En fecha 9 de junio 2006, escribí un artículo en donde hago un llamado a dignificar nuestras instituciones, compromiso de todos los venezolanos en este proyecto de país liderado por nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías, y en donde hemos pasado por grandes adversidades, y la hemos superado, obteniendo cambios, pero estos cambios no son todos los que queremos y los que tenemos que hacer, tenemos que pensar en cambios profundos que nos garanticen el pleno desarrollo de las instituciones y que las mismas le brinden confianza al pueblo que es aquel que de una vez por todas tomará la decisión de profundizar este proceso revolucionario, este proyecto de país, esta revolución.
En estas instituciones hay más burócratas corruptos que revolucionarios, por que con sus artimañas bien trabajadas han logrado colarse y mantenerse en este proceso revolucionario; pero hay que estar ciego para no darse cuenta que estos burócratas lo que hacen es crear una coraza a raíz de las acciones que hacen y que implica que el pueblo realice una serie de trámites dificultosos y lentos, que lo llevarían a pensar que este proceso revolucionario, este proyecto de país, esta revolución es algo de lo mismo de la cuarta república. Es una mayoría de estos señores que están desempeñando cargos directivos, cargos de mera confianza en estas instituciones, y que con sus acciones tratan de debilitar este proceso revolucionario y por ende a nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Este proyecto de país aupado y apoyado por el sabio pueblo venezolano, que con sus continuas luchas tiene que erradicar de raíz la ineficacia de estos burócratas corruptos que buscan de una u otra forma apoyar las inútiles estrategias del imperio y sus lacayos para tratar de derrocar a nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Mientras se planifican actividades que van a beneficiar al pueblo, que es el que viene a ser la vanguardia de este proceso, estos funcionarios ineficaces, burócratas, corruptos, llevan a cabo su malvado y macabro plan para que el pueblo no reciba los beneficios resultantes de estas actividades, pero estos señores, si no tomamos medidas drásticas tratarán de una forma u otra frenarnos en nuestro objetivo, ya que esas acciones malvadas nos impiden que los beneficios lleguen al pueblo, y es por eso que tenemos que hacer los cambios drásticos que nos llevarían a consolidar este proceso revolucionario.
Los cambios drásticos llevan tiempo, pero ya es hora que se hagan los correctivos en materia de personal de dirección y de confianza que vayan a desarrollar funciones en las distintas instituciones del Estado. Tenemos que tomar la decisión de poner fin a esta inmensa gama de problemas que son ocasionados por la ineficacia de estos señores que siempre han tenido una franela blanca, verde, etc., y que ahora llevan una franela roja, pero sabemos que estos señores que se disfrazan de chavistas, porque dicen ser chavistas, su único propósito es el lucro personal por encima de cualquier otro valor. Este proceso revolucionario nos llevará a la revolución del siglo XXI, en donde es el pueblo que ha puesto de manifiesto el cambio de conciencia, este cambio de conciencia se transformará en el salto adelante. El reto de este proceso revolucionario es la de crear una nueva armonía que supere la vieja “armonía capitalista”.
Una acción, en cualquier campo será revolucionaria si contribuye a la nueva conciencia de la revolución, todas las acciones revolucionarias deben tener ese objetivo. El bien colectivo debe encaminarse en este proyecto de país y que debemos de sentir como propias las necesidades de los demás, y a querer para los demás lo que para nosotros queremos, y si esto se afianza como un sentimiento común seguro es que no habrá ni un solo venezolano que no disfrute de los beneficios que nos proporciona este proceso revolucionario; porque el ideal revolucionario, el querer, la acción y el trabajo de todos serán los elementos fundamentales para que este proceso revolucionario, este proyecto de país, influya en el rumbo que tiene que tomar Venezuela hacia la Revolución Bolivariana del siglo XXI.