri; entregan las zonas económicas especiales a la buena de las compañías extranjeras, regresando a la época de los campos petroleros gringos.
Son dos caras de un mismo bloque histórico, el capitalista, donde ocurre una pugna por la hegemonía, en cualquier caso será el capitalismo el vencedor.
Es necesario que el Socialismo, el Chavismo entre en este combate, lo que está en juego es muy importante, se trata de salvar la esperanza que nos dejó Chávez, construir el Socialismo, proteger la soberanía de la Patria, salvar al planeta de la agresión del capitalismo. Debemos construir un bloque histórico socialista que haga resistencia a las pretensiones del bloque capitalista y consiga avanzar en la construcción del nuevo mundo.
No es tarea fácil, el primer obstáculo es entender y hacer entender que el Socialismo sólo es posible, sólo se puede hablar de Socialismo, desde la Conciencia del deber Social y la propiedad social de los medios de producción. La economía social y la conciencia del deber social son las metas de los Socialistas, son el revolucionómetro que debe guiar las acciones del bloque histórico socialista. Fuera de estos dos pilares, sólo se encuentra ambigüedad, deslizamiento, zonas de conflictos con el capitalismo, nunca formas nuevas de Socialismo.
El segundo obstáculo es el apoyo crítico al gobierno, un cheque en blanco sería más bien perjudicial; se debe participar en la lucha interna, por ahora con sordina, que ocurre en el gobierno, apoyar a las corrientes que apoyan al Socialismo.
El tercer obstáculo, agrupar los factores verdaderamente Socialistas, luchar contra las fuerzas disolventes que conspiran contra cualquier esfuerzo de agrupamiento. En este empeño la clase obrera consciente, la que ha conseguido superar el economicismo y la colaboración de clases, tiene papel protagónico, debe servir de núcleo director del bloque, aportando su conciencia de clase, su disciplina, impregnando al resto de los componentes del bloque de su visión histórica.
La formación de este bloque histórico, de este instrumento de lucha estratégica, es la única manera de frenar al fascismo, a la socialdemocracia y de ser consecuentes con el mandato del Comandante Chávez.