Uno de los elementos de éxito del presidente Chávez, es que no oculta los sentimientos y le dice al país, como piensa y lo que cree es mejor para la patria y su gente, he allí la manera de hacer política de cara a la responsabilidad, actuar con honestidad y claridad de propósitos es el motivo más contundente para producir desconcierto en las filas opositoras y vaya de cual magnitud que a estas alturas no tienen definida una estrategia que no sea otra que abandonar el ejercicio democrático electoral en cuanto el imperio se lo proponga y el sueño “amerizolano” de la invasión.
El proceso bolivariano ha transitado por varias etapas que diríamos son prolegómanos en la construcción de esta gran obra, aunque no literaria, alcanza ribetes de construcción de acuerdo al desarrollo de su propia profundización en donde los actores principales y secundarios juega cada uno el papel a veces no plasmado en un libreto, como el caso del pueblo llano que ha dado muestras convincentes inclusive por encima de sus dirigentes, el olfato popular es más desarrollado de lo que muchos pensamos y convenimos y ese debe ser el más radical aliado para el impulso definitivo del proceso bolivariano, es por ello, que el ciudadano presidente entiende y atiende las exigencias del momento, de la historia de todos los días, aquella que en un ejercicio de utopía abona los cimientos del porvenir que es ahora.
Si algún mensaje ha sido claro y contundente de parte del presidente, lo ha sido el planteamiento del Socialismo del siglo XXI, propuesta porque así lo es, cuando indica que hay que construirlo todos los días, fundamentalmente por inédito y venezolano. Ahora bien cuando dice, el que vota por mi, lo hará por el socialismo, no deja lugar a dudas de cual es el camino y seguramente comenzaremos a darnos cuenta de la presencia de elementos muy puntuales en el discurso a medida que se acercan las elecciones y con mayor énfasis luego de estas. La revisión de los contratos de concesión de los medios podría ser una de ellas
La gran mayoría de compatriotas deben apropiarse de estas líneas y sentir como suyas las palabras del presidente cuando suelta tan clara reflexión acerca del hacia donde va dirigido cada uno de los votos a su favor, no se engaña a nadie, no hay intencionalidad oculta y los opositores lo saben y analizan, es por ello, que la desesperación y frustración es cada día mayor, el imperio lo sabe y reacciona hasta ahora en cuanto la opinión pública bastante mal, porque allí no se trata de desconcierto lo ven como un desafío a sus políticas de dominio, indudablemente que trabajan para impedir la consolidación definitiva de esta “amenaza” y ello apuntala que la contrarreacción debe ser la profundización sin dudas ni titubeos del camino hacia el socialismo, no hay otro, y es eventualmente en este punto que nos debemos de poner los pantalones, no es un juego, es una guerra y en la guerra los ganadores son los que la cuentan y estamos seguros si la unidad en el combate se conserva que el gran cuentista de esa guerra será el pueblo venezolano
