Cuando el gobierno se entrega al capitalismo desarrolla una economía en contra del ser humano, esa es la esencia del capitalismo; abandona la economía que tiene como centro al hombre, que es la esencia del Socialismo. Veamos.
El capitalismo no considera al humano más que como un factor de consumo, un eslabón de la cadena de circulación de capital, una pieza de la acumulación. Así lo convierte en una cifra, en un estómago, un fragmentado. El hombre del capitalismo pierde su condición espiritual en el altar de la mercancía, su consumo será la medida de su "bienestar", de su desarrollo; de esta manera pierde su condición social y se transforma en un egoísmo, en una mercancía solitaria que tiene como centro vital venderse para poder comprar otras mercancías. Abandona el mundo del espíritu y se esclaviza en el mundo de las cosas, de lo material. Su medida será el tener y no el ser.
Cuando el gobierno se entrega al capitalismo, necesariamente su economía, su lógica será la de la compensación material, considera a la masa como un estómago que produce y consume, un ente material desprovisto de espiritualidad, si se lo sacia todo está resuelto.
Ahora bien, las necesidades materiales en el capitalismo son infinitas, éstas deben ser insaciables como condición para mantener los niveles de consumo, nunca se llega a la satisfacción, esto sería su muerte, su parálisis, se acabaría la competencia, su motor, allí no es posible la satisfacción material. Aunado a esto, la voracidad de los dueños de los medios de producción que se expresa en la competencia, en la guerra de todos contra todos, en el lucro máximo, necesariamente produce un desecho humano, una marginalidad imprescindible para optimizar los costos. La consecuencia es clara: al capitalismo son consustanciales dos características: la producción de miseria y la represión de esa miseria. No es posible, en el capitalismo, la complacencia material infinita de la sociedad
El gobierno busca lo imposible, un capitalismo con rostro humano, no aprendieron la lección del Comandante Chávez, salieron raspados en el primer examen. Lo que consiguieron fue una masa empapada de la ética capitalista, buscando el mayor lucro con el menor esfuerzo, convertidos en pequeños empresarios, en "micro bachaqueros" que resumen la ética del capitalista, de los "bachaqueros" mayores, que compran barato y venden caro: si da lucro es lícito, lo verdaderamente legal es la ganancia.
Cualquier "invento" en estas condiciones está condenado al fracaso, desde el olp hasta los clap, nada podrá cambiar la esencia del capitalismo. No hay General que valga, cualquier esfuerzo buscando soluciones dentro del capitalismo está condenado al fracaso. La solución de Venezuela, pero también la del mundo, es el Socialismo; o dicho con más precisión: no es posible la satisfacción de la sociedad abandonando lo espiritual, que es sustituir la relación egoísta entre humanos-mercancías por la relación entre humanos-humanos, rescatar el carácter social de la sociedad, conquistando así una nueva ética que acompañe a una nueva manera de producir y de consumir, de distribuir, unas nuevas necesidades, una relación fraterna entre los humanos. Así, con esa sociedad verdadera no existirán los problemas originados por el egoísmo, se construirá una relación donde todos tendrán de acuerdo a sus necesidades y aportarán de acuerdo a sus potencialidades. Sólo esa sociedad será viable, sólo en ella el humano será humano, el resto es engaño.