Hablamos de los Chavistas Auténticos, así con mayúsculas, los que acompañaron al Comandante y con él caminaron desde ser unos niños hasta alcanzar el eslabón más alto de la especie humana, ser revolucionarios de verdad. De esos hablamos.
La hazaña de éstos, que impulsaron acciones revolucionarias, que se entregaron enteros, que impulsaron las medidas revolucionarias sin red de seguridad, sin mezquindades, que aprendieron a odiar a las oligarquías, es una hazaña histórica.
En medio de la lucha de clases que se escenifica dentro de la Revolución, escogieron el camino de la consecuencia, de la lealtad verdadera a Chávez y a su pensamiento revolucionario. No midieron, no ahorraron, no mendigaron su aceptación por la oligarquía.
Y la oligarquía tomó el timón de la Revolución, y todo cambió, la noche negra cubrió a la sociedad, ya nada fue igual, lo que ayer era heroico se volvió delito, lo que antes era aplaudido ahora es rechazado. Y los que ayer estuvieron en altos cargos de lealtad ahora son perseguidos por la oligarquía externa en complicidad con el gobierno tomado por la oligarquía.
Los sacaron, los dejaron vulnerables, condenados al silencio so pena de ser declarados traidores. Los amigos de ayer desaparecieron, las alabanzas de antaño se convirtieron en acusaciones.
Estos de los que hoy hablamos fueron lanzados al desierto, solos, acompañados de unos pocos que lloran junto con ellos la pérdida del Comandante y con él la pérdida del Socialismo. Caminaron las penurias de la soledad.
Para estos de los que hoy hablamos no hay sosiego, no hay perdón, el silencio no es suficiente, deben ser aplastados, masticados por la oligarquía, su ejemplo debe ser mancillado; las oligarquías, las del gobierno y la oposición, les temen.
Deben ser linchados moralmente, no deben ser referencia, no los deben recordar. Contra ellos se confabulan todos los heraldos negros, no les perdonan haber sido chavistas y no haberse entregado.
Estos de los que hoy hablamos están limpios, no tienen manchas, pueden en cualquier momento erguirse, volver del desierto y convertirse en emblema del Chavismo pisoteado. La directriz del abismo es asesinarlos moralmente.
Para ellos no hay ley, la ley se hizo para proteger a la oligarquía, no para atacarla; para ellos no hay tregua, la tregua es para los que se pongan del lado de las oligarquías. Desde Cristo hasta el Comandante, esta es la norma.
El que fue Chavista Auténtico y no perciba lo que hizo las fuerzas del abismo que desató con su conducta, ese que espera justicia en el campo de la oligarquía, está destinado a sufrir el oprobio de sus enemigos, que no espere más compasión que el linchamiento moral.
Sólo aquellos que conscientes del precio de su conducta, de su lealtad con el Comandante, que como dijo el Pica “no piden ni dan cuartel”, sólo esos pasarán a la historia como los verdaderos hijos de Chávez, los que cumplieron su mandato de luchar por el Socialismo, sólo esos podrán resistir todos los embates de la canalla.
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