Creo profundamente en la necesidad del diálogo, pero estoy convencido que la utilización partidista de esta poderosa herramienta de resolución de conflictos desde la polarización, está destinada al fracaso en Venezuela.
Según cifras de Datanalisis más recientes, el 50,5 % de la población venezolana no se identifica con la Mud ni con el Psuv, dato que en el 2013 era del 30%, y la autoidentificación política con la Mud no ha variado en el rango histórico de los últimos 3 años, disminuyendo significativamente el Psuv del 40% en el 2013 al 18% en mayo de 2016.
Estos números a secas no nos dicen nada, pero al observarlos a la luz del diálogo planteado desde hace años, y que como estrategia hoy (según Hinterlaces) tiene un apoyo del 74%, podemos concluir que éste es la última herramienta discursiva de un gobierno en decadencia para poderse conectar con las mayorías.
Lo que no entiende el gobierno y tampoco la oposición, es que más de la mitad de la población no acepta como interlocutores en ese diálogo a las cúpulas del Psuv y de la Mud porque no se sienten representados, ya que no existe identificación con estos sectores.
Entonces ¿De qué diálogo hablamos? ¿De uno que le hace ganar tiempo al gobierno?, o ¿De uno que sólo se podría dar, si es solo para aceptar todas las condiciones de la oposición de derecha?
Los facilitadores internacionales que pretender apoyar al pueblo venezolano de verdad, si quieren aportar algo a la situación venezolana deben partir por comprender la realidad del país. Mientras sigan con la necedad de forzar el diálogo entre dos, que no representan todo el país, estarán condenados al fracaso.
El diálogo en el país es fundamental, pero entre los sectores que tengan propuestas que debatir en una mesa para salir de la crisis. Por otra parte, no tengo duda que el referendo revocatorio es un derecho que debe seguir su curso, pero siendo un procedimiento que en el mejor de los casos tardaría 5 meses en ser aplicado, mientras tanto ¿Qué hacemos? ¿Dejamos que el país se hunda o entendemos que, si Maduro no renuncia, debe ser con su gobierno que se discutan las medidas de emergencia mientras el pueblo decide el destino del liderazgo político del país?
Es crudo, pero es así. Maduro no renunciará éticamente, y forzar su salida es antidemocrático, por lo tanto, debemos buscar un camino de diálogo presionado por el pueblo en protesta, que obligue a que los actores se pongan de acuerdo en algunos puntos mínimos, y puedan incorporarse otros que tienen propuestas viables para solventar parcial o temporalmente la crisis.
Mientras tanto, si seguimos creyendo en pajaritos preñados, seguiremos esperando el diálogo que nunca se dará, lo que permitirá que las negociaciones entre sectores del Psuv y la Mud debajo de la mesa, se impongan con sus intereses en lugar de los de la mayoría.
Nota: escrito originalmente para www.notiminuto.com