Los últimos acontecimientos parecen indicar que el gobierno alcanza una importante victoria política dentro del proceso de lucha por el control del poder en Venezuela por los triunfos obtenidos en diferentes ámbitos, veamos:
1.- En primer lugar la votación lograda por el gobierno en el seno de la 46 asamblea general del Departamento de Colonias gringo, que le da una bofetada a su secretario general y todos los payasos que andaban como estrellas de “jolibud” tomándose foticos con presidentes de otros países del continente a ver “quien montaba el show más fastuoso”.
Esa victoria resulta importantísima, la oposición debe estar desesperadamente sacando cuentas a ver con quienes cuentan para el nuevo espectáculo que pretenden montar el 23 de este mes en la sede del organismo, cuando el presidente del legislativo muy boconamente anunció que iba a pedir la ayuda humanitaria que el rrrrréégimen le está negando a Venezuela. No sería sorprendente que el jefe del legislativo suspendiera el viajecito, sabiendo que probablemente haga el ridículo y además venga con la certeza de que la carta tendrá que metérsela, él, almagro y toda esa gente que anda desaforada pidiendo la intervención extranjera en Venezuela, por el mismo sitio donde el “colombiano” les sugirió que lo hicieran hace un par de semanas. Esta derrota deja muy malparada a la oposición venezolana y a sus mandamases extranjeros.
2.- La estrategia de los “saqueos por hambre” no ha funcionado como esperaban, ni siquiera aprovechando el real-alto-grado de desesperación que muchos venezolanos están sintiendo por la incertidumbre de conseguir alimentos. Ensayaron en el centro de Caracas, en Mérida, con el apoyo del terroristas como los del movimiento 13, así como en algunas localidades del interior del país como Carora y los resultados no fueron los esperados. El último ensayo ocurrió en Cumaná hace un par de días, y sin embargo, a pesar de que mediáticamente contaron con la iniciativa, el efecto se disipó en el tiempo; pertinente la advertencia que hizo Diosdado Cabello sobre el papel de las autoridades locales ante estos eventos.
3.- De igual manera, así como deben existir un montón de clap´s que no funcionan como debería ser, también deben ser más los que están llegando a una parte importante de la población, no toda y no en la proporción de alimentos que deberían entregarse, pero el efecto debe ser positivo, no solo para la imagen del gobierno, sino para el acceso a los alimentos. No es de gratis los ataques que ha recibido esa iniciativa desde las vocerías opositoras y desde algunos “camaradas” que bien les vendría colocarse una franelita de vente Venezuela o voluntad popular y dejarse de tanta retórica melindrosa.
4.- Así mismo y a pesar de que probablemente tal comportamiento obedezca a una situación coyuntural, los precios del petróleo continúan en aumento, el gobierno sigue haciendo maromas para cumplir con compromisos internacionales (aunque lo más sano sería evaluar una alternativa ante la deuda que el país sostiene y darle toda la prioridad a las graves necesidades de la población) y los ha satisfecho de forma aceptable.
5.- A pesar de que tal vez no les prestemos sufciente atención, lo que está sucediendo en Brasil se está reflejando en Venezuela: una clase política que comparte los mismos valores que la oposición venezolana, -por fin- ha alcanzado el poder, pero producto de las lacras que la caracteriza (corrupción, racismo, exclusión, entre otros), están viendo como el desplazamiento de Dilma Rouseff de la jefatura del estado brasilero puede resultar momentáneo. Esos fenómenos políticos aunados a las grandes movilizaciones sociales que está realizando el pueblo brasilero y un eventual regreso de Rouseff a la presidencia será un efecto devastador para los planes que el imperialismo tiene previsto para Venezuela.
No obstante estos elementos, que permiten sostener que el “gobierno de presidente Maduro se consolida y logra un segundo aire”, no sirven en absoluto para formular una conclusión irrebatible; porque si bien es cierto que existen algunos hechos positivos que pueden alentar cierta esperanza en la gestión gubernamental -como lo sostuve unas líneas atrás- no es menos cierto que el grueso de la administración pública sigue dominada por una espantosa ineptitud e indolencia, dirigida por un montón de oportunistas y explotada por una caterva de corruptos que son parte de los verdaderos ganadores de esta guerra económica (junto a sus pares que militan o apoyan a la oposición venezolana).
Por lo tanto, si no se encara con suficiente firmeza, pero a la vez con extrema delicadeza (por las aristas mediáticas y psicológicas que pueden ser trastocadas), los intereses que están detrás de esta criminal conspiración contra la economía del país, la estabilidad dela república y la supervivencia de nuestro pueblo; la situación del país, dura ya para la mayoría de los venezolanos de cualquier signo político, se verá aún más empantanada por el agravamiento que de seguro, sectores comprometidos no solo en un desplazamiento ilegal del poder del equipo que encabeza Nicolás Maduro, sino de todo elemento identificado con el chavismo, pretenderán, a través del estrangulamiento aún mayor de nuestra economía y del uso de los medios de comunicación y redes sociales para someter, amedrentar o neutralizar a nuestro pueblo para lograr su objetivo.
Ojalá, alguna mente lúcida dentro del gobierno (que a veces es pedir mucho con demasiado), pudiera parir una visión estratégica del problema y no conformarse con las victorias alcanzadas hasta ahora en algunos escenarios de esta guerra, porque mientras ellos creen que el gobierno se consolida, la situación del país empeora cada día y con él la esperanza de que el proceso de cambios pueda mantenerse en el tiempo.