Crisis

El proyecto político de la derecha fascistas aquí y en el cualquier parte del mundo es el mismo que ha llevado hacia la autodestrucción a nuestra madre Tierra. El capitalismo salvaje es un sistema en crisis que ya ha rebasado su capacidad histórica de respuesta.

Estamos frente a una crisis con muchos rostros. Además de la crisis económica, está la crisis financiera, la crisis hipotecaria, varias expresiones de crisis de subproducción; subproducción de energía (crisis energética mundial), subproducción de agua (la crisis hídrica), la crisis de suboferta de tierra fértil debido a los métodos intensivos de explotación de ese recurso, el uso indiscriminado de agro tóxicos y los impactos de crisis ambiental global, la crisis alimentaria mundial, la crisis migratoria mundial, la crisis del empleo mundial, y también una crisis de las ideas, a lo que se suma el agotamiento global del modelo neoliberal. Estamos ante una crisis sincrónica, esto es, todas las economías centrales del sistema capitalista mundial están en recesión al mismo tiempo en la que coinciden muchas crisis de igual manera.

Especialistas advierten que la recesión está instalada en el 80% del mundo. La distancia entre el sector financiero especulativo y el sector real de la economía mundial es la más alta de la historia del capitalismo y aunque la burbuja financiera especulativa estalló hace rato, aún el desnivel respecto a la economía real es muy alto y va a ser necesario que la burbuja se desinfle más, lo que se traduce en más destrucción de fuerzas productivas, más desempleo, más quiebras de bancos, más caída de bolsas, más quiebra de fondo de pensiones y más penurias para los excluidos. La crisis tiene lugar en la fase superior y última de desarrollo del capitalismo, es decir, el imperialismo y en la edad senil del sistema capitalista.

Venezuela ha venido asumiendo cambios profundos en los marcos del proceso revolucionario, que en las actuales condiciones es el proceso político de América Latina que mejor apunta hacia otra alternativa, que debe ser interpretada como un proceso complejo, todavía en construcción, con características venezolana, no sin contradicciones, desafíos e importantes retos. La alternativa que se conjuga está soportada por la acumulación de fuerzas que han permitido construir el nuevo sujeto social transformador que envuelve convertir al pueblo en sujeto político, en un nuevo sujeto histórico con participación real y protagónica.

La riqueza cultural e histórica de los pueblos, sus tradiciones de lucha, sus experiencias de resistencia, sus éxitos y fracasos sugieren que hay varios ejes articuladores, todos muy ricos y todos capaces de aportar seguramente al complementarse entre sí. Estos ejes articuladores están en el bolivarianismo, el martianismo, el guevarismo, el sandinismo, el fidelismo, el chavismo, los pueblos originarios, etcétera, es decir, la coherencia del pensamiento revolucionario que ha parido nuestro hemisferio aunado a las acciones concretas en la práctica.

La persistencia de las ideas de tantos revolucionarios y revolucionarias, y la concreción en otros escenarios, la sostenibilidad de sus tesis y sus luchas, sugieren un importante eje articulador del pensamiento, y la praxis alternativa revolucionaria en el mundo actual. De allí que la democracia necesita al socialismo como único “plan b” existente para la salvación de la humanidad.


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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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