Rosa Luxemburgo, dijo: “La ruta del socialismo y de las luchas revolucionarias está empedrada de derrotas”. La propiedad privada de los medios de producción, hacen que sean ilusorios las luchas por objetivizar al socialismo. Por eso, Luxemburgo, sentenció: “socialismo o barbarie”, un dilema histórico todavía por resolverse.
Hay una historia que sirve de tribunal para juzgar los crímenes y las injusticias del injerencista imperialismo. Es necesario presentir la terrible gravedad que envuelve que “la sociedad burguesa está situada ante un dilema: o pasa al socialismo o cae en la barbarie”, adujo Federico Engels. El triunfo del imperialismo lleva la negación de la civilización.
Estamos situados ante esta elección: o bien, el triunfo del imperialismo y la decadencia de la sociedad, tal como ocurrió con la civilización de la Roma antigua, esto es, la despoblación, la desolación, la tendencia a la degeneración, con un gigante cementerio; o bien, victoria del socialismo, tras la lucha consciente de los hombres y mujeres, los oprimidos, obreros, campesinos, pescadores, combatientes todos, contra el capitalismo salvaje, el neocolonialismo y el neoliberalismo, unidos contra el imperialismo y contra su método asesino de acción: la guerra.
Engels pronosticó que la victoria definitiva del proletariado socialista constituye un salto que hace pasar la humanidad del reino animal al reino de la libertad. Ese “salto” no está ajeno a las leyes rígidas de la historia; está concatenado a una evolución lenta y bien dolorosa, pero ese es el camino y no otro. No hay una tercera vía. Cada avance es un escalón por mejorar las condiciones de vida, y hemos ascendido y hay que continuar, ganándole espacios al enemigo hasta vencerlo en la lucha final. La victoria del socialismo no caerá del cielo como algo milagroso; esta victoria no podrá ser alcanzada más que por las acciones revolucionarias de enfrentamientos entre las fuerzas viejas que encarnan el senil capitalismo y las fuerzas nuevas que conforman al socialismo.
Albert Einstein, reveló: “El hombre solo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad. La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal”. De otro lado, Ho Chi Minh, aclaró: “La colonización es en sí misma un acto de violencia del más fuerte contra el más débil. Esta violencia es todavía más odiosa cuando se ejerce contra las mujeres y niños”.
El sacerdote colombiano Camilo Torres, apuntó: “Si la beneficencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado ´la caridad´, no alcanza a dar de comer a la mayoría de los hambrientos, ni a vestir a la mayoría de los desnudos, ni a enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías. Esos medios no lo van a buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder, porque generalmente esos medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus privilegios”.
El Che precisó que con las armas melladas del capitalismo, “se puede llegar a un callejón sin salida”.