A propósito del Socialismo

El Presidente Chávez, con su audacia característica, viene convocando a la construcción del Socialismo. El 1º- de mayo Chávez ratificó que en el marco de la sociedad capitalista resulta imposible alcanzar los objetivos estratégicos trazados en la Constitución Bolivariana como proyecto de país. “Marchemos por la vía del Socialismo, un Socialismo para el siglo XXI, que tenemos que construir.” Señaló enfáticamente.

A partir de este momento Chávez ubicó el debate político en la dimensión de una histórica contradicción social: Capitalismo o Socialismo. Otros lo han ubicado como “Socialismo o barbarie.” No se trata de un simple dilema social a resolver, se trata de la necesidad impostergable de construir una nueva sociedad.

El modelo Capitalista está agotado porque no permite la satisfacción de las necesidades más elementales de la población. Tampoco garantiza la paz, la tolerancia social y la convivencia humana. Más de la mitad de la población mundial vive en condiciones de pobreza extrema, una quinta parte no recibe agua potable y se ha instaurado el terrorismo como mecanismo de dominación y neo-colonización. Una insoportable contradicción con el inmenso desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas debido al indet6enible avance tecnológico.

De allí que el planteamiento de Chávez abre el camino para debate necesario en este momento que vive el país y la construcción de un modelo de sociedad alternativa. Sin embargo, no todos los funcionarios públicos (electos o designados), ni los revolucionarios emergentes parecen comprender la esencia de esta propuesta. No la asumen como el lineamiento estratégico para impulsar políticas públicas dirigidas a impulsar la transformación social, económica, política y cultural. Se resisten a su contenido ético y moral. Para ellos se trata de cambiar para seguir siendo y haciendo lo mismo.

El Socialismo no es más que una revolución Social que permita desarrollar la “conciencia del ser social.” Una vía para resolver las contradicciones sociales atendiendo las necesidades de la gente. El Socialismo de este tiempo (no importa el apellido) debe comprenderse como un proceso orientado a colocar en manos de los ciudadanos el poder de decidir y planificar su destino y con ello el destino de la nación.

Para avanzar hacía una Sociedad Socialista es necesario resolver el problema de la Propiedad Privada de los Medios de Producción hasta cambiar las Relaciones Sociales de Producción y a partir de allí iniciar la construcción de la Nación (contraparte de la inhumana Globalización del Capital) como expresión de “una construcción social de los hombres y mujeres que luchan para crear, con la fuerza de su trabajo, las condiciones materiales y espirituales que garanticen su pervivencia y continuidad como comunidad social.” (Mámora, Leopoldo. 1.986)

La Constitución Bolivariana plantea 4 formas de propiedad: Privada, Cooperativa, Asociativa y Estatal. No señala garantías extremas, ni condiciones para la propiedad privada de los Medios de Producción como instrumento de explotación y ganancia que garantiza la Acumulación de Capital, esencia del capitalismo.

Ahora bien, es necesario recalcar que resulta imposible construir el Socialismo sin una profunda Transformación Cultural. Un Revolución Cultural que permita el desarrollo de la “Conciencia del Ser Social.”

En el caso Venezolano el debate está abierto. Es necesario darle densidad teórica, aplicación práctica y llenarlo de compromiso desprendido de intereses particulares. El primer obstáculo es la ineficiencia, ineficacia e incompetencia de una burocracia improductiva que navega (y se reproduce) en los procedimientos propios de la corrupción.

El Socialismo es una construcción histórica que depende de la trascendencia del proceso nacional en el contexto internacional. El Socialismo no se construye en abstracto con lo advirtiera José Carlos Mariategui. “No queremos que el Socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar la vida con nuestra propia realidad… El pasado nos interesa en la medida que puede servirnos para explicar el futuro…”

La construcción del Socialismo para el siglo XXI exige un debate diáfano, profundo, democrático y permanente que nos permita comprender nuestro pasado histórico, fundamento de nuestra conciencia de identidad nacional que nos conduzca a estudiar, comprender y asumir la ideología de l solidaridad social.

Se trata de crear un Ciudadano nuevo y para ello es imprescindible impulsar la transformación cultural… La vía al Socialismo es el camino al ciudadano nuevo, digno, humano, democrático, solidario con apego irrenunciable a la ética y la moral.


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Darío Morandy


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